¡Ya chole!

¡Ya chole!
Por:
  • larazon

Carlos Urdiales

Durante el último trimestre de 2011, y desde Gobernación, los responsables de contratar y pagar campañas de difusión en medios electrónicos del gobierno de Felipe Calderón caminaron sobre la frontera que distingue un “comentario” que exige del abierto condicionamiento de pago a cambio de apoyo. Envueltos en buenas maneras pedían “echarle ganas” para que Cocoa Calderón derrotara a Fausto Vallejo el 13 de noviembre de ese año.

Ni así. El priista, cuatro veces alcalde de Morelia, abogado por la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo y doctor en ciencias políticas y derecho constitucional comparado por la Universidad de La Sorbona, ganó la elección a pesar de los apoyos presidenciales a su contrincante.

Vallejo ganó parado en su arraigo, prestigio y el hartazgo social por las tropelías y torpezas de una saga de gobiernos perredistas que dejaron hacer y deshacer al son de bongós cubanos (instrumento musical de percusión en el cual Lázaro Cárdenas Batel se especializó mientras “gobernaba”).

Fausto Vallejo tomó posesión el 15 de febrero de 2012 para un periodo de 3 años y 7 meses. Ya no podía, a los 62 años, aguantar a la siguiente elección, o iba a este minisexenio o abortaba su proyecto político.

Asumió el poder tras 5 años de “Operativo Conjunto Michoacán” con refriegas, patrullajes militares, atentados como el de Morelia el 15 de septiembre de 2008 y miles de ejecuciones en la entidad, que arrojaba como resultado más visible la aparición, en marzo de 2011, de Los Caballeros Templarios como escisión de La Familia Michoacana.

El primero, de los menos de cuatro años que Fausto Vallejo habría de gobernar, se fue entre la elección presidencial y serios problemas de salud. En abril de 2013 Vallejo solicitó la licencia del Congreso para someterse a un trasplante de hígado.

Jesús Reyna, secretario de Gobierno y candidato a la gubernatura en 2007, ocupó hasta octubre el cargo. Hoy está en la cárcel. Fausto Vallejo regresó, y ahora sabemos: sin acatar las instrucciones médicas sobre reposo y tranquilidad para garantizar su vida. Hoy vuelve a solicitar permiso para una revisión de rigor justo al año de haber recibido el nuevo órgano.

Vallejo Figueroa no tiene la salud que demanda esa encomienda. A Michoacán también le tuvieron que trasplantar un gobierno de facto porque el original se enfermó y dejó de funcionar.

Don Fausto dice que ¡ya chole! con lo de su salud. Que él reconozca que desobedeció las recomendaciones de los doctores habla de un sacrificio extraordinario de su vida al servicio de su estado. Pero racionalmente la decisión es errónea si miramos sus incapacidades para enfrentar las circunstancias.

La ignorancia de Fausto Vallejo sobre los tratos y relaciones de Jesús Reyna no lo eximen de la responsabilidad política. Su vocación de servicio no puede ser condena para los michoacanos a padecer más de lo que ya lo han hecho. ¡Ya chole!

urdiales@prodigy.net.mx

Twitter: @CarlosUrdiales