Perder ingresos asusta a abuelitos empacadores

Perder ingresos asusta a abuelitos empacadores
Por:
  • frida sanchez

El señor Roberto, de 63 años, más que temerle a la pandemia, tiene miedo de que su pensión no le alcance para comprar sus medicinas durante el poco más de un mes de asueto que supermercados otorgaron a los “cerillitos” y personal de la tercera edad para resguardarse en casa y evitar contraer el virus.

“La situación en el país está bien difícil y muchos como yo, trabajamos al día, sacamos para el día, y lo que voy juntando de ronchita lo uso para mis medicinas que están bien caras, la pensión no alcanza (...) tomo de todo, para el azúcar, la hipertensión; con un mes que no venga yo no saco”, explicó el hombre que trabaja en el Superama Loreto, al sur de la ciudad.

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No así, en el centro comercial Walmart Universidad, donde desde ayer, los cerillos no se presentaron a laborar, comprobó La Razón: “les dieron unos días a los mayores, para que no se contagien (...) se les dijo que no van a perder sus lugares, se respeta hasta que pase esto (la contingencia)”, comentó una cajera, quien prefirió que su nombre no saliera.

En Aurrerá de avenida Zaragoza, Inés, de 66 años, siente miedo: “de esto dependo, tengo diabetes y sólo de aquí sale para lo que necesito, pero aquí ya nos dijeron que hoy es el último día que venimos”. En otra sucursal de esa cadena, en Nezahualcóyotl, la cosa no es diferente: Rodrigo, de 65 años, dice: “de aquí saco para solventar mis gastos, esto nos va a afectar, es mucho tiempo sin trabajar”.

En Torres Lindavista, hay algunos que se sienten más aliviados. José, de 70 años, comenta: “ya nos dijeron que hasta hoy veníamos y regresábamos en 15 días, a mí no me pega tanto, la verdad tengo la costumbre de tener unos pesos guardados, pero sí debemos hacer caso”.

El dato: Según el Inegi, alrededor de cinco millones de personas de la tercera edad son económicamente activas; de éstas, 49.6 por ciento labora por su cuenta y 37.6 son empleados.

WalMart indicó que aunque los empacadores no son sus empleados, les dará apoyo económico, pero no especificó de qué tipo.

Pero los cerillitos no son los únicos que se verán afectados por la cuarentena; Alberto, franelero de 67 años con diabetes, señala que cuando nadie salga a comprar y no lleguen autos, no va a tener entradas.

Con información de Eduardo Cabrera