Forcejeó con Servicio Secreto, previo a asalto

Trump sabía que había gente armada en asalto a Capitolio

El exmandatario ordenó con palabras altisonantes no cerrar el paso a quienes portaban rifles, relata exasistente; el magnate la tacha de negativa y desmiente sus dichos en el Congreso

La exasistente de Mark Meadows, ayer, al rendir declaración ante el comité investigador.
La exasistente de Mark Meadows, ayer, al rendir declaración ante el comité investigador.Foto: AP
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El expresidente de Estados Unidos Donald Trump era consciente del riesgo de violencia previo a la insurrección en el Capitolio y ante roces con el Servicio Secreto se confrontó con éste por su negativa de llevarlo al recinto, reveló Cassidy Hutchinson, exasistente del jefe de gabinete de la Casa Blanca Mark Meadows.

La testigo sorpresa del comité investigador —grupo que tiene la mira puesta en la responsabilidad del republicano en los hechos violentos— y la primera empleada de la Casa Blanca en testificar, aseveró que el magnate retó las medidas de seguridad al permitir el ingreso de “su gente” al mitin en el parque Ellipse sin importar que decenas de ellos estaban armados.

Según declaraciones de Hutchinson, previo al asalto el líder de la Casa Blanca ordenó con palabras altisonantes el retiro del equipo para detectar armas, como magnetómetros, pese a que sabía que simpatizantes iban con rifles AR-15, pistolas tipo Glock y cuchillos. “Me da igual que tengan armas”, escuchó decir al entonces presidente, pues su argumento era que no le harían ningún daño.

Y minimizando el riesgo de que personas armadas, a las mismas a las que azuzó para defender su supuesto triunfo, lesionaran a otros, llamó a abrirles el paso para marchar hacia el Capitolio, hecho que terminó en el mayor golpe democrático en el país, con un saldo de cinco oficiales muertos por defender el recinto.

Escuché al presidente (Trump) decir algo: ‘Sabes, ni siquiera me importa que tengan armas.  No están aquí para hacerme daño’...

Cassidy Hutchinson, Exasistente del jefe de gabinete de la Casa Blanca Mark Meadows

La exasesora de 25 años de edad, quien contó con protección por sus cuatro entrevistas a puerta cerrada con el comité al considerar que estaba bajo amenaza, relató que se sintió nerviosa de que las movilizaciones se volvieran violentas, pues incluso su entonces jefe Meadows admitió en pláticas con Trump y con el abogado Rudolph Giuliani que “las cosas podrían ponerse muy malas”.

En el intercambio entre Meadows y Giuliani, aseguró que el defensor anticipó que sería un gran día, pero ella jamás se imaginó un escenario como el que se detonó, en el que cientos rompieron puertas y ventanas para irrumpir en el Congreso y poner en riesgo a altos funcionarios como el vicepresidente Mike Pence y la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, dos de los objetivos de los extremistas.

Por ello, la joven señaló que parecían más preocupados de que se cumplieran las órdenes para alegar de manera convincente un fraude, que de posibles actos violentos. Y reiteró, como se dijo la semana pasada, que Trump puso un blanco en Pence, pues corroboró que dijo que la turba estaba en lo correcto, mientras ésta amenazaba con colgar a su número dos.

El presidente dijo algo como: ‘Soy el p… presidente, llévame al Capitolio ahora’ (…) usó entonces su mano libre para arremeter contra Bobby Engel

Cassidy Hutchinson, Exasistente del jefe de gabinete de la Casa Blanca Mark Meadows

Asimismo, la testigo apuntó que el exmandatario estaba visiblemente molesto y hasta forcejeó con el jefe del Servicio Secreto cuando iba en La Bestia. Presuntamente, el republicano pidió a su equipo llevarlo al Capitolio, poco antes de la insurrección y ante la negativa intentó tomar el volante para forzarlos a llevarlo al Congreso, forcejeando por el control del vehículo blindado, pues insistía en ir con sus simpatizantes, quienes intentaron impedir la certificación electoral.

Y después del asalto rechazó el discurso en el que le recomendaban ofrecer que actuarían contra los manifestantes, pues él quería garantizarles el perdón.

En respuesta a estas declaraciones, Trump dijo que no conocía a Hutchinson, pues sólo había escuchado cosas negativas de ella.

Luego del testimonio de la exasistente de Meadows, dedicó en su red social, Truth Social, mensajes sobre el tema al sostener que “ella no le daba buena espina” y desmentir sus señalamientos, pues refirió que no pidió que personas armadas acudieran a su discurso. Y hasta sostuvo que no se llevaron armas al Capitolio, lo que contrasta con la evidencia fotográfica obtenida por el Congreso.

En tanto, un reportero de la cadena NBC reveló que fuentes ligadas a los señalados por el supuesto pleito en la limusina presidencial se dijeron dispuestos a declarar, pues rechazaron que tuvieran que someter al republicano porque éste quería que lo llevaran al Capitolio.