En busca de la salud en el modo

AL MARGEN

En busca de la salud en el modo
En busca de la salud en el modoFoto Cortesía: MODO
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Voltaire alguna vez dijo que el arte de la medicina consiste en entretener al paciente mientras la naturaleza cura la enfermedad. Sorprende que uno de los mayores representantes de la Ilustración fuera tan escéptico

de la ciencia médica, pero lo cierto es que aquella frase —pronunciada con el sarcasmo que lo caracterizaba— representa el pensamiento que prevaleció en su época y que ha marcado también la historia de la salud. Estos debates se encuentran hoy al alcance del público en una exposición del capitalino Museo del Objeto del Objeto, hecha en conjunto con la empresa Essity, que aborda nuestro continuo deseo de bienestar.

Mente sana, cuerpo sano: en busca de nuestra salud ofrece un recorrido por los momentos más significativos de la historia de la medicina a través de un conjunto de tres mil piezas, que abarcan desde los inicios del siglo XIX hasta nuestros días. Los objetos de la colección del MODO son protagonistas de la muestra: representan los mayores hitos en el desarrollo de la herbolaria, los medicamentos y la cirugía, así como de los cambios en la práctica médica y la percepción que ésta ha tenido en la sociedad.

Narrar así el gran relato de la medicina es un acierto no sólo por lo atractivas que resultan las piezas exhibidas, sino porque a través de ellas los complejos conceptos de las ciencias de la salud —usualmente áridos para públicos no especializados— se hacen muy asequibles. La muestra en las salas del MODO exhibe piezas con las cuales generaciones de mexicanos hemos convivido cotidianamente, desde empaques de medicinas hasta anuncios publicitarios. 

De esta manera, como espectadores empatizamos mucho más con los contenidos que se ofrecen, los cuales además son presentados de una forma muy didáctica, con vistas a la divulgación científica. Existe, incluso, un dejo de nostalgia en nuestro acercamiento a las piezas exhibidas, ya sea porque nos evocan el recuerdo de un ser querido, nos transportan a nuestra propia infancia o a otro tiempo muy distante al nuestro. Éste es quizá el sello del MODO que más llama la atención, el encanto tan particular de la estética vintage e incluso kitsch que tan bien caracteriza a su acervo. En ésta es evidente, además, un enorme potencial para imaginar la vida en el pasado y, por lo tanto, para acercarnos a la historia.

Con los descubrimientos relacionados con la higiene, la representación visual de la medicina cobra tintes cada vez más asépticos

El detonador de la exposición fue, desde luego, la pandemia de Covid-19, la cual nos enfrentó de forma contundente a la necesidad de tener diálogos más profundos, pero también más cotidianos, sobre la salud. Así, Mente sana, cuerpo sano aborda no sólo los avances médicos más revolucionarios, como el descubrimiento de la penicilina o la creación de las vacunas —tan vigente hoy— y la implementación de medidas preventivas y de combate a la enfermedad desde el ámbito de la política pública, sino que también nos invita a reflexionar sobre las acciones individuales con las que contribuimos al bienestar propio, así como al de nuestro entorno. La exposición del MODO logra ese cometido sin caer en una narrativa moralizante, pues lo hace desde la curiosidad y el juego, explotando, precisamente, las peculiaridades de su colección.

Desde la perspectiva de la cultura visual es interesante recorrer las salas observando estas características tan propias de los objetos del MODO. Resalta, por ejemplo, cómo a medida que la ciencia médica se va profesionalizando y, sobre todo, con el paso de los descubrimientos relacionados con la higiene y la salubridad, la representación visual de la medicina comienza a cobrar tintes cada vez más asépticos. Conforme avanzamos, vemos cómo el diseño de productos para la salud va perdiendo su ornamentación, para presentarse de la forma más limpia posible.

LA IMPORTANCIA QUE TIENE LA IMAGEN para nuestro entendimiento de la medicina es un eje que atraviesa de manera significativa los objetos expuestos. Destaca el impacto del diseño, la ilustración, las publicaciones impresas y, particularmente, el cine. Este diálogo es uno de los aspectos más interesantes de Mente sana, cuerpo sano, donde sobresale, por mencionar un caso, la presencia de motivos vegetales y florales

en los productos médicos del siglo XIX y de sus espacios de distribución, como las boticas. Los productos se muestran con una reminiscencia de la herbolaria —práctica no sólo muy antigua sino, por lo mismo, más cercana a la experiencia de la población en general— y, a la vez, vinculada a la botánica, con lo cual se le brindaba un halo de ciencia exacta. Por otro lado, vemos también el surgimiento de una estética propiamente científica, con máquinas sofisticadas, batas blancas e instrumentos de acero inoxidable.

En estas transformaciones está patente otra línea narrativa que resulta muy singular: la separación de lo propiamente médico de lo que llamamos charlatanería. Si bien durante una época la propia medicina fue vista como lo segundo, especialmente durante los primeros años de su consolidación, con el paso del tiempo fue profesionalizándose y, por lo tanto, se desvinculó de los productos milagro y también de las prácticas pseudocientíficas, que tuvieron su auge en el siglo XIX. 

Estas tensiones en la historia médica son también vistas desde una mirada crítica, particularmente, en lo que concierne al ámbito del género. La menopausia, la menstruación y la salud mental aparecen, así como temas tabú sobre sexualidad, pero también desde un cuestionamiento al sistema patriarcal y a su impacto en la vida de las mujeres. Se trata de una perspectiva que le brinda una enorme relevancia a la exposición.

El MODO presenta, así, una muestra que, si bien no es exhaustiva al ahondar en la historia de la medicina, nos brinda un muy buen retrato que sirve como un primer acercamiento para abrir la conversación sobre un tema que nos incluye a todos. Esto lo convierte en un gran esfuerzo divulgativo que brinda las coordenadas suficientes para continuar indagando y reflexionando sobre la búsqueda del bienestar y nuestro papel en ésta. Mente sana, cuerpo sano: en busca de nuestra salud estará expuesta en el Museo del Objeto del Objeto hasta febrero de 2024.