Maduro promete liberar a más presos políticos ante el diálogo

El encuentro comenzó con mal pie por que tan sólo horas antes, el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) de Venezuela declaraba inadmisible la solicitud de amparo constitucional interpuesta a fin de reanudar la recolección del 20% de las firmas para solicitar la activación de un referendo revocatorio contra el presidente Nicolás Maduro.

Justamente uno de los gestos que esperaba el arco opositor al chavismo era la activación de la consulta popular que decidiría el futuro del régimen chavista en el poder.

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El Gobierno venezolano y la MUD iniciaron el pasado 30 de octubre un proceso de diálogo con el auspicio de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) y del Vaticano para tratar de aliviar la crisis política, social y económica por la que atraviesa el país petrolero.

A partir de entonces la alianza de partidos acordó posponer las acciones de calle y los actos legislativos contra Maduro, en espera de los resultados de las mesas de conversaciones. El principal reclamo de la oposición es la celebración de un proceso electoral que permita un cambio de Gobierno en el corto plazo y que de no lograrlo podría llevarlos a abandonar la mesa y volver a presionar desde las calles. Además han solicitado que se renueven los cargos dentro del TS y el Consejo Electoral.

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El gobernador del estado de Miranda y ex candidato presidencial, Henrique Capriles, ratificó que, de no producirse avances en la mesa de diálogo entre oposición y Gobierno, la alianza tendrá que retomar su agenda.

“Si el Gobierno no da señales y sigue en lo mismo, los venezolanos tenemos que retomar nuestra agenda”, dijo el mandatario regional. A juicio de Capriles, no hay forma de solucionar la crisis si no se realizan nuevos comicios. “hay elecciones generales o que liberen el referéndum revocatorio (...) Tenemos que defender nuestros derecho; si no hay respuestas tendremos que tomar acciones”, agregó.

Maduro notificó que sus delegados presentarán en la mesa de diálogo un texto que expondrá “los llamamientos de odio e intolerancia” que supuestamente realizaron sectores opositores a su Gobierno.

Especificó que el texto contó con el estudio de comunicadores sociales, psicólogos y especialistas del área social.

El nuevo diálogo, que sorprendió a buena parte de la oposición ha dividido a la disidencia: entre los que opinan que las negociaciones son una estrategia del oficialismo para ganar tiempo y los que apuestan por intentar conversar, aunque sea con pocas garantías de éxito, pero con la esperanza de evitar un posible derramamiento de sangre. Comienza la cuenta atrás hacia lo que podría ser un acercamiento histórico o un nuevo enfrentamiento en las calles.