Pactan maras tregua con rivales

Pactan maras tregua con rivales
Por:
  • larazon

Se llama Dionisio Arístides Umanzor y le apodan El Sirra. Es representante de la Mara Salvatrucha (MS-13), una de las más temibles pandillas que acechan a Centroamérica. Hace unos días admitió que existe una tregua con sus rivales, La 18 (Barrio-18), por la que los homicidios han decrecido en El Salvador, pero negó que sea producto de una negociación con el gobierno del presidente Mauricio Funes.

"Aquí en nombre de toda mi pandilla, la MS-13, quiero pedirle perdón a la sociedad y que nos den una oportunidad de poder cambiar. Somos seres humanos que no sólo estamos para hacer maldad", afirmó Dionisio Arístides Umanzor, El Sirra, quien afirmó que la anunciada tregua “se logró gracias a Dios, que iluminó a monseñor Colindres, que tomó la iniciativa", sostuvo.

"Nunca hemos negociado con el gobierno, eso nunca, no podemos negociar con ellos, mire como nos están persiguiendo. Estamos en una tregua para bajar los homicidios, pero ellos (las autoridades) nos siguen buscando y nos meten presos", respondió uno de los pandilleros que se identificó únicamente como El Chancleta, de 20 años.

El Sirra afirmó: "nunca nadie nos ha querido escuchar, los políticos muchas veces jugaron con nosotros, dijeron querer arreglar esto y lo otro, pero siempre fue para lucrarse. Ahora hemos logrado esto (la tregua) gracias a la iglesia, por el llamado de Dios que iluminó a monseñor Colindres.

"Ellos (los políticos) siempre han dicho que nosotros somos la escoria y lo peor del mundo. Nosotros crecimos en un época de conflicto y en ese época tapamos nuestros valores con cosas negativas, pero estamos dispuestos a cambiar, si nos ayudan", agregó.

El Sirra dijo que no comprende cómo es que cuando deciden hacer una tregua con la otra pandilla y bajan los homicidios, la policía continua persiguiéndolos y capturándolos.

"Ahora que estamos tratando hacer algo bueno, nos están presionando, no entiendo. Veo que no les gusta que las cosas estén bien en el país… estamos conscientes que hemos dañado a mucha gente, pero también tienen que hacer conciencia que nos han atacado por todos lados, nuestras familias, hijos, amistades y todo, nos han aislado de todo el mundo. Vamos a hacer lo posible por reinsertarnos, pero les pedimos que nos ayuden".

Las afirmaciones surgen días después de que el diario electrónico salvadoreño El Faro atribuyera la baja en el índice de crímenes a un acuerdo entre los líderes pandilleros y las autoridades, el cual habría consistido en concederle ciertos privilegios a los detenidos a cambio de que ordenaran mermar los homicidios.

Trasladan a reos a prisiones de mediana seguridad

Al menos 30 peligrosos pandilleros que estaban recluidos en la cárcel de máxima seguridad de Zacatecoluca, conocida como Zacatraz, en la zona central del país, fueron llevados a cárceles de mediana seguridad, donde ahora conviven con los miembros de las pandillas.

Los jefes de la MS-13 fueron llevados a Ciudad Barrios y los de La 18 los trasladaron a la cárcel de Cojutepeque, a unos 40 kilómetros al este de la capital.

Según registros de la policía, en las dos semanas posteriores al traslado de los líderes pandilleros, ocurrido entre el 8 y 9 de marzo, los asesinatos han bajado de 14 a 6 diarios y se registra 79 asesinatos entre el 9 y el 22 marzo.

Según las estadísticas oficiales hasta el día que inició el traslado de los líderes pandilleros, cada semana morían asesinadas un promedio de 95 personas y en las dos semanas posteriores se reportan 38 y 41 muertes violentas.

Acuerdo para erradicar la violencia

El presidente de El Salvador, Mauricio Funes, anunció que en los próximos días convocará a todas fuerzas de su país alcanzar un acuerdo nacional que garantice la erradicación progresiva de la violencia e inseguridad en el país.

El objetivo es "erradicar la exclusión social en las zonas urbanas y rurales que son donde las pandillas se nutren", destacó Funes en una conferencia de prensa, en la que negó que su gobierno haya negociado con las pandillas para bajar la ola de homicidios.

"Esto fue una iniciativa de la Iglesia católica", afirmó.

Aclaró que "una vez monseñor Fabio Colindres y el ex comandante guerrillero Raúl Mijango (en representación de la sociedad civil) lograran entendimiento, se lo comunican al gobierno y el gobierno facilita logística para que éste acuerdo se hiciera efectivo".

Señaló que desde que entró en vigencia la tregua entre la MS-13 y La 18 se logró una sensible reducción de los homicidios, de 14 a cinco al día.

Sin embargo, consideró: "la reducción en el índice de homicidios no es exclusivamente por la tregua", sino que ahora hay una mayor efectividad en el trabajo de la policía y captura de pandilleros.

No es solución de fondo

Para Funes, el entendimiento propiciado por la Iglesia católica no resuelve el problema debido a que no incluye reducción, ni mucho menos la supresión de las extorsiones, ni el narcomenudeo, que según dijo, son las principales fuentes de ingreso y de financiamiento de las pandillas.

Planteó que desarticular las estructuras de las pandillas, al servicio del narcotráfico y el crimen organizado, es la única solución para erradicar la violencia y la delincuencia.

Destacó al mismo tiempo la importancia de llamar a un acuerdo nacional para frenar la exclusión social, laboral y educativa de la que son víctimas los jóvenes de bajos recursos económicos y que se ven obligados luego a involucrarse a las pandillas, porque "les dan dinero fácil, rápido e inmediato".

Explicó que el reciente traslado de 30 reos de alta peligrosidad de la cárcel de máxima seguridad en Zacatecoluca a otros penales, donde se reunieron con el resto de pandilleros, fue para facilitar la comunicación con mandos medios para trasladar las órdenes de parar los homicidios.

Sin embargo, aseguró que, el traslado de los líderes de las pandillas se hizo bajo el respaldo de la ley, en tanto los reos llevados a otras cárceles ya habían cumplido el 10 por ciento de su condena y podrían ser movidos a centros penales con medidas menos restrictivas.

En El Salvador, las pandillas establecidas en populosos barrios del país, están conformadas por unos 20 mil jóvenes y adolescentes. Alrededor de 9 mil 300 están presos, según cifras policiales.

La policía le atribuye a las pandillas la comisión de asesinatos, extorsiones y hechos delincuenciales en diferentes zonas del país.