El hoyo, una proyección de la podredumbre humana

El hoyo, una proyección de la podredumbre humana
Por:
  • jesus_chavarria

Una enorme construcción dividida por niveles en vertical, comunicados sólo por un gran respiradero en el centro, a través del cual eventualmente baja una plataforma con comida. Dos personas por piso, recluidas e intercambiadas al azar cada mes. Por supuesto, los de los primeros pisos serán los que coman mejor, y mientras más abajo estén les tocará mucho menos, quizás las sobras y al final nada. Así pues, durante el tiempo que permanezcan ahí y sobrevivan, a veces estarán arriba y otras en el fondo. Esa es la premisa de El hoyo.

La película, recientemente estrenada por Netflix, a primera vista pudiera parecer que otra de esas cintas que apuestan por llevar a sus personajes al límite para explorar los alcances de la crueldad y la inconsciencia, ofrecer un retrato de la podredumbre social y los entresijos de la naturaleza humana. Las producciones Snowpiercer (2013), El cubo (1997) y El experimento (2001) serían las referencias obvias. Sin embargo, su manufactura y propuesta visual nos hablan de que tiene un poco más en el fondo.

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Basta hacer énfasis en el contraste entre la austeridad del espacio y los objetos, que nos recuerda la teatralidad de Samuel Beckett, con todo y su visión fatalista del hombre —dígase obras como Final de partida— y lo minucioso de la elaboración de los alimentos, amén de lo ostentoso de la presentación de los mismos, que redunda en escenas escatológicas al estilo de filmes como el iconoclasta El bebé de Macón, de Peter Greenaway, para darse cuenta que además se trata de una retorcida disertación sobre el concepto de civilización, sobre cómo lo interpretamos y lo asumimos; si es una proyección del miedo a nuestra perversidad o una forma de negarnos a nosotros mismos.

El ritmo es constante y los puntos de tensión, apoyados por las tomas cerradas en los momentos oportunos, sirven para equilibrar las escenas de sangre y viseras que no se limitan en lo gráfico, manteniendo siempre el sentido para no caer en la frivolidad, con las referencias literarias que redondean el inquietante mensaje. Este último a veces raya en el panfleto, pero no pierde contundencia.

Y es que es cierto que El hoyo, del español Galder Gaztelu-Urrutia, al final ofrece muy pocas respuestas —y muchas de ellas resultan un tanto obvias—, pero lo interesante es que platea muy bien las preguntas y nunca abandona una clara vocación por el entretenimiento, logrando no sólo interesar al espectador, sino entretenerlo y empujarlo a una oscura reflexión.

El dato: La producción ganó el Premio del Público del Festival Internacional de Cine de Toronto; es la ópera prima del realizador español , quien antes sólo había rodado cortos.

Después de su paso por eventos como el Festival Internacional de Cine de Toronto y Sitges, la cinta llega a plataformas digitales vía Netflix y es una estupenda opción para ver en casa estos días de cuarentena.

El hoyo

Director: Galder Gaztelu-Urrutia

Género: Horror

País: España

Año: 2019