Ave Barrera explora los vínculos entre madre-hija

La editora y narradora Ave Barrera (Guadalajara, 1980) —Premio Lipp 2018 por la novela Restauración— pone a consideración de los lectores Notas desde el interior de la ballena (Lumen, 2024): novela confesional en que la memoria se enfrenta al silencio de una madre ausente quien después de una cirugía muere. Estructurada en fragmentos, citas de libros y especulaciones ensayísticas, la autora explora el dolor del duelo y, asimismo, se interna en los azarosos vínculos de las relaciones madre-hija.

La protagonista ha regresado a casa tras muchos años de alejamiento y ante el fallecimiento de la madre se da cuenta de que la posible reconciliación prevista se ha borrado: deberá entonces cotejar los desa-sosiegos que se enhebraron entre una y otra y recurrir a la escritura para rehabilitar los menoscabos de los afectos originados por las franjas del abandono.

Recurrencia al mito bíblico del profeta Jonás, personaje devorado por una ballena: alegoría a los gestos de la narradora de la novela que se hunde en un despeñadero emocional. Ave Barrera cita a María Malusardi: “Toda mi escritura transcurre dentro de la soledad de una ballena”, y confiesa: “Vine aquí para escribir sobre esto, sobre el duelo, pero también sobre la vida”.

“En esta novela exploro el vínculo entre madre-hija, el cual está presente en las implicaciones de ser mujer. Hoy nadie puede negar que hay una serie de mandatos sociales que se imponen al género femenino: maternidad, cuidados del hogar, sumisión. En ocasiones es necesario desobedecer esas reglas y elegir una ruta distinta a la asignada por el hecho de ser mujer. Insisto, ser hija es transitar en dirección contraria al destino”, dijo Ave Barrera a La Razón.

¿Historia de una compleja relación madre-hija? Me interesa que se reflexione sobre los alcances que implica ser hija. Edificamos una personalidad trenzándola en contrastes con la personalidad de nuestra madre. En ese lienzo, en ese tejido se descartan los preceptos, desdeñamos los acatamientos.

¿Influjos de autoras como Vivian Gornick o Joan Didion? Dos escritoras que admiro. Tal vez en esta novela están presentes autoras que peregrinaron como yo por el mismo sendero. La escribí en diálogo pertinente con textos de Nelli Campobello, María Negroni, Cristina Rivera Garza, Terry Tempest Williams y de muchas otras que me custodiaron en esta exploración que pretendió conformar un coro escritural.

¿Varias líneas narrativas en la conjugación del duelo? La historia del duelo está estructurada en varios ejes relatores: por ejemplo, el de la joven de 20 años que regresa a la casa familiar y es testigo de la muerte de la madre; pero también está la crónica de una mujer mayor de casi 40 años que evoca el pasado, se da cuenta del vacío y lo enfrenta por medio de la escritura.

¿Cómo desdeñó usted la autocompasión y el sentimentalismo? La escritura del duelo implica muchos desafíos. Quizás lo único que hice fue rescatar algunas imágenes de un álbum familiar que era un índice de cataclismos, desempolvé recuerdos y me sumergí en la magia de la ficción. Hay un viaje que va del presente y se reconoce en el pasado en la búsqueda de esa sombra detrás de la hija que es la madre.