Rusia intensifica ataques, pero pierde territorio

Horas después de que Rusia ordenó la apropiación de la mayor planta nuclear ucraniana en Zaporiyia, las fuerzas del Kremlin lanzaron seis misiles contra la región lo que provocó la muerte de siete civiles muertos y varios heridos.

Líderes defensores temen que la cifra aumente, pues hasta anoche había cinco personas atrapadas entre los escombros de dos edificios residenciales derrumbados por la nueva embestida del invasor; socorristas realizaron labores en la zona sin resultados, por lo que las víctimas fueron catalogadas como desaparecidas.

Pero ésta no fue la única zona golpeada por el ejército de Vladimir Putin, pues de acuerdo fuerzas ubicadas en Sumi se detectó el lanzamiento de más de un centenar de proyectiles, sin un saldo oficial de víctimas.

Ante esta situación, las tropas de Volodimir Zelenski señalaron que lo único que demuestra Rusia es que su anexión no prosperó y ahora intenta resurgir con las pocas fuerzas que les quedan para lograr el control de las zonas que sostienen que son suyos por decreto.

Al respecto, el mando Operativo Sur en Ucrania confirmó que tan sólo en Jerson, una de las cuatro regiones anexadas, los defensores recuperaron 400 kilómetros cuadrados, un significativo avance a sólo una semana de que el Kremlin realizara los seudoreferéndums.

En medio de estas acciones, la Agencia Internacional de Energía Atómica (IAEA, por sus siglas en inglés) advirtió que el riesgo en el complejo energético sigue siendo altamente peligroso, pues la central se encuentra en territorio minado.

Tras una segunda visita luego de meses de bloqueos, el director del organismo, Rafael Grossi, afirmó que mientras no atiendan la seguridad es “muy posible” que ocurra un accidente nuclear; mientras que Zelenski insistió en más apoyo al advertir que el ejército ruso podría intentar invadir otras naciones.