Firman Amieva y Graue declaratoria de Patrimonio Cultural Intangible a Tlatelolco

Firman Amieva y Graue declaratoria de Patrimonio Cultural Intangible a Tlatelolco
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El jefe de Gobierno de la Ciudad de México, José Ramón Amieva Gálvez; el rector de la UNAM, Enrique Graue Wiechers, y la directora y representante de la Unesco en México, Nuria Sanz, firmaron la Declaratoria de Patrimonio Cultural Intangible a Tlatelolco, como sitio emblemático de la memoria histórica de la capital del país.

Durante el acto en el Centro Cultural Universitario de Tlatelolco, Amieva Gálvez señaló que los elementos con los que cuenta el lugar, desde la época prehispánica hasta la actualidad, constituyen un patrimonio que se erige en una herencia qué será transmitida durante generaciones como una riqueza de ideas, costumbres y de identidad.

En su discurso y a 50 años de los hechos del 2 de octubre de 1968, enfatizó que "no podemos permitir que siga existiendo una sola, un solo estudiante más que no sepamos su paradero, que sean víctimas de agresión y de ataques, eso no lo podemos permitir".

Tlatelolco ha sido declarado este día Patrimonio Cultural Intangible de la Ciudad de México, justo reconocimiento a este sitio emblemático que da vida y presente a nuestra memoria histórica pic.twitter.com/dBwM9A2MZF

— José Ramón Amieva (@amievajoserra) 2 de octubre de 2018

Agregó que 50 años han enseñado que hay hechos que no se deben de repetir, "nos han enseñado que podemos como sociedad siempre estar arriba y estar vigilando que la autoridad hagamos las cosas bien".

"Se pudieron hacer las cosas de manera diferente, desafortunadamente parte de ellas se escribió con sangre, es por eso que ahora la honramos con el corazón, con el recuerdo y con el ejemplo de todas y todos", abundó.

En su oportunidad, el rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) destacó que Tlatelolco guarda indudablemente y en forma intangible la historia de la ciudad, las vidas y muertes de quienes la habitaron y de quienes tuvieron en sus anhelos la evolución de la cultura y de la capacidad de adaptación.

"No existe en esta ciudad un sitio de tal trayectoria, con símbolos materiales visibles y palpables, con esta historia y esa simbología intangible de resistencia, de transformación, de resiliencia y de constante adaptación como este lugar emblemático de Tlatelolco, por todo lo antes expuesto, qué bueno que ya es patrimonio cultural de la Ciudad de México", enfatizó.

A su vez, el presidente de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), Luis Raúl González Pérez, refirió que no se puede pretender transformar la realidad del país sobre el olvido, la simulación o la construcción de mitos.

#A50Del68, hoy el #JefeDeGob, @amievajoserra y el rector de la @UNAM_MX, Enrique Graue Wiechers, firmaron el decreto por el que se declara Patrimonio Cultural a Tlatelolco como sitio emblemático de la memoria de la Ciudad de México. #TlatelolcoPatrimonio pic.twitter.com/OwDZlul5Pd

— Eduardo Vázquez M. (@VazquezMartin) 2 de octubre de 2018

"Tlaltelolco es un sitio de la memoria histórica de México, pero también debe ser un lugar que invite a la toma de conciencia sobre el México que hemos sido, el país que actualmente somos, y aquel que queremos ser", abundó.

Lo sucedido en 1968, expuso, fue la expresión trágica de esquemas políticos y de ejercicio del poder que habían entrado en crisis desde años previos al negar espacios de apertura para el auténtico ejercicio democrático y buscar preservarse mediante el abuso del poder y la violencia.

Asimismo, expuso que a 50 años de los acontecimientos, no existe verdad ni justicia sobre lo ocurrido el 2 de octubre de 1968, por lo que en el contexto de transformación que vive el país sería deseable que un primer ejercicio de diálogo y de apertura para la verdad y la reconciliación se diera sobre estos hechos.

En ese sentido, anunció un compromiso de la CNDH para emprender en lo inmediato un programa de trabajo de carácter interdisciplinario y plural que aborde aspectos relevantes de los problemas y desafíos inherentes a la reconstrucción de una institucionalidad respetuosa de los derechos humanos y la legalidad, que abone a la construcción de una cultura para la paz.

 

 

 

 

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