Debutan en el Auditorio Nacional 750 “niños semilla”

Debutan en el Auditorio Nacional 750 “niños semilla”
Por:
  • raul-campos

Alrededor de 750 niños y jóvenes pertenecientes al proyecto Semilleros Creativos, del programa Cultura Comunitaria, de la Secretaría de Cultura, debutaron ayer con el evento Tengo un sueño, en el magno escenario del Auditorio Nacional. Espectáculo con el que cautivaron a los siete mil asistentes con sus interpretaciones musicales, actos circenses y declamaciones, aunque que no estuvo exento de fallas técnicas.

Desde las 15:00 horas, personas comenzaron a congregarse a las afueras del coloso en espera de presenciar el concierto multitudinario. En el vestíbulo del recinto se instaló una muestra con obras de los chicos, desde pinturas y grabado, hasta creación literaria.

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A las 18:06 horas, cuando los chicos de la Orquesta Sinfónica Nacional Comunitaria subieron al escenario, el recinto estaba a 70 por ciento de su capacidad, a pesar de que la secretaria de Cultura, Alejandra Frausto, en días pasados anunció que las localidades estaban agotadas. Se apreciaba un adorno con una proyección monumental de un patrón huichol de colores cambiantes.

El recital arrancó con “Bonito cielo azul/canto azul”, canción tradicional con arreglos de Pedro Arpide Ordóñez. Después, mientras el reconocido pianista rarámuri Romeyno Gutiérrez tocaba una alegre melodía, los integrantes del Coro Nacional Comunitario aparecieron en el escenario, portando las vestimentas de sus comunidades.

Una gran interferencia se suscitó en el sistema de sonido, produciendo un gran ruido agudo y ensordecedor que desató algunos chiflidos entre el público; aquello no inmutó a los jóvenes ejecutantes.

Siguió “Xochipitzáhuatl”, pieza con letra de Mardonio Carballo; el flautista Horacio Franco sorprendió a los presentes; al ser el solista principal, fue acompañado con acordeón, arpa y los coristas, quienes cantaron en náhuatl, mientras se proyectaban fotos producidas por el Semillero de Iguala, Guerrero, en las que se veía a niños sosteniendo letreros con leyendas como “libertad” y“seguridad”.

Continuaron con una intervención escénica del Semillero de La Paz, Baja California Sur, la cual, pese a que los menores realizaron con entusiasmo, los niveles de audio hicieron que en algunas partes no se entendiera.

Tras cada acto, los presentes aplaudían entusiastas, ignorando las fallas técnicas. En “Tengo Un sueño”, inspirado en los textos de Martin Luther King, uno de los micrófonos de una de las niñas recitadoras del Semillero de Kanasín, Yucatán, falló y no tuvo sonido.

Después, una calenda oaxaqueña invadió los pasillos y encendió los ánimos. La cantante Regina Orozco salió al escenario a invitar a los presentes a bailar, previo a la presentación de “Júpiter”, de la suite Los planetas, de Gustav Holst; la ejecución fue impecable.

Otros números que también destacaron fueron las ejecuciones de “Latinoamérica”, momento en que el rapero totonaco Tutunakú lanzó rimas en compañía de los niños y coristas. El último número fue Alas (a Malala), de Arturo Márquez; niñas efectuaban actos circenses mientras la sinfonía resonaba.

Finalmente, mientras infantes del Semilleros de San Simón Zahuatlán, Oaxaca, hacían actos circenses, Regina Orozco se echó un palomazo.

”Espero que sigan apoyando este proyecto, que va a cambiar a México”, señaló García Barrios, antes de que todos los “niños semilla” subieran al escenario y gritaran al unísono “¡Tengo un sueño!”.