Denuncian campaña de “sabotaje diplomático”

Un día después del ataque contra los buques japonés y noruego, el gobierno de Irán acusó a Washington de librar una “campaña iranofóbica” para escalar la tensión en materia petrolera al culparlo de lo ocurrido.

“La guerra económica y el terrorismo de Estados Unidos contra el pueblo iraní, así como su presencia militar en la región, han sido y siguen siendo las fuentes principales de inseguridad e inestabilidad en la amplia región del Golfo Pérsico”, indicó en un comunicado al advertir que la intención de la administración de Donald Trump es generar inestabilidad en el Golfo Pérsico.

El ministro de Exteriores, Mohamad Yavad Zarif, lamentó la embestida estadounidense en su contra, pues dijo que el incidente parece ser usado para sabotear la diplomacia, esto en medio de las negociaciones por un acuerdo nuclear con potencias mundiales.

Asimismo, recordó que desde hace meses alertó que un escenario similar podría ocurrir, porque ya conoce la manera en que ataca Estados Unidos a quienes no acepten sus condiciones.

“La guerra económica y el terrorismo de Estados Unidos contra el pueblo iraní, así como su presencia militar en la región, han sido y siguen siendo las fuentes principales de inseguridad e inestabilidad en la amplia región del Golfo Pérsico”

Ministerio de Relaciones

Exteriores de Irán

En tanto, el vocero de la cancillería, Abbas Mousavi, recriminó la actitud de Estados Unidos al señalar sin pruebas y de manera arbitraria a su país por el ataque que afectó dos buques petroleros.

El funcionario calificó de alarmante el intento de ese país por hacer que Irán pierda respaldo internacional al ponerlo como el responsable del ataque en el mar de Omán.

Mousavi agregó que pese a las descalificaciones Irán reitera su compromiso para garantizar la seguridad en el Estrecho de Ormuz y evitar cualquier tipo de confrontación.

Quien también se pronunció para rechazar las acusaciones fue el diplomático Amir Abdolahian, quien incluso afirmó que los verdaderos responsables podrían provenir de El Mosad o algún servicio de inteligencia estadounidense, para convertir en insegura la zona y con ello dificultar la exportación petrolera, así como chantajear a la comunidad internacional en el mercado energético.

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