Las Fabulosas, fallido homenaje a Olga, Wanda, Rossy...

Las Fabulosas, fallido homenaje a Olga, Wanda, Rossy...
Por:
  • raquel_vargas

El esplendor de la vida nocturna de los años 70 y 80 en la Ciudad de México en el que las vedettes eran el eje sobre el que giraba ese universo de piedras de colores, plumas, música y erotismo se muestra en Las Fabulosas, exhibición que se inaugura el sábado 3 de diciembre en el Fotomuseo Cuatro Caminos. Sin embargo para la fotógrafa Paulina Lavista —que expone siete imágenes, incluyendo las de Olga Breeskin y Sasha Montenegro en esta página— la curaduría de esta instalación resultó fallida.

A esta exposición “no le dieron ningún valor fotográfico, sino de documento. Está bien, pero en este tema hay trabajos más profundos, como el mío. En ese momento hubo una apertura de la prensa; sin embargo en esta muestra no veo muchos desnudos y hacíamos muchos y muy atrevidos, pero no los veo; sólo hay imágenes de la prensa sin mayor sensualidad”, expresó en entrevista con La Razón.

Las 130 imágenes de Antonio Caballero, Juan Ponce, Carlos Magaña y Paulina Lavista retratan el momento de éxito de Olga Breeskin, Lyn May, Princesa Lea, Princesa Yamal, Rossy Mendoza, Sasha Montenegro y Wanda Seux.

Las Fabulosas, curada por Gustavo Prado, sigue el rastro del documental Bellas de noche, de la directora María José Cuevas, quien también se mostró inconforme con el tratamiento que se dio a las imágenes.

“Al hacer toda la investigación para la película me encontré con un gran acervo de recortes de periódico y revistas, hallé los archivos de estos cuatro fotógrafos maravillosos. No me siento muy apegada a lo que vemos aquí porque no percibo el respeto con el que yo me acerqué a ellos”, comentó Cuevas durante la presentación de la muestra.

“Para Bellas de noche me interesó mucho el trabajo de Paulina retratando a estos símbolos deseados por los varones, porque es lo que me tocó hacer a mí 40 años después en este filme”, explicó la cineasta.

Para Lavista en Las Fabulosas “impera la visión de los hombres y la delicadeza de una fotografía hecha por una mujer no sirvió. Mis fotos se diferencian de las demás: no hay celulitis o cicatrices, no hay exposición burda, yo ponía difusores”.

Explicó que la primera vedette que retrató fue Lyn May, para la revista Su Otro Yo, en 1973, y durante 10 años ése fue su sustento: “para mí fue una forma de vivir porque en ese tiempo no había becas. Fue un trabajo muy difícil porque eran transparencias en las que no te puedes equivocar; tenía que cuidar la exposición, la pose, el arquetipo que quería mostrar; procuraba sublimarlas, que me dieran el mejor ángulo”.

Agregó que aunque le parece encomiable la labor de rescatar esa época, “todo está mezclado. En el bombardeo de imágenes muchas cosas se pierden y se uniforman; creo que se debió hacer una selección más fina de los materiales que se presentan aquí y se debió diferenciar entre la foto y el trabajo documental”.