Kiev resiste los embates rusos

Zelenzky afirma que no depondrá las armas

El presidente ucraniano libró “la noche más difícil” para defender la capital; cientos de civiles responden a su llamado y acuden a puntos de control por un arma; inicia el tercer día de combates

El humo y las llamas se elevan durante el bombardeo en Kiev, mientras Rusia sigue avanzando, ayer.
El humo y las llamas se elevan durante el bombardeo en Kiev, mientras Rusia sigue avanzando, ayer.Foto: Reuters
Por:

Ucrania comienza a sentir la presión de Vladimir Putin; ayer, a la par del avance de las tropas rusas sobre Kiev, el presidente Volodímir Zelensky avizoró que libraría una “noche difícil”.

“Puedo decir con absoluta honestidad: esta noche será más difícil que el día. Muchas ciu-dades de nuestro Estado están bajo ataque: Chernígov, Sumy, Járkov, el Donbás, en el sur. Particular atención a Kiev: no pueden perder la capital”, dijo en un mensaje emitido a su nación por la tarde del viernes.

Y es que la ofensiva rusa se incrementó el viernes tras una serie de ataques aéreos y terrestres sobre bases militares, así como la destrucción de la central térmica de Kiev, una de las más grandes que abastece de electricidad y agua a la población, dejando sin servi-cio cientos de casas y algunos hospitales que tuvieron que suspender los servicios.

Además de los embates, otra situación despertó el nerviosismo en Ucrania: la planta nuclear de Chernobyl.

Según la agencia nuclear ucraniana, luego de la toma de la planta por militares rusos se reportó un aumento en el nivel de radiación.

A través de un comunicado que hizo difundir por Facebook, la agencia alertó que el polvo radiactivo podría expandirse por toda Europa.

“Debido a la ocupación y hostilidades en la zona, es actualmente imposible establecer las razones del aumento de la radiación”, se lee en el comunicado.

Durante la tarde, a medida que avanzaban las tropas rusas, miles de ucranianos respondieron al llamado de su presidente para defender al país y acudieron a los puntos de control para que les proporcionaran un arma.

“Le daremos armas a cualquiera que quiera defender el país”, tuiteó Zelensky la víspera.

En imágenes difundidas por redes sociales se pueden ver a elementos del Ejército repartir las armas a ciudadanos.

De acuerdo con cifras del Ministerio de Defensa, el viernes fueron distribuidos más de 18 mil rifles de asalto sólo en Kiev, aunque el país es superado por Rusia tanto en armamento como en soldados que, según estimaciones de Occidente, hay 190 mil militares rusos repartidos en la frontera, un número superior en comparación con los poco más de 125 mil con los que cuenta Ucrania.

Y si Zelensky avizoraba una noche difícl, el amanecer no menos complicado en la capital Kiev.

De acuerdo con las agencias Reuters, el sábado por la mañana (hora local) se registraron detonaciones cerca de las dependencias del gobierno y testigos señalaron enfrentamientos callejeros.

A su vez, la agencia AP refirieron informes sobre cientos de víctimas, incluidos bombardeos que atravesaron un edificio de departamentos en Kiev y derribaron puentes y escuelas, mientras que funcionarios recomendaron a la población resguardarse.

Poco después, el presidente Zelenzky, visiblemente agotado, transmitió un video que difundió a través de sus redes sociales y reiteró que no depondrían las armas.

“Hay mucha información falsa en línea de que le pido a nuestro Ejército que deponga las armas y que hay una evacuación. Estoy aquí. No depondremos las armas.

“Defenderemos nuestro estado, porque nuestras armas son nuestra verdad. La verdad es que esta es nuestra tierra, nuestro país, nuestros niños, y los protegeremos a todos. Es lo que les quería decir. Gloria a Ucrania”, afirmó.

Además, el mandatario ucraniano aseguró que armamento y equipo bélico de parte de los aliados se encontraban en camino.

De acuerdo con Estados Unidos, se liberarán hasta 350 millones de dólares en apoyo bélico inmediato a Ucrania.

“¡La coalición antiguerra está funcionando!”, expresó Zelenzky al final del video, en un amanecer que marca el ritmo de la jornada bélica, en apenas el tercer día de embates en un país que está resistiendo con lo que puede para no caer ante el enemigo.