Sus tres hijos, en los escombros

Por Carlos Jiménez

En Puerto Príncipe, Haití

Pasaron los días. Martes miércoles, jueves… más de una semana desde que la mitad de su casa se vino abajo. Pero Demi Lomine seguía con una sola idea: esperaba que alguien la ayudara a sacar a sus tres hijos que estaban ahí, muertos entre los escombros.

Sentada en la puerta de su casa en el barrio de Maigate, en Puerto Príncipe, la mujer pedía ayuda a quienes pasaban por ahí. Pero nadie le hacía caso. Nadie le ponía atención.

Quienes la escuchaban seguían su camino sin inmutarse. Continuaban su andar entre las casas demolidas que aquí están por todos lados.

No hacían más que taparse la nariz para mitigar un poco el olor que despedían los restos en descomposición.

Conforme pasó el tiempo, Demi Lomine parecía resignarse a no recuperar ni siquiera los cuerpos. Sólo observaba el ir y venir de la gente.

Así, como sus tres hijos, miles de personas quedaron sepultadas desde el pasado 12 de enero, cuando el terremoto destruyó la mayor parte de la isla. Ya nadie las busca bajo las construcciones destruidas.

Tan sólo en el Mercado Caribe, en la zona oriente, las autoridades calculan que quedaron al menos 5 mil haitianos sepultados, y sin vida. Y es que este lugar era de los más concurridos en Puerto Príncipe.

Ahora sólo un policía local, armado con un rifle, vigila el lugar. Está ahí parado tras una cinta amarilla para evitar que alguien se acerque.

Y, como en todas las construcciones, no hay ninguna esperanza de que alguien trate de buscar personas o cadáveres en este lugar.

“Nadie sabe cuántos cuerpos están enterrados entre los escombros: ¿200 mil, 300 mil?”, expresó la ministra haitiana de Comunicaciones, Marie-Laurence Jocelyn Lassegue.

Son todas esas personas enterradas. las que provocan ese olor a carne descompuesta, que cada vez invade más y más las calles de esta isla devastada.

Nadie sabe aún cuándo comenzarán a remover los escombros. Apenas el sábado, el gobierno haitiano declaró formalmente terminada la etapa de búsqueda y rescate de sobrevivientes.

La preocupación ahora es ayudar a todos los que se quedaron sin casa y no tienen qué comer. Seguramente Demi Lomine seguirá en la puerta de su casa, sin que nadie le ayude a recuperar los cuerpos de sus tres hijos.

agp