Frankenstein Facebook

Frankenstein Facebook
Por:
  • alejandro_de_la_garza

En el fondo de su grieta en el muro, el alacrán lee las palabras de la máxima creación literaria de Mary Shelley: “Yo era bueno y cariñoso; el sufrimiento me ha envilecido”, dice Frankenstein, aspirante a Adán trastocado en monstruo por el desamor. La cita lúgubre llega al arácnido tras leer el artículo de Chris Hughes donde describe a Facebook como un Frankenstein y a Mark Zuckerberg como villano de película de James Bond .

El escorpión recuerda a Hughes como fundador, junto con Zuckerberg, de la más importante red social del planeta, la cual abandonó luego por diferencias con su socio, a quien hoy señala como dueño de un poder imponente y ajeno al control de los reguladores y del mercado mismo. Nacido como herramienta para comunicar a los estudiantes de la Universidad de Harvard, el sitio de Facebook creció y se desarrolló como un auténtico monstruo, pues para millones de empresas hoy es un imprescindible mecanismo de marketing mientras partidos políticos, candidatos y gobiernos lo utilizan como instrumento propagandístico, de información o desinformación. Ante todo, escribe Hughes en el New York Times, “Zuckerberg es el único en decidir cómo configurar los algoritmos de Facebook, Instagram y WhatsApp para determinar quién ve qué cosa. Es un poder capaz de crear o destrozar empresas rivales o candidatos políticos”.

"Chris Hughes describe a Facebook como un Frankenstein y a Mark Zuckerberg como villano de película de Bond".

La omnipresencia de Facebook es resultado de la ambición de Zuckerberg por crecer y de la poca disposición del gobierno para hacer algo por detener a la compañía, lee el venenoso en la descripción de cómo la estrategia de la empresa fue vencer a todos los competidores y cómo los reguladores y el gobierno dieron su aprobación de manera tácita o explícita. Al hacerse patente en los últimos años la manipulación inevitable en esa red social, Hughes lamenta no haber pensado en cómo “el algoritmo de la sección de Noticias podría cambiar nuestra cultura, influir en elecciones y empoderar a líderes nacionalistas”. A lo anterior, el escorpión añade bots, trolls, spam y otros mecanismos de la inteligencia artificial aplicados con malicia en Facebook, así como las cuentas híbridas, las noticias falsas y el tráfico con los datos de los usuarios, entre otros riesgos.

“Cada vez que Facebook comete un error, repetimos un patrón agotador: primero nos indignamos, después nos decepcionamos y, por último, nos resignamos”, remata Hughes, quien ahora se suma a varios políticos demócratas de Estados Unidos en la búsqueda de una manera legal de dividir a Facebook de Instagram y WhatsApp, así como de escindir a los otros gigantes tecnológicos: Amazon, Apple y Google.

El arácnido, quien ha sobrevivido sin Facebook, cita melancólico a Frankenstein: “Si no puedo inspirar amor, desencadenaré el miedo”.