Año Nuevo... vida nueva

Año Nuevo... vida nueva
Por:
  • raul_sales

Las manecillas se acercan a las 12, un año más que termina y mientras veo a todos apurados contando las uvas para sus doce propósitos, yo balanceo mi copa de vino, al fin y al cabo, el vino proviene de las uvas así que tomármela de un trago equivaldrá a meterme en el buche las doce uvas para pedir por las mismas cosas que el año pasado, vamos, sean serios, ustedes también piensan en lo incongruente que suena proponerse bajar de peso mientras se zampan la cena de fin de año, proponerse cuidar más su salud mientras le entran durísimo a la bebida, al tabaco y se desvelan como si el fin de año, fuera el fin del mundo. Ah, pero nada como proponerse perdonar a los que les hicieron daño mientras, muy dentro de ustedes, se alegran cada vez que una desgracia les ocurre y hablan de "karma", "destino" o cualquier otra cuestión que les alivie el saberse desagradables por el disfrute del dolor ajeno. Espero que las uvas no se les atraganten mientras desean, de dientes para afuera, el convertirse en mejores personas. No, mejor balanceo mi copa de vino y me quedo como estoy que, lo más que me puede pasar, es que en uno de sus abrazos obligados, me salpiquen la ropa.

Llego tarde, ojalá pudiera quedarme en casa viendo series en lugar de tener que atravesar media ciudad para llegar al penthouse donde se dará la cena de fin de año de la empresa. La invitación dice que es abierta pero todos los que trabajamos en la empresa tenemos presente el despido del 2 de enero del año pasado de la auxiliar contable que faltó para ir a casa de su novio celebrando la pedida de mano que le habían hecho el 29 de diciembre. Argumentaron que no era por haber faltado al "convivio" pero, todos sabemos la verdad y yo, al menos, no puedo darme el lujo de perder mi trabajo en estos tiempos, en los que a pesar de lo que nos dicen los anuncios gubernamentales, estamos inmersos en una severa crisis. Espero que llegar tarde no sea causal de despido, veo el chip integrado a la tarjeta de empleado, sé que con eso se le da seguimiento a nuestras entradas, movimientos y salidas dentro de la empresa y el hecho de que mostrarla sea nuestro acceso al penthouse habla de que sabrán si asistimos o no pero, no estoy seguro si también ahí, se registre el horario en que llegamos.

Mi psiquiatra dice que debo socializar más, que la forma en que veo a los demás no es para nada sano, seguro que sabe que la forma en que veo a los demás es exactamente la misma en que lo veo a él y no obstante, sus elevados honorarios sirven para acallar cualquier desagrado en su voz pero, como yo pago, es en los pocos lugares en los que puedo realmente hablarle a otro tipo como lo que es, una sanguijuela, una rémora, una pieza insignificante de una maquinaria que si bien, es necesaria en el conjunto, por sí sola no tiene valor alguno. Así que, aquí estoy, haciendo lo que me dice el "sanalocos" conviviendo con otras piezas insignificantes de maquinaria... De mi maquinaria.

Apenas se abre la puerta del elevador escucho la música y el rumor, como oleaje constante de la charla privada a gritos, las risas estridentes mitad obligación, mitad alcohol desmedido. Apenas doy un paso fuera, ponen en mis manos un cono dorado con letras negras que dicen "Happy New Year" y una copa de champaña, todos llevan el gorrito, incluso las mujeres que pasaron horas haciéndose peinados que seguro les costaron un dineral pero, si en el penthouse del jefe dan gorritos, es obligatorio ponérselos así arruinen sus sofisticados rizos, trenzas o chongos. Con un suspiro me encajo el cono en la cabeza y paso la liga por la mandíbula.

Incluso en el atiborrado penthouse estamos divididos, los huraños administrativos por un lado, mercadeo por el otro, los "frikis" de la división de tecnología y los de ventas que parecen salidos de revistas de modelos y buen vestir, cada departamento por su lado, como si fueran ecosistemas dentro del microcosmos de la empresa, me dirijo a la barra, ahí están los dos únicos compañeros de mi oficina, aislados hasta en los convictos y es que a nadie le gustamos, auditoría interna es la garrapata del perro con sarna. Sí, a nadie le gusta que lo revisen y les llamen la atención pero, aún así, jugamos en equipo, si no fuera por nosotros, las revisiones y evaluaciones externas serían su fin.

Me siento en la barra, y mis compañeros me saludan con un levantamiento de cabeza y media sonrisa, incluso entre nosotros, apenas nos toleramos, quizá por eso, preferimos estar entre cifras que entre personas.

Paseo entre todos ellos, me obligo a sonreír, me obligo a estar, es justo que los obligue a lo mismo. Además de sus falsas sonrisas, algunos tienen el atrevimiento de darme leves palmadas en la espalda, como si fuéramos amigos, como si nos conociéramos, como si alguna vez hubiéramos intercambiado anécdotas de nuestra juventud. Dios, es un martirio, que más da que termine el año, en dos días todo regresará a la normalidad, a las aburridas y grises vidas. Rutinas rotas sólo por un día de asueto obligado para curarse del exceso de alcohol.

[caption id="attachment_680861" align="aligncenter" width="696"] Ilustración: Norberto Carrasco[/caption]

Veo al jefe dirigirse a la escalera que da al segundo piso de su penthouse. Por unos minutos lo envidio, mi casa completa entraría en la sala y la comparto con mi esposa e hijos, el jefe tiene dos pisos de magnitud colosal para él solo. La envidia se me pasa rápidamente al pensar en el mantenimiento de la lujosa propiedad, claro, para él debe ser como quitarle un pelo al gato, seguro paga más de luz al bimestre de lo que yo pago en todo el año. Todos le sonríen, le dan palmadas, es vergonzoso ver el entreguismo y la melosidad, si estuviéramos al aire libre, seguro se tirarían a sus pies para que no pisara el sucio suelo. Sé que se estila eso de lamer botas para ascender y por eso mismo, estaré estancado en la "conquista de mejores puestos" y así estoy bien, algo de dignidad me queda aunque deba pasar mi fin de año aquí en lugar de hacerlo en mi casa con mi familia, cenar tranquilo y ver televisión, no necesito estos oropeles, ni champaña, ni las fuentes de uvas de las que todos estamos sirviéndonos para los propósitos de año nuevo. Pero, para que me engaño, si tuviera dignidad no estaría aquí, si tuviera un poco, tan solo un poco de amor propio, ya me hubiera buscado un trabajo en el que no estuviéramos sujetos a los caprichos de un poderoso hombre pero, el sueldo es mayor que en cualquier otro lado y eso basta para que nos traguemos cualquier amarga cantidad de autoestima.-Estimados amigos. Bienvenidos todos a esta su casa. Ya saben que yo soy hombre de pocas palabras así que, evitémonos la incomodidad por ambas partes, la mía por hablarles y la de ustedes por hacer como que escuchan.- Escucho sus risas falsas y a punto estoy de decirles sus verdades, de echarles en cara su hipocresía pero, aunque me duela admitirlo, yo soy igual de hipócrita. -Levanten sus copas, tomen sus uvas y empecemos el conteo... 10... 9... 8...-

Escucho el conteo, todos, hasta los meseros que nos atienden, tienen sus uvas en la mano o dentro de la copa de champaña, yo solo sostengo la copa, las uvas no son lo mío, menos las que tienen semillas, siempre he pensado en que moriré ahogado por una uva en el gaznate, me hago el tonto, nadie, absolutamente nadie, se dará cuenta de que no como uvas... 7... 6... 5...

Busco a mi psiquiatra entre las caras que me observan, quiero verlo mientras se mete uva tras uva a la boca, quiero ver su cara cuando se de cuenta que su diagnosis es fallida... 4... 3... 2...

Algo no está bien, mis colegas están poniéndose morados, se llevan las manos a la garganta. Busco ayuda y todos están así, empiezan a derrumbarse, uno tras otro cual moscas después de vaciarles insecticida, el silencio, roto solo por algunos graznidos y carraspeos, es abrumador y luego el caer de los cuerpos y el cristal roto de las copas... 1...

Los veo derrumbarse, uno tras otro como un gigantesco dominó de cuerpos, quizá es el único momento en que verdaderamente disfruto la velada, en especial la cara del "sanalocos" no doc, no soy sociópata, soy psicópata... 0...

Las campanas repiquetean es lo único que se escucha ya. El jefe fija su mirada en mí y siento cómo el aire sale de mi cuerpo y las piernas me flaquean. Se acerca. Tengo ganas de huir pero no sé a dónde. Ya es muy tarde, camina esquivando los cuerpos caídos pero lo hace rápidamente. Su humanidad de 1.90 se planta frente a mí mientras siento que algo tibio me escurre en la entrepierna... No quiero morir.

-Ah, Godínez, ¿Qué tal estuvo el bono de fin de año? ¿Sabes que el de la gerencia es treinta y dos veces más alto que el de tu departamento? Jajajaja ¡Claro que lo sabes! Tengo grandes planes para una nueva empresa en un paradisíaco país del Caribe y ando, como podrás darte cuenta, algo corto de personal. ¿Entonces qué dices? ¿Te gustaría ser el nuevo gerente general? Por esto no te preocupes, no suelo tener arranques así a menudo, generalmente me conformo con cosas pequeñas pero, la verdad esta empresa me tenía harto y estaba de mal humor pero, ya estoy bien, de hecho, estoy de excelente talante. Venga amigo mío, ya sabes lo que dicen... Año Nuevo, vida nueva y la tuya, está por ser... novísima y si me permites, algo mejor parecida, esa nariz no te favorece y esa calva, se arregla en un dos por tres. Sonríe Godínez, tu vida acaba de mejorar... Vida nueva Godínez... Vida nueva. Ahora ven, tenemos unos fuegos artificiales que encender antes de irnos a las playas del Caribe.-

"El primer día del año estuvo envuelto en desgracia. Un incendio en el penthouse del dueño de la empresa Círculo44 terminó con la vida de casi todos los empleados de la misma. La empresa, aunque pequeña en personal, era un referente en su ramo con un alto margen de utilidad. Después de la confirmación de la muerte por asfixia de los pocos cuerpos que se liberaron de las llamas, los bomberos llegaron a la conclusión de que los fuegos artificiales dispuestos en la terraza explotaron accidentalmente provocando el incendio y bloqueando las posibles entradas de aire fresco. Los activos de Círculo44 fueron adquiridos esta tarde por una empresa de un país del Caribe".