20 años sin Joey Ramone

La canción #6

Joey Ramone
Joey RamoneFuente: rockaxis.com
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Abril fue el mes más ramonudo del año. El 23 se celebró el Día Internacional de los Ramones. En 2019, un seguidor llamado Ángel Ortiz empezó a recolectar las firmas en España porque aquel día de 1976 se lanzó Ramones, la revolución punk en veintinueve minutos  que cambió la dirección del rock. Pero también el 15 de abril de 2001 murió a los cuarenta y nueve años, por cáncer linfático, el gran Joey Ramone, el cantante que — fourfivesixsevenallgoodcretinsgotoheaven— se convirtió en un símbolo libertario.

Ramones sólo pudo formarse en la mente y en el sótano de Joey, el friki alto y flaco emblemático de Nueva York, egresado de la clínica St. Vincent con el diagnóstico de paranoico-esquizofrénico y la inspiración para escribir canciones descabelladas. Antes de hacer Ramones formó al grupo Sniper, antes de ser Joey Ramone era Jeff Ross Hyman y antes de ser cantante era baterista. Tuvo tres batacas, un acordeón y un radio portátil que lo conectó a los Beatles y a los Who. Esos fueron sus dos lados, el pop y el punk.

Ramones es el grupo que me salvó la vida porque siempre me hicieron sentir parte de algo

Joey era puro estilo e ingenio con elevada presencia escénica, el Gigante del Punk: cocreador de la música basura, rostro lúdico de la decadencia finisecular y una de las voces más desafinadas pero creativas del rock. Su talento le permitía componer con una guitarra de dos cuerdas. Además, era feo como mantis religiosa. Un ser contrahecho y contracultural, pterodáctilo de cómic y judío que cantaba canciones “nazis” mientras conquistaba los corazones rotos de una legión incondicional. “No te preocupes, todo va a estar bien”, era su mensaje favorito. Después de Ramones en 1996, Joey dio talleres y conferencias, abanderó causas contra el hambre y la censura, produjo y tocó material propio y ajeno. Como solista grabó varios sencillos y dos álbumes: Don’t Worry About Me y el póstumo Don’t Ya? Su personalidad e influencia, tan grandes y ausentes como las torres gemelas, le merecieron la santidad rockera y una esquina con su nombre, Joey Ramone Place, la señalética más robada de Nueva York. Netflix está por estrenar la biopic I Slept With Joey Ramone, escrita y producida por su hermano Mickey Leigh con el director Jason Orley.

Sobreviví a tres conciertos. Parafraseando al mechudo de lente oscuro, Ramones es el grupo que me salvó la vida porque siempre me hicieron sentir parte de algo. No importaba si eras feo, tonto o anormal, we accept you one of us, Gabba Gabba Hey!, cantaba en “Pinhead”. Su ritmo me mantiene en movimiento desde los trece años, es el Hey! Ho! Let’s Go! de cada día. Si alguien entendió y representó a los inadaptados, ése fue Joey Ramone.