Otto Cázares

Explorar fronteras creativas

El arte que no se arriesga y no transgrede las normas aceptadas carece de sentido. El poeta Nicanor Parra lo asentó claro: “El poeta no cumple su palabra si no cambia los nombres de las cosas”. Asimismo, toda construcción plástica demanda un salto al vacío. Actualmente es posible visitar una muestra de Otto Cázares que justo se plantea ver desde otro lugar el dibujo, la caricatura, la instalación, la pintura y también la propia idea del trabajo del creador. Estela Peña nos reseña la propuesta que acoge el CENART

Otto Cázares (1979).
Otto Cázares (1979).Fuente:  Cortesía del artista
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Una exposición provocadora ha despertado el interés y la curiosidad dentro de la escena del arte actual. El artífice es Otto Cázares (México, 1979), reconocido creador visual y ensayista, cuyo trabajo destaca por su inventiva, originalidad y su valiente ruptura de los cánones establecidos. La muestra, que tiene lugar en el Centro Nacional de las Artes, revela su habilidad para explorar nuevas posibilidades de creación, lo que lo convierte en un visionario del arte contemporáneo. 

UNA VÍA DE LIBERACIÓN

Existen proyectos que trascienden las barreras convencionales y nos invitan a reflexionar sobre la relación entre el proceso creativo y la experiencia del espectador. Es el caso de Metáforas de trabajo (Manual de dibujo al rojo vivo), que se revela como un verdadero deleite tanto para los amantes del arte experimental, como para los de la pedagogía disruptiva.

Cuando en aquel 2019 —año que hoy nos parece lejanísimo—, Otto Cázares sometió al Sistema Nacional de Creadores de Arte el proyecto Manual de dibujo al rojo vivo, nunca imaginó el giro que la Fortuna guardaba entre sus cartas. Concebido como una aproximación transversal al dibujo, el libro de artista, la pedagogía Fluxus, la producción de radio y televisión, la archivística y el arte-correo, este proyecto fue concebido como una propuesta conformada de origen por quince lecciones experimenta-les, que se enviarían a vuelta de correo postal a los suscriptores de esta original oferta que fue saludada por el Fondo Nacional para la Cultura y las Artes como una alternativa novedosa y disruptiva. El proyecto vería la luz a inicios del 2020.

La esquiva Tyché, diosa de la incertidumbre, hizo girar el veleidoso timón que sostiene en su mano. Como es bien sabido, bajo su mirada lo fortuito e imprevisible cobra forma y se levanta muchas veces como un muro que parece infranqueable: así el capricho de la deidad se interpuso en los planes de todo el género humano y cerró fronteras y puertas, confinándonos en solitario.

En medio de la aridez y oscuridad del momento, gracias a la visión de largo alcance de su progenitor, lejos de frenarse o suspenderse como tantas iniciativas en aquellos días, el proyecto inicial cobró fuerza y se reveló como una luminosa vía de escape y liberación para los alumnos-suscriptores. Cázares se convirtió no sólo en creador y paciente maestro sino también en un moderno Hermes, mensajero ágil, veloz y astuto, que como fiel correo repartió de forma personal, en sobres rojos, una a una las lecciones del Manual. Así reestableció una relación presencial en momentos en los que, en medio del confinamiento, la visita del otro se antojaba impensable.

La cornucopia de Tyché derramaba sus dones sobre algunos mortales y les regalaba de ese modo la posibilidad de compartir un espacio excepcional de encuentro y creación bajo un generoso presupuesto: todos podemos dibujar. Sugería un retorno evocador a los orígenes de ese arte: reaprender a tomar el lápiz y reflexionar sobre la línea y el contorno, sobre luces y sombras, sobre posibilidades creativas infinitas, al mismo tiempo que la concreción de ideas susceptibles de ser plasmadas en un trozo de papel. “Más que aprender a dibujar, ser capaces de una alta dosis de AUTOENTREGA, entrega e inclinación a su propia inteligencia, su intuición, su sensibilidad: y al hacer, ser capaces de condensarnos. Porque ‘SOLO PUEDO EXISTIR A TRAVÉS DE MI ACTIVIDAD’, dice Novalis. Se trató de que el suscrito-dibujante realizara USANDO LO QUE CONOCE Y LO QUE TIENE A LA MANO, buscando definir su propio campo de intersección entre literatura, artes plásticas y arte editorial. Dibujo, pero dibujo entendido como una ZONA DE ACTIVIDAD y lugar de la LEGIBILIDAD: maquinitas estéticas que inventan la forma de articular su legibilidad”, como refiere el propio artista. Su visión comprende el lugar de operaciones culturales como forma sociocéntrica, en la que se aúnan pedagogía y conocimiento.

LA EXPOSICIÓN NO SÓLO EXHIBE los materiales originales de las lecciones, en sus icónicos sobres rojos, sino que asimismo se incluyen fragmentos de emisiones de radio y televisión que fueron parte de las estrategias pedagógicas del mismo. Adicionalmente se complementa con un programa de actividades paralelas, que incluye conversatorios con el artista sobre la pedagogía experimental de las artes, jornadas de metáforas de trabajo y visitas guiadas a la exposición, coyuntura imperdible para asomarse a la mente incansable de Cázares y a su constante desafío a los límites de la expresión artística. 

En cada exploración trasciende las barreras del lenguaje convencional a través del desarrollo de una estética propia, que abarca y expande diversos formatos y técnicas, al evidenciar su dominio de la pintura, el dibujo, la caricatura, el ensayo radiofónico, la escritura, la instalación y otras formas de expresión artística. Se trata, pues, de un creador multifacético, completo y complejo.

Metáforas de trabajo (Manual de dibujo al rojo vivo) permanecerá abierta hasta el 9 de julio en la galería Espacio Alternativo del CENART. Es una oportunidad para sumergirse en este mundo de símbolos y emociones, para conocer el universo del creador mexicano.