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EL CORRIDO DEL ETERNO RETORNO

Portada "Material Serio"
Portada "Material Serio"Foto: letraslibres.com
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MARK FISHER, CONSTRUCTOS FLATLINE, Caja Negra, 2022. La justicia poética nos alcanza a todos. Una ventaja de no estudiar una carrera universitaria fue que no tuve que escribir tesis. La vida me castigó y ahora estoy leyendo una. De Santo Fisher. Luego del atasque de los tres volúmenes de K-punk aparecen estos constructos. Hace unos días alguien me preguntaba cuál era mi texto favorito sobre música. No dudé en responder que el ensayo de Fisher sobre Joy Division, incluido en Los fantasmas de mi vida y la crónica sobre The Clash, de Lester Bangs. Constructos flatline es la punta de lanza del pensamiento Fisher. 

JUAN CÁRDENAS, PEREGRINO TRANSPARENTE, PERIFÉRICA, 2023. Los libros de Cárdenas son un acontecimiento. Como lectores siempre buscamos libros. Pero en ocasiones ellos nos encuentran. Y a mí me encontró la obra de Cárdenas. Su lengua. Ésa que libro a libro esgrime con un espíritu único. Adentrarte en sus páginas es una experiencia del lenguaje. 

FABIÁN CASAS, EL PARCHE CALIENTE, EMECÉ, 2023. Me dice Adrián Dárgelos, de Babasónicos, que El parche caliente es el mejor libro de Fabián. Como lector de Casas me entra la duda. Será mejor que Titanes del coco. Mi amigo Daniel Guzmán dijo que era El corazón de las tinieblas sudamericano. Me he quedado estupefacto. Es en definitiva Apocalipsis Now más redux que el redux. Esta novela es una historia sencilla que se complica y como lector te sorbe el coco. Un hombre y un perro. Un perro que no es un perro. Pero es un hombre. Un cameo a Carlos Castañeda. Una historia que es lineal. Que se disloca, se convierte en una especie de antinovela. Es una suma de historias que olvidan la historia misma. 

JACK KEROUAC, LOS SUBTERRÁNEOS, ANAGRAMA, 2023.

La mejor novela de Kerouac es En el camino. Su segunda mejor obra para muchos es Big Sur. Para mí es Los subterráneos. Ahora goza de una reedición, por el centenario del autor. Anagrama ha saldado la cuenta pendiente que tenía con la obra de Jack y le ha creado su biblioteca y ha comenzado a reeditar títulos de su catálogo y ha lanzado nuevas traducciones de otros, fuera de circulación. Los subterráneos es un libro breve, algo no muy común en Kerouac, pero trepidante. Es una carta de amor a San Francisco, segunda casa de los Beats. La historia de amor entre un alter ego de Jack y una chica de color. Unión que en los 40 era escandalosa. Jack tiene más heterónimos que Pessoa. Bob Dylan imitó a Kerouac siempre. Y lo sigue haciendo hasta hoy.

Esta realidad pachequísima se diluye, se contrae y extiende como el trazo mismo

BONNIE JO CAMPBELL, MUJERES Y OTROS ANIMALES, DIRTY WORKS, 2023. Una chica que vende raspados se ve amenazada por el ataque de un tigre que se escapó de su jaula. Mientras lo ve acercarse recuerda un ataque sexual. Es el primer relato de este libro que entraña historias de mujeres duras, durísmas. En Minnesota luchan contra eso llamado vida. Con una prosa cargada de poderosísimas imágenes, Jo Campbell se alza como una de las mejores cuentistas de hoy. Su voz dice bien alto, para que se oiga, que Carver ha quedado atrás. Esto es otra cosa. A la fuerza de las imágenes y la dureza de las tramas se suma un tono único. Este libro es un estado de ánimo. Y los tonos que consigue son de una fiereza deslumbrante.  

GRAHAM GREENE, BRIGHTON ROCK, LIBROS DEL ASTEROIDE, 2022. Algunos libros revolucionan una cultura, como esta novela de los 30 definió el espíritu punk. Biblia máxima y motor para la rebelión. Hacía falta que volviera estar en circulación, esto que es un clásico oculto. Ha adquirido proporciones míticas y trae de ultratumba para el lector en español a un pesado entre los pesados.

JIS, MATERIAL SERIO, TEDIUM VITAE, 2023. Qué vaciado título.

Ha hecho de todo con sus monos. Que se les salten los pelos, se escurran los mocos, les supuren las llagas. Conforme la tecnología nos traga existe un hombre que se torna piedra y desde su ostracismo conecta la prehistoria con el presente. Un ser mono, chango, niño, pelón, que dibuja, se echa pedos y da color, a veces en blanco y negro, a esta realidad pachequísima que se diluye, se contrae y extiende como el trazo mismo de este monstruo del dibujo. Pudiendo hacer de su oficio un oficio, él se ha negado, quiere ser un vago. Es en la vagancia donde se afila cada uno de sus pasos. Ésos que nos ha llevado a seguirlo con ojos cerrados.