Otro septiembre duro: lluvias, inundaciones… y sismo de 7.1

En una frase, el gobernador de Hidalgo, Omar Fayad, sintetizó el drama que padeció el Hospital General de Zona (HGZ) número 5 del IMSS, luego de que lluvias torrenciales provocaron el desbordamiento del río Tula, y que la madrugada de este martes provocó la muerte de 17 pacientes y que 120 personas estuvieran atrapadas por más de 15 horas.

“El agua subió de una manera vertiginosa en el hospital, cuando las enfermeras se estaban subiendo a las camillas y a los carritos porque comenzó a llegar el agua a sus pies; pasaron muy pocos minutos para que estuviera completamente inundado el primer piso del hospital”, comentó, en entrevista con el periodista Carlos Loret de Mola.

En un reporte preliminar sobre la tragedia, se dio a conocer que las personas fallecieron tras dejar de recibir ventilación asistida debido a que los equipos dejaron de funcionar sin energía eléctrica; las tareas de rescate se prolongaron durante el día, ya que para llegar al hospital fue necesario hacer traslados de entre 25 a 30 minutos de ida y regreso en lancha.

Inexorable, el agua penetró el hospital por los huecos de puertas, ventanas y otros orificios, y alcanzó camillas y equipo médico; enfermeras y médicos, con cubrebocas y uniformes, movieron y cargaron como pudieron a los 56 pacientes que se atendían en el hospital la noche del lunes, 23 de ellos con tratamiento por Covid-19, cuando el río Tula, que está a unos 200 kilómetros del hospital del IMSS, salió de su cauce.

Un par de horas después de que la inundación llegó al primer piso, personal y derechohabientes en posibilidades de caminar tuvieron que comenzar a subir al siguiente nivel para asegurarse de no morir por ahogamiento.

En la madrugada llegaron al lugar integrantes del Ejército, luego de activarse el plan DN-III para ayudar a desalojar a quienes aún permanecían en las instalaciones del hospital. En total, unos mil servidores públicos estatales y federales participaron en las tareas de salvamento.

Las escenas eran estremecedoras. Con mecates y ropa, rescatistas bajaron a un bebé en una incubadora, que se encontraba en la azotea del inmueble.

También recibieron auxilio decenas de habitantes que quedaron varados en sus automóviles o en las azoteas de sus casas.

En total, nueve colonias afectadas, en las que habitan unas 35 mil personas, seguían incomunicadas, confirmó el gobernador Fayad.

En los alrededores, en las calles convertidas en ríos de aguas negras, no se reportaron pérdidas humanas, pero sí severos daños materiales en cientos de hogares y negocios. El cauce arrastraba autos y objetos a su paso, mientras no dejaba de llover. Desde las alturas, Tula se veía en medio de una laguna café.

Las lluvias de las últimas horas también dejaron serias afectaciones en el Estado de México, donde se reportó la muerte de dos personas que fueron arrastradas por la corriente en el municipio de Ecatepec. En Guerrero también se informó del mismo número de decesos en Coahuayutla.

Ahora, sismo de 7.1o en el centro y sur del país

En medio de lluvias e inundaciones que registran en México, un sismo de 7.1 grados en la escala de Richter sacudió al país la noche de ayer, mismo que se sintió en 15 estados provocando momentos de tensión, miedo y preocupación de habitantes y autoridades federales, quienes de inmediato activaron los protocolos de revisión para descartar daños en viviendas, calles e infraestructura pública.

Chiapas, Ciudad de México, Colima, Estado de México, Guanajuato, Guerrero, Hidalgo, Jalisco, Michoacán, Morelos, Oaxaca, Puebla, Querétaro, Tlaxcala, y Veracruz fueron las entidades donde se percibió el movimiento que tuvo su epicentro a 11 kilómetros al suroeste de Acapulco.

Desde el inicio de septiembre el país ha sufrido los embates por las intensas lluvias, inundaciones y ahora, se presenta un movimiento telúrico de fuertes dimensiones. Además, el sismo se registra cuatro años después del terremoto del 7 de septiembre de 2017 que causó graves daños en al menos tres entidades: Chiapas, Ciudad de México y Oaxaca.

Ante la emergencia, el Presidente Andrés Manuel López Obrador dijo en un mensaje a la nación que “afortunadamente” no hubo daños, tan solo piedras y caída de bardas en el municipio de Acapulco, Guerrero, misma situación en Ciudad de México, Morelos, Oaxaca y Puebla.

“No hay daños en Oaxaca, Puebla ni en la Ciudad de México. El secretario de la Defensa Nacional hizo una revisión en todas las zonas militares y es el reporte que se tiene, sin daños mayores. Hablé con la Jefa de Gobierno, con el gobernador de Oaxaca, Guerrero y Puebla, y no hay hasta ahora, no tenemos información de pérdida de vidas humanas”, explicó.

Los departamentos de Protección Civil de cada estado sobrevolaron y recorrieron vía terrestre municipios y comunidades, para descartar cualquier afectación a la integridad de las personas.

A pesar de ello, una persona perdió la vida en el municipio de Coyuca de Benítez al caerle un poste encima, de acuerdo a informes del gobernador de Guerrero, Héctor Astudillo. Acapulco fue la localidad con más daños, como caída de bardas, postes, ramas de árboles y vidrios rotos en casas y hoteles, así como deslaves.

Los habitantes dijeron que momentos antes del sismo se percibió uno de menor intensidad en el Puerto de Acapulco, lo que prendió las alertas, pero minutos después ocurrió el más fuerte, de 7.1 grados.

“Se cayeron todos los libros, platos y cosas que teníamos en los estantes y nos espantamos mucho; sólo vimos colapsar una barda del vecino, se rompió la luna de mi cama y tronaron dos transformadores. Después del terremoto ocurrieron tres más de menos magnitud”, explicó Lina Osorio, turista.

Prefirieron pasar la noche afuera de sus casas junto a la mayoría de vecinos, ante el temor de regresar a sus hogares.

se quedan a oscuras. La Comisión Federal de Electricidad (CFE) reportó que resultaron afectados con cortes a la energía como protocolo automático de seguridad un total de 1.6 millones de usuarios en Guerrero, Morelos, Oaxaca, el Estado de México y la Ciudad de México, lo que representa el 13 por ciento del total de conexiones en todas esas entidades, aunque en la capital los afectados fueron 735 mil clientes, 22 por ciento del total.

En la CDMX, la Jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, informó que no se registraron afectaciones de consideración, sólo cortes eléctricos, falla en semáforos, algunas alertas sísmicas no sonaron e intermitencia en el servicio de transporte público.

En este sentido se reportó la suspensión temporal en la Línea 1 del Cablebús, por lo que fue desalojada, así como el Bucle B de la Línea 2, por la falta de suministro de electricidad. En el Cablebús se vivieron momentos de tensión cuando el transporte se quedó varado a la mitad del camino, y los usuarios comenzaron a temer por una posible emergencia.

En el recién remodelado edificio Osa Mayor, en la colonia Doctores, que fue uno de los afectados hace cuatro años, los inquilinos expresaron temor de una nueva tragedia que afecte sus vidas, pues recordaron el sismo del 2017.

“Sí nos dio mucho miedo, hace cuatro años nos quedamos sin patrimonio y pensamos que cuatro años después se iban a repetir las mismas cosas, pero afortunadamente fue solo el susto”, dijo Leticia Rosales, habitante del lugar.

Otros gobernadores como el del Estado de México, Alfredo del Mazo; de Hidalgo, Omar Fayad; de Oaxaca, Alejandro Murat, y de Morelos, Cuauhtémoc Blanco, mencionaron que no se generaron daños, aunque si se percibió fuerte el sismo… y el susto.