Antonio Malacara conforma el primer Atlas del jazz en México

Antonio Malacara conforma el primer Atlas del jazz en México
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  • carlos_olivares_baro

Antonio Malacara Palacios es un vehemente promotor del blues y el jazz en México. Su perseverante trabajo de investigación ha hecho posible la aparición de un manual imprescindible: Atlas del jazz en México (Taller de Creación de Literaria en el Borde, 2016), cuya edición contó con el apoyo de la Secretaría de Cultura y de la Comisión de Cultura y Cinematografía de la Cámara de Diputados.

Proyecto que tuvo aceptación de muchos músicos, periodistas y promotores del jazz desde un inicio, pero también la indiferencia de algunos funcionarios culturales. Después de una intensa exploración por todo el país, encabezada por el porfiado Antonio Malacara Palacios, ya salió de la chimenea la fumata blanca y, gracias a Dios y a los prodigios, habemus cartografía del jazz mexicano.

Compendio de entrevistas y semblanzas que inicia con atraque en Aguascalientes y extiende bojeo por todas las entidades de la Republica Mexicana. Diálogo con los principales instrumentistas/agrupaciones y organizadores de eventos jazzísticos del país complementado con nómina de bares, clubes y anexos donde se ejecuta jazz en vivo, la cual se completa con lista de programas radiales y directorio de periodistas, melómanos y conexos.

“Fundamentalmente, éste es un libro de hallazgo. Una guía más o menos detallada para que cualquier interesado en los menesteres jazzísticos pueda encontrar sus rutas de acceso”, declaró en entrevista con La Razón, Malacara Palacios, autor de varios cuadernos sobre las encrucijadas del jazz nacional.

¿Por qué un atlas del jazz en México? Porque en México se hace y se degusta el jazz desde hace muchos años, pero en los últimos tiempos estos quehaceres se han incrementado tremendamente, casi de manera exponencial. No hay un solo estado del país donde el género no esté presente.

¿Cómo se conformó el corpus del manual? Viajo con cierta frecuencia a diferentes universidades y festivales en el interior del país, lo cual me ha llevado a tener una amplia base de datos. Pensé que lo mejor sería socializar toda esa información y armar una serie de directorios. Pero para que esto no quedara como una mera “Sección Amarilla” del jazz nacional, convoqué a amigos y les propuse que hicieran una semblanza del jazz en cada una de sus localidades. Así reuní 63 testimonios.

¿Cómo está la salud del jazz en México? Excelente. Y mejorando todavía más con el paso de los días.

¿Variantes del jazz con presencia en México? Se abordan bastante bien todas las variantes conocidas del jazz: ragtime y la protohistoria, hasta la fusión y el free. Además hay propuestas muy interesantes. Se destaca el trabajo con las músicas étnicas y mestizas filtrándolas por los códigos y la gramática del jazz.

¿Qué proyección internacional tiene el del jazz mexicano? El jazz que se hace en México es prácticamente desconocido en el mundo, está ausente de la escena internacional (con las excepciones de Antonio Sánchez o Abraham Laboriel). Las circunstancias empiezan a cambiar: los jazzistas mexicanos salen más frecuentemente del país y brindan conciertos con éxito. Cito a Héctor Infanzón, Iraida Noriega, Gerry López y Magos Herrera. Y asimismo, varios músicos que radican en el extranjero y están abriendo brecha: Luiz Márquez (Bélgica), Mark Aanderud (Barcelona), Carlos Maldonado (Canadá) y varios más en diferentes ciudades de Estados Unidos.

Este atlas ha sido para usted una suerte de preocupación casi obsesiva. ¿Le satisface lo logrado en esta publicación? No ha sido una preocupación, sino una ocupación. Sí, es obsesiva, sin el casi: ha sido necia, obcecada, ofuscada, aferrada, terca como ella sola. Estamos trabajando en los siguientes volúmenes en que se ampliará el inventario y se darán nuevas contraseñas.