Toma de protesta, ritual de 200 años modificado cada 6

Toma de protesta, ritual de 200 años modificado cada 6
Por:
  • larazon

Infografía Carlos López y Karla García

Cada seis años una nueva persona se planta frente al Congreso y jura guardar y hacer guardar las leyes de la Constitución Mexicana, a eso se le conoce como el ritual presidencial, una costumbre política que lleva 200 años en el país, pero que cada sexenio se va modificando.

La toma de protesta tiene su origen en la Constitución de Cádiz, de 1812, aunque tuvieron que pasar casi cien años para que se concretara un protocolo significativo (que varía con cada mandatario), cuenta en entrevista con La Razón el historiador Arno Burkholder de la Rosa.

Es por esto que hay quienes señalan que el ritual de la sucesión presidencial es un anticipo de lo que se espera durante el sexenio. Por ejemplo, la llegada al poder de Lázaro Cárdenas se caracterizó por la convocatoria masiva, pues hizo su entrada triunfal al poder el 30 de noviembre de 1936 en el Estadio Nacional (que se ubicaba en lo que queda del Multifamiliar Juárez, en la colonia Roma), lugar en el que la banda presidencial se la dio el presidente interino Abelardo Rodríguez, en un evento que atrajo a personas de todos los sectores sociales; ésa fue tal vez una ventana para conocer al que hasta ahora es uno de los presidentes más populares.

Lo anterior no coincidió con la toma de posesión de Miguel Alemán, el 1 de diciembre de 1946, quien eligió el Palacio de Bellas Artes para recibir el poder y dar su discurso ante una selecta concurrencia; Adolfo Ruiz Cortines, Adolfo López Mateos y Gustavo Díaz Ordaz, hicieron lo mismo.

Pero fue con Luis Echeverría con el que se modificaron varios pasos del ritual, por ejemplo, la foto de gabinete, que se realizaba en la oficina presidencial fue capturada en el patio de Palacio Nacional, y la toma de protesta en el Auditorio Nacional, recinto al que regresaría años después Vicente Fox, quien tras la ceremonia tradicional en el Congreso se dirigió al Coloso de Reforma para leer el código de ética a su gabinete. Esta toma de poder estuvo caracterizada por las improvizaciones, en su discurso inició con un saludo a sus hijos, después recibió un crucifijo de parte de uno de ellos y, por último, se presentó en la Basílica de Guadalupe.

Ex Mandatarios y su toma de posesión

Es una obligación seguir el ritual que dicta el Artículo 87 de la Constitución desde que terminó la Revolución.

El recinto legislativo de San Lázaro quedó como sede de la toma de posesión desde el arribo de Miguel de la Madrid, que tuvo como invitados a los Premios Nobel Octavio Paz y Gabriel García Márquez; sin embargo, fue con Carlos Salinas de Gortari con quien se encontraron mandatarios extranjeros entre los invitados al Congreso de la Unión.

Además de las sedes para el ritual de cambio de poder, con el paso del tiempo los recorridos presidenciales se modificaron. Algo que no se ha vuelto a repetir desde la salida de Carlos Salinas de Gortari son los desfiles posteriores a la toma de protesta. Después del juramento y la investida de la banda tricolor, el presidente saliente acompañaba al nuevo mandatario de San Lázaro a Palacio Nacional, para tomar la fotografía del nuevo mandatario.

El hecho de que la banda presidencial la entregue el titular del Congreso simboliza que el pueblo otorga el poder al nuevo mandatario. Otro simbolismo es el juramento que se proclama frente a la Constitución. De acuerdo con el documento que actualmente rije a los mexicanos, en su Artículo 38 queda claro que el 1 de diciembre el Presidente de México inicia sus gestiones con un compromiso público de ajustar su actuación al orden jurídico. Es evidente que se trata de un hecho histórico que marca la pauta de la nueva gestión pública.

La Banda Presidencial procede de la Constitución de 1917; sin embargo, desde Guadalupe Victoria, en 1825, se cree (por los cuadros de la época) que inicó su uso de condecoración a símbolo presidencial.

En la toma de posesión de Carlos Salinas de Gortari se contó, por primera vez, en estas ceremonias mexicanas, con mandatarios extranjeros como invitados especiales.

Cambios en el

juramento

1912: “Por la gracia de Dios y la Constitución de la Monarquía española... juro por Dios y por los santos Evangelios que defenderé y conservaré la religión... que guardaré y haré guardar la Constitución política y leyes de la Monarquía española... Así Dios me ayude, y sea en mi defensa; y si no, me lo demande”.

1824: “Juro por Dios y los Santos Evangelios que ejerceré fielmente el cargo que los Estados Unidos me han confiado y que guardaré y haré guardar la Constitución y las leyes generales de la Federación”.

1936: “Juro por Dios y los Santos Evangelios que ejerceré fielmente el encargo que se me ha confiado y observaré y haré observar exactamente la Constitución y las leyes de la nación”.

1857: “Juro desempeñar leal y patrióticamente el encargo de presidente de los Estados Unidos Mexicanos, conforme a la Constitución, y mirando en todo por el bien y prosperidad de la Unión”.

1917: “Protesto guardar y hacer guardar la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y las leyes que de ella emanen, y desempeñar leal y patrióticamente el cargo de Presidente de la República que el pueblo me ha conferido, mirando en todo por el bien y prosperidad de la Unión; y si así no lo hiciere que la Nación me lo demande”.

La banda tricolor,

símbolo principal

de la sucesión

Instaurada como señal principal del gobierno presidencial, la banda con que se inviste al nuevo mandatario se instauró en la Constitución de 1917, pero fue en 2010 que los colores (verde, blanco y rojo) se invirtieron para eludir a la bandera de forma correcta. Su uso es exclusivo del Presidente en turno y se usa en actos oficiales que se reducen a la toma de posesión, la entrega de cartas a embajadores, el grito de Dolores y el desfile del 16 de septiembre.