Publica FCE adaptación gráfica de la novela histórica Huracán, de Carlos León Amores

Ricard Castell I Cots (Barcelona, 1955 - 2002): historietista e ilustrador español, que inició su carrera como autor de cómics de terror con gran éxitos en varios revistas y fanzines de gran popularidad en los 80 (Terror Grafico, Zombie, Zero...). Autor de significativos cuadernos: Asedio y caída de Troya (1985), Frankenstein (1987), La vida es sueño (1988) y el cuento de vampiros Poco, entre otras faenas gráficas.

En 2001, un año antes de fallecer, dio a conocer Huracán. El guardián del mercurio, historieta basada en la novela histórica Huracán de Carlos León Amores, que el Fondo de Cultura Económica (FCE) pone en manos de los lectores mexicanos adictos al universo del comic.

Trama dilucidada en los episodios que se remontan al año de 1724, cuando el teniente general Baltazar de Guevara y Vinuesa, al frente de la escuadra, conformada por los navíos españoles Nuestra Señora de Guadalupe y Conde de Tolosa, parte del puerto de Cádiz con la encomienda de transportar 400 toneladas de mercurio al puerto mexicano de Veracruz, lugar en que recogería un embalaje de barras de oro y plata que su Alteza necesitaba con premura.

Parada en la isla de la Española (hoy Republica Dominicana), donde en la noche del 24 de agosto los galeones quedan a merced de un violento ciclón: los mil 200 tripulantes con el costoso cargamento deben afrontar los impetuosos vientos, amén de someterse a los caprichos de un capitán obsesionado más que todo, con el compromiso y la responsabilidad de llevar a buen puerto la comisión.

Las iconografías de Castells I Cots permiten a los lectores ser testigos de los avatares del enfrentamiento con los peligros del océano en medio de un huracán de proporciones aciagas a través de representaciones de la intrepidez y osadía de toda la marinería.

“Ricard es perfecto para vivir la aventura de los dos galeones españoles. Dibuja como nadie el mar negro y enfurecido, el viento rugiente y desbocado, la noche, los presagios, la impotencia, la desesperación y el miedo. Mucho miedo. Cada viñeta narra con dramatismo expresionista los detalles de una de las tragedias navales más crueles del siglo XVIII español”, ha dicho el escritor Carlos León Morales, autor de la novela original concebida en el rescate de hechos históricos tomado de distintas fuentes (correspondencia, archivos, crónicas, documentos oficiales de la época...).

Doscientos cincuenta años después de aquella desventura marítima, los despojos del Guadalupe fueron descubiertos por pescadores del puerto de Miche, quienes exhumaron gran parte de su cargamento y lo mercantilizaron de manera clandestina. En 1976 el gobierno dominicano puso fin a ese trasiego a través de un programa de protección de arqueología submarina.

Índice visual del naufragio acontecido aquella noche del 24 de agosto de 1724 en la Bahía de Samaná. Hoy, tres museos de la capital dominicana --Casas Reales, Faro de Colón, Atarazana-- exhiben los restos que se conservan de las dos naves (Guadalupe y Tolosa): huesos humanos rescatados del cadáver de un tripulante, quien durante el naufragio quedo atrapado bajo un gigantesco obús de hierro.

Cómic concebido febrilmente en noches interminables por Ricard Castells que da acceso la a todos los públicos para conocer la historia trágica de la ya mítica Flota de Azogue de 1724.

JVR