Pese a su complicada salud, el Papa Francisco se unió desde el Hospital Gemelli al ritual del Miércoles de Ceniza, misa que delegó al cardenal Angelo de Donatis al designarlo como sustituto para colocar los restos en la frente de fieles, mismos que bendijo.
El Vaticano informó que el argentino sigue en condición estable pero reservada, aunque en las últimas horas no reportan más crisis, se dijo que aumentó la fisioterapia para reforzar su sistema respiratorio y revertir el cuadro clínico por el que ayer sumó 20 días internado en la capital italiana.
Y ayer, tras una mejoría, se unió al arranque de la Cuaresma desde el piso 10 del policlínico y se reveló que él mismo escribió el mensaje para liturgia que leyó De Donatis en la Santa Sede por primera vez, debutando con la ceniza, que el Pontífice consideró reflejo de la fragilidad humana y la esperanza de los creyentes.
Francisco I abundó, de acuerdo con Vatican News y medios locales, que ésta “reaviva en nosotros la memoria de lo que somos, pero también la esperanza de lo que seremos”, en la que reconoce que la existencia de los hombres es apenas un soplo o muestra de una contaminación mundial, como “polvo tóxico”.
Con ello, se mantiene la expectativa en torno a la evolución del líder católico para determinar, aún sin fecha de posible alta médica, si podrá retomar actividades públicas para futuras conmemoraciones, como la Semana Santa en abril.