VIDEO: El doblaje, una labor artesanal

VIDEO: El doblaje, una labor artesanal
Por:
  • raul-campos

“Poder ver algo en tu idioma lo hace mucho más cercano y asimilable a todos: para la abuelita que no ve, el niño que no lee subtítulos, para la señora que no habla otro idioma y que sólo la escucha porque está trabajando”, afirmó Cecilia Gómez, gerente de localizing del estudio Labo, compañía que desde 2006 dobla al español producciones internacionales y que abrió sus puertas a La Razón para mostrar cómo se realiza esta tarea.

http://youtu.be/x1J2zVAf9Zs

El proceso inicia con la revisión del material que el cliente desea doblar, para ello el equipo de Labo debe cerciorarse que el video otorgado tenga una calidad óptima y que les sean facilitados los materiales de audio base, como el prime master y los stems de 5.1.

Tras ello se realiza la traducción del guion, proceso que dependerá del contenido y el medio de salida que el cliente solicite, como un theatrical, home video, plataforma o videojuego. “En promedio, media hora de contenido para televisión se traduce en cuatro días; si es para cine tarda una semana entera porque es algo con mayor detalle: tienes que buscar más labiales y debes trasladar correctamente lo que estás diciendo para no decir una tontería”.

Para ello se utiliza un lenguaje neutral cuyo vocabulario y regionalismos puedan ser comprendidos por toda Latinoamérica, “tienes que hacer que el chiste te caiga en México, Argentina, Chile y Guatemala”. No obstante, en ocasiones el cliente solicita que se utilice léxico local en determinadas partes, lo cual implica realizar distintas versiones de determinadas escenas, “eso pasa generalmente en películas para niños, así puedes poner un ‘no manches’ y los niños lo van a entender perfecto aquí”.

Una vez concluida la traducción, el director de doblaje realiza un casting para seleccionar al talento vocal idóneo para la producción; “es necesario que se contrate a actores que tienen la preparación específica y que tengan idea de cómo funciona el doblaje, porque no puedes llegar a cocinar un pastel sólo siguiendo la receta: tienes que saber que hay un punto de ebullición o de batido exacto que no vas a conocer sólo por leer el guion”.

“El director guía al actor hacia el ritmo que tiene la voz del audio original y la intención histriónica que se busca; ellos graban contra el script; se aprende sus líneas, las lee a contrapantalla para irle cachando las labiales e ir hablando al ritmo del personaje, para ir sintiendo sus emociones”, detalló Gómez.

Películas en las que han trabajado:

Alita Battle Angel

[caption id="attachment_976747" align="alignnone" width="202"] Foto: Especial[/caption]

Bohemian rhapsody

 

[caption id="attachment_976749" align="alignnone" width="202"] Foto: Especial[/caption]

 

John Wick 3

[caption id="attachment_976751" align="alignnone" width="195"] Foto: Especial[/caption]

 

La también actriz de doblaje detalló que en ocasiones se eligen voces que no son similares a la de los actores originales debido a que se busca emparejar la imagen con el tono: “si oyes a Bruce Willis en inglés sabes que es su voz, le vaya o no a su aspecto, pero si en la versión en español le ponemos una igual, la gente va a decir que por qué habla tan suave si mide tres metros; por ello a veces nos tomamos esas licencias creativas”.

En la grabación de un capítulo de una serie pueden participar 25 actores, entre personajes principales, incidentales y personas ambiente; mientras que en una película el promedio es de 70. Los trabajos duran entre cinco y 10 días y cada actor graba sus diálogos por separado, a excepción de los ambientales —quienes dan las voces que visten la película como una pareja sentada al fondo de un restaurante o una madre que le grita a su hijo—, quines realizan sus sesiones en conjunto.

Posteriormente, se realiza la edición del material: el ingeniero retira los ruidos incidentales del habla, como el seseo y nasales, y modifica los audios para que tengan una sincronía óptima con el movimiento de labios.

El Dato: El mayor número de traducciones se hace del inglés, pero la apertura que han generado las plataformas digitales hace que los trabajos de japonés y coreano sean más comunes.

“El idioma más difícil para el sync es el chino: usan demasiadas vocales y abren mucho la boca; nosotros gesticulamos bastante y tenemos vocales abiertas y cerradas, consonantes labiales… nuestra boca se mueve de muchas formas; por ello es muy complicado poner un ‘hola, buenas tardes, ¿cómo estás?’ en una boca que se ha abierto tres veces en tiempos largos”, explicó Gómez.

Finalmente, se realiza la mezcla: los mixers deben tratar de realizar una copia exacta del track enviado por los clientes, pero complementado con las nuevas voces en español.

“En una producción participamos nueve personas del estudio, todos profesionales de la industria, no es gente que aprendió a utilizar Pro Tools y graba, sino que tienen maestrías en diseño de audio o diseño sonoro; nuestras cabinas cuentan con certificaciones de AWG y THX, y se calibran cada seis meses… Buscamos hacer las cosas de manera artesanal para que resulte algo maravilloso”, concluyó.

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