Raúl Gudiño le arrebata a las Aguilas el triunfo y el liderato

Raúl Gudiño le arrebata a las Aguilas el triunfo y el liderato
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Con la insistencia de Oribe Peralta, el motor que representó Guido Rodríguez para recuperar y atacar; con el superlativo nivel del portero Raúl Gudiño y Josecarlos Van Rankin; risa, drama, llanto y todos los sentimiento se vivieron ayer en el Estadio Azteca, donde América tuvo a placer la oportunidad de ser el líder general de la competencia, pero el guardameta de las Chivas no se lo permitió; al final apenas concretaron el empate por la mínima.

a primera jugada del encuentro fue para el Rebaño, que llegó al fondo, pero no fue más que para regalarle un balón quedito al portero de los azulcremas, Agustín Marchesín; luego, los de casa, ni flojos ni perezosos, le tomaron la propuesta a los rojiblancos y también mostraron sus armas.

Mateus Uribe y Cecilio Domínguez buscaron los avances por la banda izquierda, mientras que Guido Rodríguez y Renato Ibarra hicieron lo propio por el costado derecho, con Oribe Peralta y Roger Martínez buscando macar al frente.

Así, los de casa se encargaron de acosar y acosar la cabaña del joven portero Raúl Gudiño, quien se mostró sereno, frío y calculador. Por su parte, la zaga tapatía conformada por Josecarlos Van Rankin, Jair Pereira y Hedgardo Marín supieron cuidar bien el patio de su cabaña, aunque al minuto 13 se vieron susceptibles. Paul Aguilar se encargó de pelear la redonda por la derecha, mandó un centro que fue taconeado por Oribe y la pelota le quedó a Mateus Uribe, quien empujó, pero Pereira se le atravesó y cortó la trayectoria de la de gajos.

Así se mantuvo el club capitalino, con gran dominio y orden, hasta que al 19’, por la vía del tiro de esquina, Chivas tuvo una más, tras una mala salida de Marchesín, donde la pelota quedó para Van Rankin, luego para Pereira y finalmente para Marín; pero ninguno pudo concretar.

Pasado el minuto 20 las cosas se equilibraron, con unas Chivas que salieron de sus letargo y comenzaron a ganar metros, pero América seguía siendo más consistente, más certero; era el que más recuperaba, con un Guido Rodríguez que estaba en fuego.

[caption id="attachment_806845" align="alignright" width="300"] Previo al clásico, el extécnico de Chivas, Matías Almeyda, posó con aficionados rojiblancos en Houston, sede de su centro de entrenamiento.[/caption]

En la agonía, Peralta tuvo otra, la cual remató de cabeza, a bocajarro; pero Gudiño fue al Azteca con toda la confianza del mundo y supo resolver de gran forma y así fue muriendo el primer tiempo, de forma trepidante.

Para el complemento las cosas no cambiaron, aunque esta vez Chivas salió con más enjundia, con más propuesta; pero los de casa, que estaban bien arropados por su gente, no flaquearon en su defensa y supieron salir de ese momento de júbilo que vivió la escuadra rojiblanca.

No obstante, el Rebaño no dejó de insistir y tuvo su recompensa, cuando al 59’ Josecarlos Van Rankin no se cansó de pintarle la cara a toda la zaga anfitriona, primero con un pequeño sombrerito, luego con un arranque d velocidad y finalmente con un amague y pase para Alan Pulido, quien sólo se encargó de rematar con su derecha desde muy cerca del centro del área y convertir el 1-0 para los visitantes.

El dato: En 2013 Gudiño fue nombrado segundo mejor portero de la Concacaf, detrás de Tim Howard.

Tras la diana del Rebaño Sagrado, éstos se hicieron más fuertes y mantuvieron su inercia, explotando las bandas, aunque también regalaron más espacios para que los de Coapa se replegaran y los de casa, desde luego, les tomaron la palabra, para desenvolverse a placer; así fue que los de Guadalajara perdieron fuerza. Grave error.

Al 80’, Peralta fue a rescatar una pelota para que no se escapara de la cancha y desde el costado izquierdo de los suyos, mandó para Andrés Ibargüen, quien burló a todos los zagueros que se le pusieron en el camino y luego, apenas pudo, sacó un disparo potente con su derecha desde el lado izquierdo; el esférico fue desviado y finalmente se incrustó por abajo, al lado izquierdo de Gudiño, quien nada pudo hacer.