Autentificarán restos de Allende, Aldama y Jiménez

Autentificarán restos de Allende, Aldama y Jiménez
Por:
  • larazon

Notimex

Los restos mortales de próceres de la patria que descansaban en la Columna de la Independencia fueron trasladados al Museo Nacional de Historia para su análisis y autentificación, entre ellos, Ignacio Allende, Juan Aldama y Mariano Jiménez, fusilados el 26 de junio de 1811.

Ignacio José de Allende y Unzaga, conocido como Ignacio Allende, nació el 21 de enero de 1769, en el seno de una familia española acomodada de San Miguel el Grande (hoy San Miguel de Allende).

Fue capitán del ejército realista en México y simpatizó con el proyecto independentista del país.

Originalmente, este movimiento iba a ser encabezado por Allende y Aldama, pero una delación inoportuna cambió los planes y fue Miguel Hidalgo quien finalmente tuvo que dar inicio a la lucha en el célebre Grito de Independencia.

Asistió a las primeras juntas secretas de la rebelión organizadas por los corregidores de Querétaro y luchó al lado de Miguel Hidalgo y Costilla en la primera etapa de la Guerra de Independencia. Relevó a Hidalgo en el liderazgo de los insurgentes.

En Acatita de Baján fue traicionado por Ignacio Elizondo, emboscado, y junto con los cabecillas del ejército, fue apresado y conducido a la ciudad de Chihuahua donde fue juzgado y ejecutado el 26 de junio de 1811. Su cabeza fue exhibida en una esquina de la Alhóndiga de Granaditas, en la ciudad de Guanajuato.

Por su parte, Juan Aldama fue un insurgente mexicano que participó en el proceso de Independencia de México, nacido el 3 de enero de 1774 en San Miguel el Grande, actualmente San Miguel de Allende, Guanajuato.

Fue hermano de Ignacio Aldama y sobrino de Mariano y Antonio, también insurgentes.

Al comenzar la Guerra de Independencia de México era capitán en el regimiento de caballería de las milicias de la reina

y aunque residía en San Miguel el Grande, asistía a las juntas que los conjurados tenían en Querétaro.

Al descubrirse la conspiración, Aldama abandonó San Miguel para dirigirse a Dolores al encuentro de Miguel Hidalgo e Ignacio Allende con el propósito de informarles lo que estaba sucediendo; así, al amanecer del día 16 de septiembre, participó en el grito de insurrección.

Aldama permaneció junto a Allende durante toda la campaña hasta que fue hecho preso en Acatita de Baján, junto a los demás caudillos de la rebelión. Fue uno de los exceptuados por el indulto del virrey, que había puesto precio a su cabeza.

Conducido a Chihuahua, fue juzgado y condenado a la pena capital, siendo fusilado el 26 de junio de 1811 en compañía de Allende, Mariano Jiménez y Manuel Santa María. Sin embargo, no fue su muerte suficiente para el virreinato y su cabeza.

Junto con las de los otros insurgentes fueron colocadas en jaulas de hierro en cada uno de los ángulos de la alhóndiga de Granaditas.

Finalmente, Mariano Jiménez nació el 18 de agosto de 1771 en San Luis Potosí. Se trasladó a la Ciudad de México donde estudió para Ingeniero en Minas en el Colegio de Minería de México y se graduó el 19 de abril de 1804.

Posteriormente, se estableció en la ciudad de Guanajuato, donde estuvo al tanto de los brotes del movimiento independentista.

Mariano Jiménez se presentó ante Miguel Hidalgo y Costilla el 28 de septiembre de 1810 para ofrecer sus servicios en favor de la causa.

Sus méritos, su disciplina y su lealtad le valieron un rápido ascenso, obteniendo el grado de Coronel. A finales de octubre había ganado ya el de Teniente Coronel.

Encabezaba una fuerza de tres mil hombres y combatió junto con Ignacio Aldama.

Por órdenes de Hidalgo, Mariano Jiménez viajó a la Ciudad de México en misión pacífica, para solicitar al virrey la entrega de la capital al movimiento independentista, pero lo único tuvo en respuesta fue la amenaza de repelerlo violentamente si no se retiraba.

Fue en la ciudad de Saltillo, donde Mariano Jiménez se reunió con los demás hombres del movimiento y con ellos se dirigió rumbo a Estados Unidos, según el plan trazado.

La llegada a Acatita de Baján, Coahuila fue trágica para ellos, pues fueron sorprendidos y trasladados a Chihuahua.

Jiménez fue fusilado el 26 de junio de 1811, el mismo día en que fueron ejecutados Juan Aldama, Ignacio Allende y Manuel Santa María.

Su cabeza también fue expuesta junto con la de otros próceres en la Alhóndiga de Granaditas, hasta la consumación de la Independencia.

agp