En 651 días, estudiantes normalistas y docentes de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) han protagonizado más de 125 disturbios. Los encargados de la educación en Michoacán convirtieron el caos, los bloqueos y el secuestro de personas y vehículos, como la mecánica de extorsión ideal para triunfar en sus “luchas justas”.

Aunque dice respetar los motivos de sus causas, sin cuestionar si son justas o no, Carlos Alberto Enríquez Barajas, presidente de la Asociación de Industriales en el estado (AIEMAC), ataja: “esto ya no puede ser la forma de funcionar en Michoacán”.

El industrial, quien como sus compañeros de gremio ha logrado mantener su establecimiento y evitar el despido y cierre de empresas a pesar del impacto negativo generado por la pandemia del Covid-19, urgió a frenar de tajo y que las movilizaciones, marchas, secuestro de vehículos, toma de casetas de peaje, bloqueo de las vías ferroviarias y demás, “dejen de ser una estrategia para negociar; ésa no puede ser moneda de cambio”.

A unas horas de que se desplegara un operativo de las Fuerzas Armadas para liberar las vías ferroviarias que los maestros centistas bloquearon en los municipios de Maravatío, Uruapan, Pátzcuaro y Nueva Italia, generando en cuatro días de tomas daños por más de 200 millones de pesos y 13 trenes varados, Enríquez Barajas advirtió sobre la incertidumbre que genera este tipo de eventos que se vienen repitiendo desde diciembre de 2018.

“Nos preocupa la incertidumbre por la falta del Estado de derecho, estos eventos generan un mensaje de incertidumbre para el tema de desarrollo económico”, citó el dirigente empresarial.

AHUYENTAN INVERSIONES

 El 11 de diciembre de 2018, normalistas de Tiripetío, cubiertos del rostro, secuestraron cinco unidades comerciales y tres del transporte público. Invariablemente, el sector productivo de Michoacán es el que lleva las de perder frente a estas extorsiones disfrazadas de movilizaciones y luchas sociales.

Y, lo único que ocurre, es que “desalienta el mensaje para la inversión; sí daña la imagen y la percepción que tiene Michoacán como un estado amigable para la inversión nacional e internacional”, refiere el líder de los industriales.

De nada le valen a la entidad sus grandes ventajas, como una posición privilegiada, gente que quiere trabajar y con capacidades y talentos; eventos como los bloqueos, “mandan señales distintas”, a grado tal que hay servicios y empresa que ya no quieren entrar al estado por temor a las mermas.

Carlos Enríquez asentó que “todos, tenemos algo qué pedir, pero ésa no es la forma y nos está dañando”.

VIVIR DE LA PROTESTA

Y es que, el bloqueo de vías ferroviarias se ha convertido en un negocio redondo para los docentes y los futuros responsables de la educación de niñas, niños y jóvenes.

En 2019, empresarios que hacen uso de la red ferroviaria en esta parte del país sufrieron el peor embate posible, al registrar 62 días de tomas y bloqueos de docentes; largas filas de trenes se acumularon en ese periodo.

La cronología acumulada registra toma de casetas de peaje, bloqueo de vialidades, violentos enfrentamientos entre grupos de maestros y contra elementos policiacos; robo de mercancías, protestas en el Centro Histórico, plantones indefinidos en el corazón de Morelia y otros puntos del estado con la consiguiente suspensión de clases.

En ese contexto, el Presidente Andrés Manuel López Obrador, en su conferencia mañanera del pasado lunes 21 de septiembre, llamó “vividores” a quienes recurren a este tipo de acciones, al tiempo en que pidió a los integrantes de la CNTE no dejarse manipular y protestar por causas justas.

“Que sean causas justas por las que se protesten. Pero no protestar para sacar dinero; negociar, le llamaban los líderes corruptos, no puedo decir vividores, pero ya se me fue”, expresó.