Ha hecho catarsis con otros ballets 

Blanca Ríos alista despedida de la CND con La Esmeralda

Se retira de la Compañía Nacional de Danza en 2024 con este clásico que implica un reto técnico, adelanta en entrevista con La Razón; “tiene mucho que ver con mi personalidad”, dice

La bailarina, dando vida al Hada de Azúcar.
La bailarina, dando vida al Hada de Azúcar.Foto: CND
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Con el clásico del ballet La Esmeralda, inspirado en el libro de Victor Hugo Notre Dame de París, la primera bailarina de la Compañía Nacional de Danza (CND), Blanca Ríos, se retira en 2024 de la agrupación tras más de 20 años, adelanta en entrevista con La Razón.

“Platicando con el director de la CND, Cuauhtémoc Nájera, surgió la idea de retirarme con La Esmeralda, es una producción bastante grande, me gustó mucho porque la compañía completa participa, hay muchos personajes, me gustaba la idea de poder compartir el escenario con todos mis compañeros”, comentó Blanca Ríos, quien durante este 2023 se ha ido despidiendo de algunos papeles que interpretó, recientemente el Hada de Azúcar, en El Cascanueces; y antes en Coppélia y La niña malcriada.

La Esmeralda es uno de los ballets emblemáticos, porque muestra en todo su esplendor la técnica rusa que se caracteriza por su énfasis en la expresión dramática, la fluidez y la naturalidad en el uso de brazos. Sigue la vida de una joven gitana que tras casarse con el poeta Gringoire para salvar su vida es secuestrada por el jorobado Quasimodo a petición del archidiácono Claude Frollo, quien sufre una pasión desenfrenada por ella. Al enterarse de la situación, el capitán Febo va a su rescate.

Es una megaproducción que implica más de 80 bailarines en el escenario y es un clásico en el repertorio del Teatro Bolshói y la Ópera de París. Es una coreografía que destaca por su majestuosidad, retos técnicos e histriónicos para los bailarines. En 2013, Blanca Ríos por primera vez dio vida a Esmeralda y en ese momento comentó que era un ballet “técnicamente difícil” y con un “personaje que experimenta muchos cambios emocionales”.

A 10 años de distancia, afirmó que es una coreografía que tiene mucha relación con su personalidad, se define como libre y dinámica.  

“Me gusta mucho la parte técnica, porque tiene mucho que ver con mi personalidad como bailarina, aparte de que es una gitana muy libre, feliz, dinámica, siento que me identifico de esa manera con el personaje. De lo que más me acuerdo es el del pas de deux final, la música es excepcional, es muy libre, ella baila con Febo, sueño con que llegue ese momento de mi despedida, porque es hermoso”, expresó Blanca Ríos, quien comentó que tentativamente su despedida será el próximo 10 de marzo del 2024, aunque todavía está por confirmarse la fecha.

Refirió que este 2023 ha sido especialmente emotivo para ella, porque ha estado preparando su despedida emocionalmente.

“Desde tiempo atrás, en algunos ballets que venía haciendo, que se hacen poco en la compañía y logré bailar, pasaba mucho por mi mente ‘tal vez sea la última vez que baile este rol’; entonces, sí es algo que he venido pensando de tiempo atrás, ya lo había platicado con el maestro Cuauhtémoc, que se estaba acercando el momento, pero fue hasta que decidí definirlo para el 2024”, puntualizó la primera bailarina.

Contó que no ha sido sencillo: “He llorado en cada función que he hecho últimamente, pero siento que es importante ese proceso, esa catarsis, ir madurando sobre lo que va a suceder, no descarto seguir bailando, pero

ya no en la CND, probablemente en otras invitaciones, un poco más libre, vamos procesándolo. Es triste, pero también con mucha emoción de que pude tomar esta decisión y afrontar este momento”, aseguró y añadió que principalmente le gustaría seguir bailando clásico y neoclásico de manera independiente.

Blanca Ríos detalló que uno de los motivos principales de su retiro de la compañía es su familia, a la cual le quiere dedicar mayor tiempo.

“Primero que nada fue por mis hijos y mi familia, están creciendo muy rápido, ya no quiero perderme más esta parte con ellos, quiero poder viajar, hacer otras cosas, dedicarle tiempo a mi escuela de danza, devolverle ese tiempo a mi familia, sobre todo a mis padres por todo el apoyo que me han dado en mi carrera, disfrutar más de la vida, explorar en algo más que me gusta ser, como docente, como maestra”, compartió.

Dijo sentirse orgullosa de ser una de las primeras regiomontanas en convertirse en primera bailarina de la Compañía Nacional de Danza. “Nunca fui una bailarina que tuvo las condiciones natas para bailar, fui una bailarina a base de mucho trabajo, eso me enorgullece todavía más, me siento muy contenta de haberlo logrado, siempre bailé con el corazón”, finalizó.