Negociación sin ambigüedades exige el bloque europeo a May

Negociación sin ambigüedades exige el bloque europeo a May
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El negociador de la Unión Europea (UE) para el Brexit, Michel Barnier, instó ayer al Theresa May a “negociar seriamente” y “más claridad” en sus posiciones, mientras que el ministro británico encargado de la retirada, David Davis, insistió en la necesidad de “flexibilidad”.

“Para ser sincero, estoy preocupado. El tiempo pasa rápido”, afirmó Barnier en una breve declaración a los medios antes de reunirse con Davis para una tercera ronda que se prolongará hasta el próximo jueves, marcada aún por los puntos de divergencia entre ambas partes.

El dato:

En esta ronda Bruselas no espera un acuerdo sobre la cifra concreta que Gran Btretaña deberá abonar por abandonar el club comunitario de Europa.

Fuentes comunitarias asumen que será difícil alcanzar un avance suficiente en las conversaciones para octubre, cuando se preveía iniciar el debate sobre la futura relación entre Londres y el bloque.

Barnier se mostró “preparado para intensificar las negociaciones en las próximas semanas” y subrayó la necesidad de acelerar el proceso, dado que el tiempo corre y la UE teme que no se asienten las bases para un acuerdo en la fecha para la que está prevista la salida de Gran Bretaña (GB), marzo de 2019, dos años después de que se iniciaran las negociaciones.

“Necesitamos que los documentos británicos sean claros. Cuanto antes acabemos con la ambigüedad, antes estaremos en posición de negociar nuestra futura relación”. Michel Barnier, Negociador del Brexit por la UE

La idea es que se conozca al menos la forma general del acuerdo que regirá la relación futura entre GB y la UE. “Necesitamos una posición clara para tener negociaciones constructivas. Cuanto antes acabemos con la ambigüedad, antes estaremos en una posición de negociar nuestra futura relación”, afirmó el negociador comunitario, Michel Barnier.

En la jornada de ayer estaba previsto analizar trabajos preparatorios debido a que la delegación británica no está al completo ya que es festivo en GB. En la agenda están los principales temas clave de la separación, como los derechos de los ciudadanos, la cuestión de la frontera irlandesa y el acuerdo financiero, aunque no se esperan grandes avances.

Si en junio se abordaron los aspectos organizativos de las negociaciones y en julio se identificaron las áreas de convergencia y divergencia en ámbitos como los derechos de los ciudadanos, en agosto se aspira a clarificar las posturas en los tres asuntos clave. Davis se mostró dispuesto a “avanzar en todos los puntos, pero para ello” pidió “flexibilidad e imaginación” a los Veintisiete.

El negociador británico espera que Barnier sea menos rígido sobre la futura relación que tendrá GB con la UE, pero Bruselas insiste en resolver antes asuntos como la “cuenta del divorcio”, los derechos de los comunitarios y la frontera irlandesa.

“Cada vez más personas en los negocios y en nuestras comunidades están expresando su preocupación por el daño que se está haciendo a nuestra economía y servicios públicos”. Michael Russell, Ministro británico del Brexit

En las últimas semanas, el ministerio que encabeza Davis publicó una serie de documentos sobre la postura del Gobierno británico ante asuntos cruciales de su futura marcha de la UE, entre ellos que el Tribunal de Justicia Europeo deje de tener jurisdicción en el país o llegar a un acuerdo que garantice una “cooperación estrecha” entre ambas partes para resolver disputas legales tras el Brexit.

En otro documento, Londres se mostró en favor de establecer un marco que garantice que ambas partes seguirán protegiendo y compartiendo datos personales, después de la salida británica de la UE de una manera “segura, adecuada y regulada”.

El gobierno británico espera que las negociaciones de esta semana se centren en asuntos de “naturaleza técnica” antes de unas conversaciones más sustanciales en septiembre. Según manifestó ayer Davis en Bruselas, los documentos presentados “son producto de trabajo duro y reflexión detallada” y confió en que sean la base para “conversaciones constructivas”.

Cinco puntos en los que se tambalea el Brexit duro todos los apartados que se han presentado ante Bruselas dependen de un acuerdo final, pero la posición de Londres parece haber ido marcha atrás.

Los derechos de los ciudadanos europeos. Los más de tres millones de europeos que ya están en suelo británico podrán quedarse sin ser expulsados.

Las fronteras. La propuesta enviada a Bruselas descarta una frontera física. La idea de puestos fronterizos sería revivir uno de los episodios más oscuros de GB: el conflicto nacionalista de Irlanda del Norte.

La soberanía judicial. “Leyes hechas por británicos, para británicos y juzgadas por británicos” es otro de los mucho mantras de May. Sin embargo, GB deja abierta la puerta a que el Tribunal de Justicia Europeo siga interviniendo.

La factura. La cifra podría ir entre los 65 mil y los 100 mil millones de dólares, según los cálculos de algunos expertos.

Los acuerdos comerciales. La pretensión británica es la de salir del mercado único europeo y la unión aduanera para “buscar una solución imaginativa”.

Oposición apuesta al mercado único

Esta vez las preocupaciones no le llegan a Theresa May por el flanco amigo sino por su adversario natural: el partido laborista. Tras meses de ambigüedad, ayer el principal partido de la oposición se mostró partidario de preservar el mercado común y la unión aduanera durante el periodo transitorio, que comenzará tras el portazo británico, previsto para el 29 de marzo de 2019.

En caso de ocupar el número 10 de Downing Street, “el Partido Laborista intentaría un acuerdo de transición que mantenga las mismas condiciones de base de las que nos beneficiamos actualmente en la UE”, escribió Keir Starmer, responsable del Brexit de esta fuerza política, en una tribuna de opinión publicada en el periódico The Observer.

“Intentaríamos permanecer en la Unión aduanera europea y dentro del mercado único durante este periodo y que respetaríamos las reglas”.

Starmer no descarta que GB pueda mantener la unión aduanera de manera permanente tras el Brexit. Mirentxu Arroqui