Intentan salvar a la CND de la grilla y el conformismo

Intentan salvar a la CND de la grilla y el conformismo
Por:
  • adriana_gochez

Burocracia, estancamiento en la preparación de bailarines, falta de presencia en los estados de la república, necesidad de una renovación y conflictos internos que han provocado la renuncia de sus tres últimos titulares son algunos de los retos que enfrentará Mario Galizzi al frente de la Compañía Nacional de Danza (CND), coinciden los críticos Gustavo Emilio Rosales y César Delgado, consultados por La Razón.

Y es que el coreógrafo argentino, quien ayer asumió la dirección artística de la agrupación, llega en un momento en que los integrantes de esta institución “están acostumbrados a trabajar a medio motor”, señalan.

A pesar de que la llegada Galizzi, ex director del Ballet del Teatro Colón, se ve con cierta esperanza porque a diferencia de Laura Morelos —titular anterior—, “sí tiene la profesión necesaria para dirigir una compañía y para guiar a los maestros de ésta, deberá confrontar a los grupos que han impedido su desarrollo”, señaló el crítico de danza Gustavo Emilio Rosales.

“La compañía ha carecido de director artístico desde Fernando Alonso (1992-1994). Ha habido, como en el caso de Morelos, bailarines en funciones de directores, por tanto, el grupo estuvo a la deriva, hay un vacío en cuestión de orientación artística que lleva más de diez años. El primer reto será confrontar a estos bandos tan viciados, especialmente el de los maestros, pues algunos se han estancado en una mediocridad”, destaca el autor de Epistemología del cuerpo en estado de danza.

Cuando en 2013 Morelos fue nombrada directora de la CND, sólo se había desempeñado como maestra, bailarina y ensayadora especializada. Galizzi asume el cargo con antecedentes distintos: fue director del Ballet del Teatro Colón y fundador de su taller coreográfico, así como miembro de jurados internacionales en países como Perú, Brasil, Japón, Sudáfrica, Bulgaria y México, entre otros.

La única opción para resolver esta problemática dentro de la institución que maneja un presupuesto anual de 18 millones de pesos, es contratar a nuevos maestros, pero al hacerlo volverán las pugnas internas.

“Se va a confrontar con las mañas de los bailarines, quienes cuando algo no les gusta ponen el grito en el cielo; se quejan pero no participan igual en las cuestiones de trabajo, están acostumbrados a trabajar a medio motor”, comenta el especialista.

Además los bailarines tienen una serie de problemas que es urgente subsanar.

“Poca precisión en la ejecución, falta de capacidades actorales para transmitir personajes que tengan mayor complejidad. Sus representaciones son caricaturescas, superficiales. Hay una desigualdad a nivel interpretativo entre el cuerpo de baile y los bailarines solistas”, comenta el también director de la Revista DCO.

El pasado 2 de marzo durante la tradicional temporada de El lago de los cisnes, el público abucheó a los ejecutantes, aventó sillas y al grito de fraude y robo exigió la devolución de su dinero luego de que la función fuera cancelada debido a que los bailarines tenían frío.

Para el crítico César Delgado, el mayor reto para Mario Galizzi será establecer “un clima de armonía entre los miembros de la compañía”.

De marzo de 2013 a diciembre de 2014, cuando Morelos asumió como directora, se generaron 10 quejas por hostigamiento laboral, 20 renuncias de bailarines, siete del personal técnico. Además, seis bailarines y dos maestros fueron despedidos y 35 personas dejaron de laborar en la compañía.

El autor del libro Laberinto de voces que danzan, señala que también es necesaria una “refundación y reestructuración” de la CND, la cual para él lleva más de tres décadas de estancamiento.

“Mientras no se vaya al fondo del problema va a seguir igual. Conozco a la compañía desde hace más de 30 años y siempre dije que ningún director puede con esa compañía y se ha demostrado ¿por qué?, por toda esa parte burocrática, por todo lo que impide a la compañía crecer y realmente hacer un trabajo digno, no tan sólo en los terrenos artísticos y técnicos sino en cuanto a políticas culturales”.