Dallas arrolla 37-10 a Filadelfia y recupera cima del Este en la Nacional

Ezekiel Elliott acumuló 111 yardas y un touchdown, Dak Prescott aprovechó las facilidades que le brindó la defensa rival y los Vaqueros de Dallas arrollaron 37-10 a las Águilas de Filadelfia.

En su avance hacia la zona de anotación, Elliott embistió al safety Malcolm Jenkins. Prescott tampoco tuvo problema para completar un envío de touchdown tras fingir que le entregaría el balón a su corredor estelar.

El quarterback anotó también en un acarreo, y los Cowboys (4-3) recuperaron el primer puesto de la División Este de la Conferencia Nacional, al cortar una racha de tres derrotas consecutivas, la cual siguió a un comienzo de campaña con foja de 3-0.

La seguidilla de tropiezos había echado por tierra las altas expectativas que tenían los campeones defensores de la división.

With this rushing TD @Dak just broke a tie with Roger Staubach for most career rushing touchdowns (21) by a #DallasCowboys QB! #PHIvsDAL | #DallasCowboys pic.twitter.com/81TE8USyLb

— Dallas Cowboys (@dallascowboys) October 21, 2019

Carson Wentz vio interceptado uno de sus envíos e incurrió en dos de los tres balones que soltó Filadelfia. Los Eagles (3-4) cayeron por segunda vez consecutiva, luego de hilvanar dos triunfos, con los que pareció que el equipo encarrilaba su temporada.

Brett Maher convirtió un gol de campo de 63 yardas, en la última jugada antes del descanso, para colocar a Dallas arriba por 27-7. Desde 2016, cuando Doug Peterson ocupó el puesto de entrenador de los Eagles, Filadelfia nunca había permitido tantos puntos en una mitad de un encuentro.

Por otra parte, Robbie Gould convirtió goles de campo de 28, 22 y 29 yardas, que representaron los únicos puntos en un deslucido encuentro, y los 49ers de San Francisco superaron 9-0 a los Pieles Rojas de Washington bajo una lluvia constante para seguir invictos.

Esta victoria permitió que San Francisco se colocara en una foja de 6-0 por tercera vez en su historia y por primera ocasión desde 1990. Los 49ers de aquel año terminaron con un récord de 14-2.

Los dirigidos por Kyle Shanahan no lucieron como una potencia invicta bajo condiciones meteorológicas adversas que le dificultaron el trabajo al quarterback Jimmy Garoppolo y a todo el ataque.

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EVG