El Resplandor, del legendario Stanley Kubrick, se estrenó en el mes de junio de 1980. La recepción de los críticos fue brutal. Las audiencias la rechazaron por ser demasiado lenta. La peor crítica fue cortesía del autor del libro en el cual se basó la película. Stephen King no desperdició ninguna oportunidad para expresar su desagrado y decepción con la cinta de Kubrick. En alguna entrevista se refirió a la película como “… un Cadillac enorme y precioso, pero sin motor”.
Esto es, sin duda, una de las grandes paradojas que han aquejado a El Resplandor a lo largo de su historia. Hoy es considerada para muchos como una de las mejores, si no la mejor película de terror de todos los tiempos.
En estas épocas, cuando celebramos a la muerte y a nuestra fascinación por lo macabro y lo escalofriante, hay pocas cintas que han logrado confeccionar esa auténtica atmósfera de terror como El Resplandor.

¿Noroña contra los provocadores?
A pesar de su recepción original, el filme con el paso de las décadas ha acumulado una indudable apreciación de culto. En algunos casos hasta digna de obsesión; legiones de fanáticos en todo el mundo han expresado su adoración por la película y publicado teorías incontables sobre lo que Kubrick realmente quería contar debajo de la investidura del género.
Más allá de estas teorías de conspiración, lo que caracteriza a esta obra de Kubrick es cómo devela lo que yace en la superficie y lo que permanece en las inquietantes entrañas de la historia y de sus personajes. Al final, deseaba hablar de los peligros que caracterizan a la mente humana y de su potencial, bajo sugestiones en este caso sobrenaturales, de cometer los peores actos imaginables.
Cuando Jack Torrance (el incomparable Jack Nicholson) recibe la oferta de trabajar como cuidador del Hotel Overlook en su temporada baja —el invierno hace de las suyas y toda la región es asediada por inclementes tormentas de nieve—. Decide tomarla como una oportunidad única para terminar su novela. Lo acompañan su mujer, Wendy (Shelley Duvall) y su hijo Danny (Danny Lloyd), quien lidia con algunos problemas psicológicos, exteriorizados principalmente a través de su amigo imaginario “Tony”. En esencia, notamos que Danny tiene la capacidad de ver cosas que nadie más ve.
Los meses pasan y el hotel manifiesta una presencia, algo en su enorme interior que comienza a afectar la salud mental, de por sí ya vulnerable de Jack, quien ve y escucha cosas que lo llevan a la locura.
El Resplandor pareciera ser una historia de otro hotel embrujado, pero la narrativa metódica y calculadora, la música perturbadora, las grandes actuaciones, los planos simétricos que retratan todos esos lugares dentro del hotel donde aparentemente no hay nada, pero donde respira un cosmos de muerte y de violencia, la convierten en una de las películas que mejor han utilizado los elementos del género y roto con todas las expectativas.
*Está disponible en HBO Max y en Prime Video.

