Diego El Cigala le canta a México en nuevo disco

Diego El Cigala (Madrid, 1968) se adueñó de los corazones latinos en 2003 cuando lanzó, junto al pianista cubano Bebo Valdés (1918–2013), Lágrimas negras: álbum que mezcla las consonancias del bolero y el son cubano con los colores del flamenco. Después vendrían Dos lágrimas (2008), que continuaba por las rutas afrocubanas; Cigala Tango (2010): tributo a la música rioplatense; e Indestructible (2016), fonograma que recrea los grandes momentos de la salsa neoyorquina.

“Tengo una deuda con México, quiero hacer un disco con la música de esta tierra que siempre me recibe con tanto amor. Chavela me hablaba de México y de sólo escucharla yo ya estaba enamorado de la música, del tequila y de sus historias. Estoy con esa espinita desde hace años, estoy viendo las canciones que incluiría, los formatos, los compositores. Terminando esta gira me pongo a trabajar duro en ese fonograma que más que un sueño es un anhelo”, dijo El Cigala en una actuación en 2017 en el Auditorio Nacional.

Cigala canta a México (Sony Music, 2020) ya es una realidad: homenaje al México Lindo y Querido en voz de uno de los cantaores de flamenco de más arraigo en el público mexicano. Placa con melodías que han cruzado todas las fronteras insertadas en la sangre y el fervor de millones de oyentes. El Cigala enfrenta un desafío mayor: honrar el mestizaje de las conformidades sonoras de México, en un trabajo de fusión del bolero y la ranchera a través de las recitaciones de su cante hispánico que no echa a ver límites ni fronteras.

Diego El Cigala, 25 años de carrera en el testimonio de ser el ‘artista de mestizaje’ más popular en la actualidad con aclamación en más de 70 países de América, Europa y Asia. En este nuevo CD vibran los boleros, rancheras y mariachi en composiciones de José Alfredo Jiménez, Manuel Wello Rivas, Consuelo Velázquez, Alfredo Gil, Armando Manzanero, Roberto Cantoral, Federico Méndez, Alfredo Gil, Juan Gabriel y Alberto Domínguez.

“Temas que llegaron a los oídos de Cigala por Los Panchos, Agustín Lara, María Grever, Pedro Infante, Pedro Vargas, Jorge Negrete, Javier Solís, Rocío Dúrcal, José José y Chavela Vargas, quienes inspiraron la concepción de este trabajo: fui testigo de cómo escuchaba cada versión de una canción determinada para retomarla y darle nueva vida en este disco”, expresó en entrevista telefónica desde Madrid con La Razón, el pianista español y productor Jaime Calabuch.

¿Cómo se hizo la selección del repertorio? Todo lo armó Diego, todo nació de su gusto y preferencia. Sé que seleccionó más de 30 composiciones de las cuales quedaron las 11 que están en el disco. Lo vi muy angustiado: tenía que eliminar temas, no cabían todos. De algo, sí él estaba seguro: no podían faltar Manzanero, José Alfredo, Consuelo Velázquez ni Cantoral.

Fonograma que suena muy mexicano... Diego insistió mucho en eso, en la sonoridad: de ahí la selección del Mariachi Vargas de Tecalitlán para la interpretación de “Somos novios” o de La Sonora Santanera para “Perfidia”. Las guitarras de Los Macorinos o los sabores del Trío de Chucho Navarro. La prosodia es una amalgama de lo puramente mexicano con los colores del fraseo gitano de Diego.

¿Colorido instrumental variado y sorpresivo? Guitarrones, vihuelas, violas y trompetas en la búsqueda del sonido mariachi; asimismo, percusiones afrocubanas, piano y bajo para la ejecución de “Cenizas” o de los boleros “Verdad amarga” o “Bésame mucho”. En los temas de José Alfredo hay una gama mucho más de ranchera, que también se hace visible en “De qué manera te olvido” o “Se me olvidó otra vez”.

¿Diego está satisfecho con el disco? Una producción que él dedica a sus hijos y al pueblo de México. Íbamos en mayo pasado a presentarla en el Auditorio y no se pudo por la pandemia. A Diego le dolió mucho no poder ir a presentarlo. Esperemos que en 2021 se pueda hacer realidad el sueño.