Música a todo color

LA CANCIÓN #6

Música a todo color
Música a todo colorFoto: Cortesía del autor
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El rock nació, creció y se desarrolló con las artes gráficas: carteles y volantes de conciertos, portadas de discos, fotografías de artistas, ilustraciones y diseños de logotipos. Millones de materiales, considerados arte comercial hasta hace unos años que empezó a exhibirse en los museos y galerías de la alta cultura. Son manifestaciones que se inspiran en la música, pero viven fuera de ella.

Los Rolling Stones, los rockstars más fotografiados, le pidieron al artista John Pasche un logo como sello de impresión. Pasche se concentró en la boca roja de la diosa Kali. Así se imaginó los labios y la lengua del beso estoniano como un gesto juvenil. El logo debutó en el disco Sticky Fingers (1972), el clásico de la portada de Andy Warhol con Craig Braun: los pantalones de mezclilla con un zíper que se abría. El beso se adaptó en la contraportada. Así comenzó la odisea del logo más famoso del rock que trascendió en popularidad al mismo grupo.

En The Art of Rock: Posters from Presley to Punk, Paul D. Grushkin y John Sievert marcan el nacimiento de esta forma de arte alrededor de 1955. Ya existían los carteles de jazz, blues y country, pero con el rock and roll explotó la creatividad y una nueva estética en el diseño. Diez años más tarde se vivió la época de oro del cartel de rock, la psicodelia trajo una gráfica innovadora que en 1966 adquirió el reconocimiento de arte formal por el trabajo de Wes Wilson, conocido como el Rey del póster psicodélico por sus aportaciones. Con la galaxia de colores ácidos e inspirado en el art nouveau creó universos tipográficos con efectos visuales de movimiento y detalladas imágenes alteradas. La experimentación le dio una estética gráfica a la contracultura sesentera. En 1967, una portada de la revista Life derritió la retina de los lectores: el cartel de Grateful Dead en el Fillmore de San Francisco por el que Wilson recibió la beca The National Endowment for the Arts. Carteles y volantes evolucionaron de nuevo entre 1976 y 1986 con el punk y la new wave. Tomaron por asalto el diseño y la producción DIY, con una propuesta dadaísta a base de collage, paste up y el uso del blanco y negro con colores gritones como el rosa, el amarillo y el verde.

La otra forma de arte del rock son las portadas, consideradas la fuente más rica de diseño comercial. Es un arte que ha desaparecido y sólo existe entre los coleccionistas. Son descritas por Roger Dean y Storm Thorgerson en The Album Cover Album, como una herramienta para vender música y un tesoro emocional. En su creación se han utilizado fotografías, logotipos e ilustraciones que se convirtieron en imágenes icónicas de la cultura pop, como la de Aladdin Sane, de David Bowie, realizada por el fotógrafo Brian Duffy en 1973 y la llamada La Mona Lisa del Pop, sigue siendo tendencia en la moda.

Está por salir el libro Sketch, drugs and rock n’ roll, editado por Javo Verduzco, treinta ilustradores mexicanos dibujan y comentan a sus grupos favoritos.

El resultado es un estupendo álbum de tributo al rock que suena a todo color.