Transcurren rezos en calma en la Plaza Tahrir, en El Cairo

Transcurren rezos en calma en la Plaza Tahrir, en El Cairo
Por:
  • notimex

Foto: AP

El Cairo.- Los multitudinarios rezos del viernes transcurrieron en El Cairo sin altercados y en particular en la Plaza Tahrir, donde cientos de miles volvieron a concentrarse hoy en el que denominan el “Día de la partida” del presidente Hosni Mubarak.

Los rezos del mediodía el viernes, que el Islam considera su día santo de la semana, tuvieron lugar en todas las mezquitas del país de forma regular y en la Plaza Tahrir, epicentro de las protestas desde hace 11 días, bajo la atenta mirada de las fuerzas de seguridad.

A la entrada de la plaza el Ejército exigió a todos los participantes que presentaran la cédula de identidad y que se dejaran registrar.

Muchos participantes dejaron a un lado las banderas y pancartas que llevaban para concentrarse en las oraciones, tras lo cual volvieron a levantarlas llenando de colorido político toda la escena.

A diferencia de días anteriores, los organizadores de la concentración anunciaron su intención de avanzar desde la Plaza Tahrir hasta el Palacio Presidencial, donde supuestamente se halla Mubarak, a fin de exigirle que renuncie y permita la transición a la democracia.

“Es el día de la despedida”, dijeron varios manifestantes contrarios al presidente mientras se dirigían esta mañana a la Plaza Tahrir, tras una noche también relativamente tranquila.

Los egipcios amanecieron hoy rezando para que no se cumplan los pronósticos más pesimistas: un enfrentamiento abierto que derive en una posible guerra civil.

El ambiente de hoy en la plaza es muy distinto al de jornadas anteriores en las que miles de partidarios de Mubarak salieron a las calles a defender el régimen y provocaron graves disturbios que el Ejército no quiso o no pudo controlar.

La presencia militar en los alrededores de Tahrir era más notoria este viernes, y evidencia de las revisiones fueron las largas filas que se produjeron en los accesos.

En los tejados de la plaza eran fácilmente visibles los francotiradores del Ejército, y en una muestra excepcional de autoridad estos últimos días el ministro de Defensa egipcio visitó la plaza antes de la concentración.

El gobierno reconoció que desde el miércoles murieron ocho manifestantes y unos 900 resultaron heridos en los enfrentamientos, cifra ligeramente más baja que la que denuncian los grupos de oposición: 13 muertos y unos mil 500 heridos.

Tampoco los periodistas denunciaron ningún tipo de acoso en las últimas horas, después de que al menos 20 de ellos fueron detenidos ayer e interrogados, y un número similar denunció abusos de algún tipo e incluso agresiones físicas.

Los estruendos de granadas, gritos, alborotos, pedradas y tiros se transformaron hoy en música y cantos para exigir de una vez la renuncia del presidente. Pero la calma en la que se celebran las protestas no consigue esconder la gran tensión en la zona.

“No nos iremos de la Plaza Tahrir hasta que Mubarak se vaya a su casa”, comentó Jabal, uno de los jóvenes contrarios al presidente que lleva varios días acampado en la ya famosa y mediática plaza, principal escenario de las protestas desde hace 11 días y de la manifestación del millón y que algunos llaman la “Tiananmen egipcia”.

La prueba de fuego de la jornada depende de la reacción del Ejército si los manifestantes cumplen sus amenazas de avanzar hasta la sede presidencial y si les será permitido acercarse a ella.

En declaraciones a la cadena de televisión ABC estadunidense, Mubarak, que ocupa la presidencia desde 1981, afirmó que está deseoso de irse, pero que teme que Egipto “descienda al caos” si lo hace.

El presidente reveló que, presionado por el presidente estadunidense Barack Obama para que abandone el cargo de forma inmediata, le respondió: “Usted no conoce la cultura egipcia. No sabe lo que pasará si me voy”, refiriéndose a que el proscrito partido islámico de los Hermanos Musulmanes se haría con el poder.

Este partido, que engloba a millones de fundamentalistas y exige la dimisión de Mubarak antes de negociar una salida pacífica, se mantuvo al margen hasta ahora como grupo de las protestas, en las que sus seguidores sí participaron a título individual.

Estados Unidos negocia con funcionarios egipcios las distintas opciones para una transición rápida y efectiva que evite un baño de sangre.

El nuevo gobierno, informó The New York Times, estaría encabezado por Omar Suleiman, mano derecha del presidente, y debería estar formado por todas las facciones incluida la islámica y tendría el objetivo de conducir al país a una reforma constitucional y elecciones libres en septiembre.

La solución que se baraja está pendiente todavía del apoyo del estamento militar, principal institución de Egipto y sin la cual será imposible realizar las reformas.

jvc