Gitierre Tibón, Arrigo Coen y Juan M. Lope Blanch

Gitierre Tibón, Arrigo Coen y Juan M. Lope Blanch
Por:
  • miguel_angel_munoz

Diálogo entre lingüistas*

Sobre la sobre su experiencia con el lenguaje reflexionan tres maestros de la lingüística mexicana contemporánea: el escritor y filólogo Gutierre Tibón ( Milán, Italia, 1905- Cuernavaca, Morelos, 1999) – autor de más de 40 libros  con temas históricos y sociológicos-; el investigador y  lingüista Juan M. Lope Blanch ( Madrid, España, 1927- Ciudad de México, 2002) – autor de más de 30 libros sobre el lenguaje – y Arrigo Coen ( Pavia, Italia, 1913- Ciudad de México, 2007) – estudioso de los problemas de la lengua-.Los tres pensadores nos presentan un itinerario intelectual de su relación con el lenguaje, frente al mal uso  de éste. La entrevista es un ensayo abierto, una propuesta a reflexionar sobre uno de los temas más preocupantes de nuestro tiempo.

¿Cómo se dio  en usted esa inclinación por la lingüística y la literatura?

Juan M. Lope Blanch: “Mi  vocación era la literatura, la poesía, la lectura de los clásicos, pero me di cuenta que no estaba en mis facultades crear literatura, sino estudiarla, y por eso me incorporé a la carrera de filología románina (no romántica) en la Universidad Central de Madrid.

¿Cuáles eran y cuáles son sus inclinaciones o su gusto por el idioma?

Lope Blanch: “Es por la importancia  que tiene la lengua para el hombre. Sin lenguaje, esa capacidad de comunicación articulada, el hombre seguirá siendo un mono. Ha sido precisamente esa capacidad de comunicación, de intercambio de conocimientos, de ir acumulando conocimiento que permite hacer la lengua, lo que ha logrado que el hombre se supere, se baje de las capas de los árboles o salga de las cavernas. Todo eso,  sin el lenguaje hubiera sido imposible. De manera que la facultad máxima  que tiene el hombre en su lenguaje, así como realizarlo a través de una lengua determinada. Creo que el estudio de esas lenguas es el estudio del  espíritu humano, en toda la extensión de la palabra. Por otro lado, es evidente que el hombre tiene esa capacidad de lenguaje, ese don, y los demás animales carecen de ella, por eso el hombre se ha permitido hacerse sabio de alguna manera, y por lo tanto el hombre es hombre gracias al lenguaje”.

¿Qué dificultades enfrenta el lenguaje en este fin del siglo XX?

Arrigo Coen: “ Ninguno: el lenguaje o, mejor dicho, la lengua, es una entidad viva que se envuelve en boca de los habitantes, siguiendo sus propias propensiones. Todo lenguaje está en función de la comunicación humana, por lo cual lo que importa, en su análisis, es el esclarecimiento de las relaciones entre la estructura  de los mensajes y el significado de éstos, o sea, la relación sintaxis-semántica”.

[caption id="attachment_812468" align="aligncenter" width="300"] Arrigo Coen[/caption]

Gutierre Tibón:”El español enfrenta varias dificultades; por ejemplo, el lenguaje que nos viene de Castilla es, junto con el italiano, la lengua más hermosa que hay entre los idiomas. El  alemán,  ruso, polaco, checo, no tienen  la riqueza de sonidos, combinaciones y la fluidez musical  que tiene nuestro idioma. Entonces, no se puede hablar de una renovación del castellano, éste se queda como es; pero los señores de Madrid, que quieren seguir mandando en  todos los países de lengua española, que son 21, no tienen  la elasticidad que han tenido los italianos, los cuales hace cuatro siglos se liberaron de todas las H mudas; son mudas y no sirven, decía el fundador de la lengua castellana, Antonio de Nebrija. Hay que eliminarlas, y si la Y griega corresponde a la I latina se lee igual y esta quiere decir que la Y griega es inútil  en el alfabeto. Los señores de Madrid, a principios del siglo XIX, inventaron tres letras del alfabeto: la ch, que no es una letra alfabética, porque es una C seguida por una H, y la doble ele (ll). Entonces, a las treinta letras que tenía el alfabeto castellano a principios  de siglo, se le quitó la doble R, que ya no es letra alfabética; entonces hay que restarle a la Y, la H, la CH y la Ll, porque estas letras son una añadidura que se le agrega otra, y que cambia su sonido, no es una nueva letra”.

¿Cuál es el término de castellanización, ya que usted lo utiliza como una emancipación del latín?

Tibón: “Hay dos escuelas: la escuela de castellanizar el castellano quitándole todas las complicaciones al lenguaje; por ejemplo, en lugar de decir cuarentésimo dicen cuadragésimo, que es difícil. Entonces, la castellanización es limpiar al  castellano de los latinismos que ya no tienen nada que ver después e 2 mil años y que los señores de la Academia de Madrid conservan como un tesoro que no pueden tocar en los diccionarios. Tengo la vigésima primera edición del diccionario de la Academia y es una verdadera catástrofe, porque ponen  todas las palabras muertas y no  ponen, como en los grandes  diccionarios lingüísticos, una cruz para expresar  que es una palabra muerta. Hay palabras odiosas, como  padrísimo o padrísima, que tienen que desaparecer del idioma y no entrar en el Diccionario de la Lengua”.

Hace un momento Gutierre Tibón se pronunciaba en contra del caló y de otras deformaciones del habla, que de muchas maneras afectan al idioma, ¿cuál es su posición  con respecto al deterioro de nuestra lengua por esos modismos adoptados por la gente?

[caption id="attachment_812467" align="alignright" width="300"] Juan M. Lope Blanch[/caption]

Lope Blanch:” No estoy en contra, porque no se puede evitar. Muchos núcleos sociales suelen tener un dialecto, una  jerga particular que son de su comunidad o de su propia identificación. Por ejemplo, se da entre delincuentes o los estudiantes. Son modos de hablar, lo único que los supera es que tienen  prestigio científico y el otro no”.

Coen: “Con frecuencia no queda más recurso que tolerar  un barbarismo, impuesto por la fuerza innovadora del progreso. Y lo admitimos porque no tiene el vocablo que en español designe lo que aquel significa, y no se nos ocurre qué inventar para sustituirlo por un término conforme con una genuina formación lingüística. La necesidad, pues,  viene a ser la condición  primordial  para que se acepta un neologismo. Se dan cosas en que no todos los países adoptan la misma dicción. Y ello se debe a que la novedad y la palabra que la nombra llegan precedentes de orígenes distintos: por ejemplo, lo que nosotros, en México, entendemos por computadora (sobreentendido, máquina) porque nos llegó vía el inglés “computer”, en España se llama ordenador, vocablo que reconoce un origen francés en el término “ordinateur”. Lo deseable es que las instituciones que manejan esas máquinas se decidan por uno solo de esos nombres y adopten  el vocablo unívoco, ya que  la sinonimia “computadora-ordenador” introduce ruido en la comunicación u propicia perplejidad.

¿Qué interesa de nuestro acervo léxico en estos momentos?

Coen: “Su valor de intercambio; que lo que entendemos en México, verbigracia, por versátil, sea lo mismo que por versátil entiendan en cualquier otro punto del vasto ámbito de nuestra comunidad lingüística; esta palabra ha venido perdiendo su sentido etimológico de “voluble”, “tornadizo”, y de ahí las  acepciones de “veleidoso” o “caprichoso”. Y  ha llegado a significar hábil o útil para diferentes propósitos, fácilmente adaptables a distintos trabajos, conceptos que han desplazado a las ideas que antes sugería este término, por lo demás atinadamente remitido a otro campo semántico, porque faltaba la palabra que quisiera decir lo que ahora “versátil” significa”.

¿Se podría considerar entonces que el hombre parte del lenguaje para su desarrollo evolutivo?

Lope Blanch: “Así lo pienso. El hombre es una bestia, en el sentido de que es un animal. Se dice que es un animal racional, pero no lo es siempre, hay animales que razonan bien. Generalmente se define al ser humano como  homo sapiens; lo que sería la capacidad de sabiduría  lo cual es un error elemental. Hay animales que son sapiens, tal vez menos que el hombre, pero son animales sabios, animales con capacidad de discurso e incluso intelectual. El ser humano es un ser social; también hay en el planeta animal, hay   sociedades muy perfectas. Entonces, lo que ha facilitado el desarrollo  científico y cultural del hombre es su lenguaje”.

¿Cree que exista entre la población un interés particular por el cuidado del lenguaje, o cómo se podría lograr un acercamiento de la gente hacia el lenguaje?

Lope Blanch:”  No es mucha la gente que se interesa por el cuidado del lenguaje. Creo que se debe a que no se valora lo que se tiene. Nadie  le da importancia a cómo respira, ni mucho menos a su salud, hasta que cae enfermo. Sobre el lenguaje, la gente piensa: hablo, me sirve para comunicarme, para darme a entender, pero lo que la gente no entiende es que la lengua va más allá de un sistema de comunicación. Por ejemplo, en cualquier reunión la gente que no tiene ninguna especialidad lingüística, si oye  hablar de cuestiones de lengua muchas veces se interesa y pregunta: quién habla mejor, dónde se habla mejor, por qué se dice esto, no debe decirse así, etcétera. Son muy pocas esas personas, pero sí hay un interés en esto. Lo importante de la lengua en este fin del siglo XX es que se debe de entender como un sistema de conocimiento, de creación, además de ser un sistema de expresión del espíritu. Creo que es una de las cosas que las escuelas modernas de lingüística han olvidado. Hay que entender que la lengua nos ayuda a ordenar el mundo, y por supuesto a entenderlo de muchas maneras y formas”.

Coen: “En mi libro  Para saber lo que se dice II no hago propiamente una defensa del idioma o del lenguaje, sino más bien una recomendación para que en los medios de difusión se adopte una norma culta de nuestra lengua, para que sirva de modelo. Por otro lado, la intención, que podría animar a la llamada defensa del idioma como sostenimiento de un bastión de la campaña por el acendramiento de la identidad nacional, es la de orientar, aconsejar y, sin condenaciones trasnochadas, señalar lo deseable y lo preferible del idioma”.

¿Cuál sería la vigencia de uno de los fundadores del español: Antonio de Nebrija?

Tibón: “La  actualidad de Nebrija se manifiesta por la  riqueza de su bibliografía. Sesenta libros son los que tendríamos que estudiar y comentar. En la actualidad encontramos nuevas facetas del rico prisma nebrisense, o podríamos también enfocarnos de una vez  a pensar en Valdés, enemigo jurado del sabio andaluz.  Ignoro si Annamaria Gallina, autora de  Contributi alla storia della lessicografia italo- spagnola dei secoli XVI e XVII, publicado en Florencia en 1959, ha descubierto entre los 22 mil  vocablos de Diccionario de Nebrija algunas influencias italianas. Yo me  ocupo básicamente de la Gramática. Hay en ella criterios tan transparentes, tan incontrovertibles, que su inspiración italiana es evidente; se funda en su decenal preocupación  latina e italiana. Otras deducciones emanan de claras analogías; otros hallazgos, por fin, nos seducen  por afinidades, y,  ¿por qué no? Intuiciones a menudo puntos de partida de descubrimientos que se pueden comprobar. Hojeando con deleite la Gramática de Nebrija tengo la sensación de  pasearme por un ameno jardín toscano… Me parece respirar una atmósfera italiana, muy justificada por el decenio pasado por el maestro en la cuna de la latinidad, a la cual dio nueva vida Dante a finales del siglo XVIII. Los diez años de juventud en Italia han sido básicos en la formación del lingüista andaluz; páginas de su Gramática, reflejan una multitud de detalles que parecen comprobarlo. Entre los italianistas podría considerarse la abundancia de las dobles consonantes en su gramática:  assí, esso, necesario, escasso de tiempo,  essenciones  por extensiones y  essecuciones  por ejecuciones (latín  eseptio y exsecutio, italiano  esenizioni y esencuzioni), acercándose a la pronunciación fluida del toscano y alejándose de la X etimológica que se conserva en español. Escribe  diffiere (del latín differre); el verbo en italiano es  differire. Siempre conserva la doble S en los subjetivos;  fuesse  (en italiano,  fosse), amasse, enviasse, oiesse, leiesse, uniessse; la hay también en los pronombres  aquesse, aquesso,  en sustantivos como  vassallo,  de origen germánico. Precisamente esta palabra me hizo dudar de mis deducciones, porque me acordé de haberla encontrado en el Mio Cid escrito tres siglos y medio antes”.

¿Qué ha pasado con las lenguas que florecieron con el colonialismo?

Coen: “ El portugués lo hablan mucho más personas en Brasil que en la antigua metrópoli ( en porción de 15 a 1) y Mozambique aporta casi un 20 por ciento del total de los lusófonos; el alemán se perdió, fuera de los alemanes y Austria, como lengua de peso; y en cuanto al francés, de cada 15 galoparlantes once están en Francia y uno en Bélgica ( en el bilingüismo internacional lo ha desplazado mucho el inglés),  por eso se han ido perdiendo gran parte de esas lenguas, que en algún tiempo fueron importantes”.

[caption id="attachment_812470" align="alignleft" width="224"] Gutierre Tibón[/caption]

Tibón: “El castellano al igual que las demás lenguas románticos, tiene gran parte de sus elementos constitutivos que no se limitan al latín corrupto de los siglos bajos, sino a aportaciones de otros idiomas: cuatro hispánicos, vascos, catalán, gallego, portugués y entre los europeos, latinismos, helenismos, occitanismos, italinismos, germanismos. Una lengua asiática, el árabe, nos han dejado una ingente y preciosa contribución de vocales semíticas gracias a la presencia mora de ocho siglos; y después del viaje de Colón, concurren varias lenguas americanas, en primer lugar la lengua franca del México, antiguo o sea el  náhuatl”.

¿ Cómo podríamos considerar la evocación del español en nuestro país?

Lope Blanch: “Se podría decir que lleva una vida sana. Tiene influencia de otras lenguas, pero eso lo tiene desde siempre. Hay un enriquecimiento léxico y perifrasístico constante, lo cual significa darle vueltas y algunos rodeos al habla. Por ejemplo, se puede decir que alguien inicia algo; es decir: “yo inicié la presentación tal”, pero la presentación “se inició” a la hora equis. Las lenguas románticas y el español tienden mucho al rodeo”.

Coen: “Hay muchas cosas rescatables del idioma original mexicano y sus símbolos, pero hay que practicar la enseñanza del bilingüismo por regiones de sustrato: maya, zapoteco, purépecha, etcétera”.

Tibón: “Los préstamos de lenguas modernas han enriquecido el español: coche, viene del húngaro, sauna del finlandés, ambos  idiomas del grupo ugrufinés, robot en checo es “trabajo”. Nombre de fantaciencia: hoy robotismo, automatización de varios trabajos industriales, está en pleno auge. Todos soñamos un mundo mejor y un idioma (el nuestro) renovado. Hay otras voces de gran difusión que nos llegan de los lugares menos pensados, como biquini, topónimo polinesio. Así define biquini el último Brae: “conjunto de dos prendas femeninas de baño, constituido por un sujetador y una braguita ceñida”. Calla, desde luego,  que se debe al atolón  de Bikini, en el sudpacífico francés,  famoso por las explosiones atómicas experimentales  que tanto molestan a los vecinos neovaledonios”.

¿Cómo definir al español que se habla en nuestro país y cuáles son sus características de uso?

Lope Blanch: “El español que se habla en México se acerca mucho al ideal de la lengua hispánica. Algunos dicen que la influencia del inglés es nefasta, creo que en general, porque la norma lingüística mexicana culta, la norma de modelo, se aparta poco de lo que es ideal. Es lamentable que en las escuelas de periodismo se enseñen muchas cosas pero no se enseñe lingüística y gramática, ya que los medios de comunicación  podrían llevar a cabo la tarea de promover el lenguaje. Los periodistas deberían tener una formación lingüística para servir de modelos a la masa, porque la gente en la actualidad lee muy poco o casi nada”.

Tibón: “Un hecho indiscutible en la lingüística actual es el auge planetario del inglés. España e Inglaterra, dos pueblos conquistadores, sembraron sus idiomas en las tierras ganadas: mientras el castellano se limita a una parte de América, a un microtazo de África y hasta hace un siglo a las Filipinas; el inglés se impone en gran parte del Nuevo Mundo, en Australia, Nueva Zelanda, varios territorios de África y un precioso archipiélago polinesio. A nosotros nos ha tocado tener 3 mil kilómetros de frontera con la nación anglófona más poderosa del mundo, que sin embargo, cobija 25 millones de hispanófonos. Su mayor metrópoli Nueva York, ya es bilingüe. Es obvio que existan recíprocas influencias idiomáticas. Entonces, el castellano será esencialmente una lengua americana, la cual hablará el 90 por  ciento de hispanos en el mundo. Esto es, porque la lengua que ha llegado al Estrecho de Magallanes, que pertenece a Argentina y Chile.  También porque es una lengua continental, es como el inglés que de Texas a Canadá todos lo hablan y no depende de Londres, como nosotros  dependemos de Madrid”.

¡Podríamos decir que actualmente se está perdiendo la tradición del albur y de los refranes populares?

Coen: “El albur se refugia cada vez en estratos  inferiores del pueblo mexicano, además de ser un fenómeno que solamente he visto que se dé en México, con mucha utilización  aquí en el DF. En otros tiempos era raro que se albureara en la provincia. Ahora se ha extendido mucho, por el influjo de la autoridad que tiene el cetro. Gracias a los albureros o promotores, se ha puesto en alerta a otros mexicanos y parece que se alburea hasta en los rincones más alejados del centro de la capital. Los refranes sí, se están perdiendo por falta de práctica de una generación que es de ustedes”.

[caption id="attachment_812472" align="alignleft" width="196"] Portada libro Gitierre Tibón[/caption]

Tibón: “ El caos de la escritura del castellano  duró hasta bien entrado el siglo  XIX, siempre acompañado  por las haches inanes. Hoy siguen obligándonos a trazar cada día billones de sonidos inexistentes en manuscritos, teclados e impresos. Un detalle digno de recordarse: el autor de  Guzmán de Alfarache,  Mateo Alemán, escribió aquí en México, hacia 1610, un tratado de ortografía, debía el porqué, pero tuvo poco éxito. Lo demuestran,  entre otros, los manuscritos del Padre de la Patria, don Miguel Hidalgo, y los de un ilustre contemporáneo: José Vasconcelos. Por otra parte, quisiera  mejor retomar la idea sobre el mundo hispanohablante que trato en mi libro  Nuevo diálogo de la lengua.. En él digo que dentro de pocos años el grupo hispanohablante será de 240 millones, de los cuales sólo el diez por ciento está en España y todo el resto en América. Entonces, necesitamos esperar los modismos que han  nacido en México, por ejemplo, por la influencia del náhuatl, del mixteco, del zapoteco. La mayor parte de los nombres de lugares de México no provienen  del español, sino del náhuatl”.

¿Por qué  no considera negativo el inglés por deformar al español?

Lope Blanch: “Cada  lengua se define muy bien. La lengua española es una lengua hablada por muchos pueblos, con una tradición cultural e histórica de primera magnitud, con una creación  literaria y cultural de primera línea, de manera que tiene asegurado su porvenir. Por otro lado, hay lenguas indígenas que si pueden desaparecer  ya que algunas tienen muy pocos hablantes y carecen de un cultivo cultural y por supuesto literario”.

 

 

 

 

 

*Esta conversación es parte del libro  Elogio de la memoria  de Miguel Ángel Muñoz, de próxima aparición en Editorial Praxis.. La conversación se dio en el marco del 1 Congreso Internacional de la Lengua Española y Medios, en Zacatecas, en  abril de 1997.