Virus une a los enemigos eternos en Tierra Santa

Virus une a los enemigos eternos en Tierra Santa
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El nuevo coronavirus ha hecho lo inimaginable: unir a dos países en guerra. Israel y Palestina, envueltos en un interminable conflicto bélico por la disputa de la Tierra Santa, comenzaron a cooperar estrechamente después de años de relaciones congeladas.

Apenas en febrero pasado, estas dos naciones volvieron al centro de la controversia por el polémico plan de paz impulsado por EU, uno que si bien cuenta con el aval de Israel fue inmediatamente rechazado por la Autoridad Palestina.

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Pero frente a la contingencia que tiene en jaque al mundo, estos dos pueblos se unieron en la causa de contener la propagación, a través de una coordinación sanitaria que llevó a Israel, incluso, a ofrecer ayuda médica a la Autoridad Palestina y a la superpoblada Franja de Gaza, bajo control del movimiento islamista Hamás.

Además se ha permitido que decenas de miles de trabajadores de Cisjordania puedan residir en territorio israelí, en contra de la prohibición vigente, durante la situación de emergencia.

En una tregua no declarada, los misiles ya no surcan el cielo de las poblaciones israelíes fronterizas con Gaza, las tropas se mantienen acuarteladas y los incidentes violentos se han convertido en una rareza en los medios de comunicación locales.

Apenas el viernes pasado se produjeron escaramuzas, cuando tres centenares de palestinos se dirigieron al rezo del mediodía en la Explanada de las Mezquitas de Jerusalén, tradicionalmente multitudinario, y la policía israelí limitó su acceso para hacer cumplir la restricción de movimientos impuesta por el gobierno. La Autoridad Palestina decretó el confinamiento de toda la población a partir de ayer.

Encaminada hacia el millar de casos, Israel, un país de 9 millones de habitantes, ya registró su primer fallecido y más de medio centenar de positivos en Cisjordania (2.5 millones de población).

A los expertos de la Organización Mundial de la Salud les ha llamado la atención que en el superpoblado enclave de Gaza (cerca de dos millones, entre residentes y refugiados) no se haya declarado ningún caso hasta la noche del pasado sábado, cuando se informó de los primeros positivos: dos viajeros procedentes de Pakistán.

La franja costera, de apenas 375 kilómetros cuadrados, permanece aislada desde 2007, cuando los islamistas de Hamás desalojaron del poder al partido Fatah del presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas, e Israel impuso un férreo bloqueo militar.

Como Gaza sólo cuenta con un laboratorio para efectuar las pruebas de detección, Israel le facilitó la entrada de dos centenares de kits para realizar test y equipos de protección para el personal sanitario, a pesar de que admite un serio déficit de material sanitario en sus propios centros hospitalarios, de acuerdo con datos oficiales citados por The Jerusalem Post.

El Cogat, órgano del Ministerio de Defensa israelí que gestiona el día a día de la ocupación en los territorios palestinos, alertó ante un eventual contagio masivo entre la población de Gaza, cuyo sistema sanitario apenas cubre las necesidades mínimas después de tres devastadoras guerras con Israel entre 2008 y 2014.

El presidente del Estado de Israel, Reuven Rivlin, telefoneó al líder Mahmud Abbas, en el primer gesto de acercamiento a la Autoridad Palestina desde 2014.

“La crisis del coronavirus no distingue entre pueblos. Nuestra capacidad de trabajar juntos dará también testimonio de nuestra disposición a colaborar en el futuro para el bien de todos”, agregó Rivlin.