Revelan talento gráfico de Grass en dibujos inéditos

Aunque el Nobel de Literatura 1999 Günter Grass fue autor de dibujos, pinturas, grabados y litografías, y parte de esta obra se publicó en libros o se expuso en galerías, poco se sabe de esa faceta. Para acercar al público mexicano a este aspecto creativo del autor de El tambor de hojalata, la muestra Horizontes imaginarios. Un encuentro en el tiempo, reúne piezas nunca exhibidas, entre ellas, Mis lentes en el jardín de los cerezos y En busca de la belleza.

“De Günter Grass todo el mundo conoce su obra El tambor de hojalata, sus memorias; pero, la parte plástica es muy poco conocida. A partir de esta exposición el público tendrá otra idea de cómo pintaba, pues se exponen por primera vez sus litografías y gráficos”, detalla a La Razón, MiguelÁngel Muñoz, curador de la muestra.

En los trabajos que se exhiben del fallecido narrador, de quien recientemente se publicó su obra póstuma, De la finitud, la cual incluye dibujos de la naturaleza, de su pipa y un autorretrato, también se podrá apreciar que sus anteojos y pipa son recurrentes en sus litografías.

“Las gráficas que se presentan de Günter Grass también tienen mucho que ver con la literatura, se ven sus anteojos, su pipa, los paisajes de Alemania.

Hay un grabado en blanco y negro en el que se aprecia ese paisaje alemán desértico que recuerda mucho a lo que narra en El tambor de hojalata”, destaca Muñoz.

Horizontes imaginarios. Un encuentro en el tiempo, que se inaugura hoy a las 19:30 horas en Galería Urbana, también da a conocer el trabajo de otros artistas que al igual que el autor de La ratesa, combinaron su obra literaria con la pintura: por ejemplo, Rafael Alberti, de quien se exponen obras de la serie El lirismo del alfabeto.

“El caso de Alberti es sorprendente porque antes de ser escritor quiso ser pintor, su primera vocación fue la pintura, incluso expuso antes de publicar su primer libro. Es más conocido como poeta, tuvo ese enorme secreto, ni tan oculto, porque sí hubo ferias que le dedicaron y exponía regularmente”, comenta Muñoz.

El objetivo de esta exposición que reúne cerca de 90 obras de 29 artistas de la talla de Ángela Gurría, Eduardo Chillida, Joan Miró, Antoni Tàpies y José Luis Cuevas, entre otros, es crear un diálogo entre estos creadores. Además, que el público descubra esa parte oculta de los escritores en la pintura, y viceversa, de los pintores que se interesaron en la literatura.

“La intención es que la gente pueda conocer a artistas como Tàpies, Casamada, Wilfredo Lam, que escriben, pero porque la fama de su obra plástica ha sido abrumadora esta otra parte ha quedado al margen, me he dado a la tarea de recuperar esta parte para México, porque por ejemplo en el caso de Casamada su fama es más como pintor que como poeta”, señala el autor de Cinco espacios para Rafael Canogar.

Los asistentes podrán admirar por primera vez litografías del cineasta Carlos Saura, en las que se percibe la influencia de lo cinematográfico.

La exposición también explora la influencia de los artistas con otros creadores. Por ejemplo, en la obra de Rafael Alberti, se pueden apreciar los guiños hacia Joan Miró en los colores; o hacia Pablo Picasso, en el trazo.

Horizontes imaginarios. Un encuentro en el tiempo, también incluye cuadros de Vicente Gandía, Alfonso Mena, Miguel Ángel Alamilla, Antonio Saura, Francesc Torres, por mencionar algunos.

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