Marky Ramone: un legado punk

Marky Ramone: un legado punk
Por:
  • rogelio_garza

Como el grupo de batalla diaria desde la adolescencia, los Ramones moldearon mi pensamiento y guiaron mis acciones cotidianas. Hoy no dejan de sorprenderme en su infinita simpleza. Recuerdo que la primera vez que tocó acá Marky Ramone con los Intruders pensé que padecía el mal del rockstar y deseaba vivir de la herencia. Qué pendejo fui. Tuve la fortuna de escucharlo en El Plaza con Blitzkrieg, el vocalista ibérico Iñaki Urbizu y el gran guitarrista de hard core Greg Hetson, de los Circle Jerks y Bad Religion. Treinta y nueve canciones disparadas a velocidad ramón, el rock melódico más rápido, potente y contagioso que se haya tocado.

Marky Ramone estaba en camino de ser leyenda a punta de baquetazos desde Dust y el transgénero Wayne County. Luego tocó en los Voidoids de Richard Hell para sacar el clásico Blank Generation en 1976. En seguida ocupó el lugar de Tommy en los Ramones, entre 1978-1983 y 1987-1996. Tiene tres grupos, toca en un sinfín de proyectos, publicó su autobiografía Punk Rock Blitzkrieg: My Life As a Ramone en 2015 y, así como se ve de austero, es empresario de la moda mamalona. Con Ramones tocó 1,700 conciertos, tres de los cuales presenciamos hace veinticinco años en Pantitlán y en el Gimnasio Juan de la Barrera.

"Energía directa al corazón desde el trono del rey en cuestión: el tupatupa de Marky Ramone".

Llegamos nostálgicos a El Plaza y entramos volando, apaleados por el trabajo y el tráfico, pero un par de acordes ramonudos bastaron para renacer en 1, 2, 3, 4. Energía directa al corazón desde el trono del rey en cuestión: el tupatupa de Marky Ramone. Cerca del escenario y lejos en el tiempo, lo que tocó el quinto y último Ramón vivo fue pura historia. Canciones pop perfectas, concebidas con la gracia del chicle-y-pega, pero ejecutadas con furia militar y peligro urbano. A partir del viejo rock, los Ramones tocaron lo que no se había escuchado antes e influyeron en la música y la cultura como ningún otro grupo americano. Y eso era lo que Marky nos recordaba en el tsunami eléctrico de cada canción. Entonces supe que mantenía vivo el legado musical del grupo. Un ataque de clásicos que incluyó curiosidades como su versión de Spider-Man; el tributo que les hizo Lemmy de Motorhead, R.A.M.O.N.E.S; la versión de Happy Birthday to You que los Ramones le tocan al señor Burns en Los Simpsons; Have You Ever Seen the Rain? de Creedence; My Back Pages de Bob Dylan; y su tradicional villancico punk, Merry Christmas (I Don’t Want To Fight Tonight). La rola final es el himno con el que hemos jalado por generaciones tras su invención: Blitzkrieg Bop. El Plaza se movió algunos centímetros de su eje con ese grito de guerra, el llamado a la acción: Hey Ho, Let’s Go!