Augusta National

Tiger Woods vuelve entre gritos y aplausos

El mayor resurgimiento de Woods tuvo un electrizante inicio, cuando registró una tarjeta de uno bajo par y 71 golpes en la ronda inicial del Masters

El Tigre en una de sus actuaciones, ayer, en el Masters de Augusta.
El Tigre en una de sus actuaciones, ayer, en el Masters de Augusta.Foto: AP
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Caminó entre las azaleas y evidenció sólo un ligero renqueo. No pudo agacharse para calcular sus putts en los greens del Augusta National.

Pero por lo demás, no hubo ningún otro indicio de que Tiger Woods casi perdió la pierna derecha hace 14 meses en un accidente vehicular.

El mayor resurgimiento de Woods tuvo un electrizante inicio, cuando registró una tarjeta de uno bajo par y 71 golpes en la ronda inicial del Masters

“Terminé en números rojos”, dijo con confianza. “Estoy en donde necesito”.

Mientras Woods caminaba rápidamente hacia la casa club tras un complicado día que se extendió por cinco horas y media, escuchó gritos de la afición diciendo: “¡Bien hecho, Tiger!”.

Quedó a tres golpes del líder (después de que cerca de la mitad de los participantes seguían en el campo) con tres birdies, un par de bogeys y muchos sólidos pares, la mayoría rescates con su hábil toque en los greens.

Woods logró un último truco en el hoyo 18. Después de que envió su tiro desde el tee hacia los pinos a la derecha, sólo se pudo acercar al green. Colocó luego la pelota a seis pies y con un putt logró mantener su tarjeta debajo del par.

“Me sentí bien. Una vez que la adrenalina hizo efecto y entré en mi propio mundo, sabía que podía encargarme de todo”.

Un birdie en el hoyo 6 volvió locos a los asistentes. Un descuidado bogey en el hoyo 8 de par 5 provocó gemidos, pero el increíble juego corto de Woods evitó que terminara con un número grande que podría haber desencadenado la tragedia en Augusta.

No podía agacharse completamente para ver sus putts y ello lo obligó a apoyarse en su caddie Joe LaCava para juzgar los complicados greens en el Augusta National.

Pero eso fue un inconveniente menor después de lo que vivió.