Laura Baeza afronta el apego familiar y el duelo

Laura Baeza (Campeche, México, 1988): editora y cuentista. Gana el Premio Nacional de Cuento Breve Julio Torri 2017 por Ensayo de Orquesta (Fondo Editorial Tierra Adentro, 2017) y el Premio Nacional de Narrativa Gerardo Cornejo por el cuaderno de relatos Época de cerezos (Editorial Paraíso Perdido, 2019). La FIL de Guadalajara la incluyó en el programa Al ruedo: ocho talentos mexicanos como una de las propuestas literarias de más expectativas para el futuro.

Su primera novela Niebla ardiente (Alfaguara, 2021) circula en las librerías del país con muy buena recepción de los lectores y elogiosos comentarios de la crítica. Texto donde se entrecruzan quebrantos, apegos, pérdidas, recuerdos infantiles/juveniles, desapariciones, éxodos y violencia. Esther, una de las protagonistas, acorralada por la enfermedad de su hermana se ve obligada a buscar en el pasado la despojada certeza que la ronda: ¿Es cierto que su hermana ha sido víctima de feminicidio?

“He escrito una novela enclavada en las complejidades de las relaciones familiares, madres e hijas, hermanas, la ausencia del padre. Me interesaba mucho abordar el quebranto físico y emocional de las personas acorraladas por la pérdida. La protagonista Esther está obsesionada con la exploración de los hechos para poder explicarse el daño que la asedia. Traslación por los atajos de los abandonos en la identidad de las mujeres desaparecidas. La complicidad como un elemento clave en las relaciones humanas”, comentó en entrevista con La Razón, la también compiladora del comentado volumen Mexicanas. Trece narrativas contemporáneas.

¿Alegoría de los sigilosos vínculos que trenzan a la familia? En este caso, esas ataduras se rompen por la pérdida de uno de los miembros del núcleo familiar. Enlaces muy estrechos que se edifican en el entorno familiar como el de la madre y la hija que puede disolverse y quedar como una referencia lejana.

¿Trabajo de investigación riguroso para la edificación de un personaje acosado por una enfermedad mental? Me preocupaba no ser imprudente en la exposición de la esquizofrenia. Leí materiales al respecto y conversé con especialistas. Referimos las enfermedades mentales con prejuicios, quise alejarme de esas limitaciones y abordar la enfermedad en los terrenos múltiples de la ficción.

¿Historia de muchos atajos con la violencia como centro? No quería sólo hablar de la violencia, creo que hay muchas vertientes en la trama de la novela. Huyo de la crudeza aunque a veces se hace presente.

¿Índices autobiográficos? Algunos episodios de mi infancia se cuelan por ahí. La ciudad en que crecí, es un relato urbano. No hay nada de autoficción ni autobiográfico: retumbos de episodios de mi historia de vida, que me parece se presentan como resonancias en todos los que escribimos ficciones.

¿Comenzó usted a planear Niebla ardiente en conjunción con los relatos de sus libros anteriores? La pensé en el año 2013, tomé apuntes y los dejé reposar. En 2016 la retomé. A veces, puedo tardar años pensando en una historia, masticándola, ya cuando voy al papel en blanco es porque todo ha tomado forma en mi cabeza. El proceso de corrección es para mí el más arduo. Los cuentos de los libros anteriores se escribieron en paralelo; pero, les di prioridad a ellos por eso se publicaron antes.

¿Uso interpolado de la tercera persona narrativa y del yo? Quise que las historias más cercanas, más íntimas fueran contadas en primera persona y aquellos episodios, quizás menos íntimos, que los contara un narrador omnisciente.

¿Tercera persona imbuida por el yo? En el sentido de que esa tercera persona está relatando a alguien los sucesos. De ahí ese yo que se asoma.