POLITICAL TRIAGE

Europa dice no al Mercosur

Montserrat Salomón. *Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón. Foto: La Razón de México

Europa y Latinoamérica tienen muchos puntos de contacto. Sus sociedades y gobiernos cuentan con bases comunes que facilitan la comunicación. Incluso sus regímenes políticos, si bien difieren en su orientación, están fundados en valores comunes más o menos cristalizados en la práctica. Son regiones que históricamente han estado ligadas y que no sería raro que fungieran como aliadas políticas y comerciales. Sin embargo, la idiosincrasia misma de estos pueblos ha hecho que los acuerdos no lleguen a concretarse.

Una muestra de estos fracasos que frenan a estas regiones se verificó en estos días en Brasil, al volver a aplazar la firma de la alianza comercial entre la UE y el Mercosur. Este tratado de libre comercio lleva 30 años fraguándose. Tres décadas de negociaciones que una vez más se han estrellado por nimiedades y que dejan detrás frustraciones y suspicacias en donde debería haber certezas y confianza.

Los países del cono sur habían cedido puntos importantes a Francia, como la limitación de la cantidad de carne que podían exportar para no dañar la producción de aquel país. Sin embargo, a los peros franceses se une una Italia inestable que ha provocado un nuevo aplazamiento de la firma del tratado.

Cuando iniciaron las negociaciones a mediados de los 90, Europa representaba el 30% del PIB mundial, hoy este número se ha reducido a la mitad. Entonces, Europa aún contaba con una relación estable con EU, y China y Rusia no se habían consolidado como amenazas en el tablero internacional. Era el momento de afianzar posiciones con previsión y estrategia. Sin embargo, Europa no logró superar sus burocráticas formas y ahora, 30 años después, el escenario internacional no es halagüeño. Un cuarto de siglo tirado a la basura.

Europa debería representar el libre comercio con certidumbres y reglamentaciones que puedan superar las diferencias políticas. El Mercosur, a pesar de tener gobiernos de signo político diferente, parece capaz de hacerlo y está dispuesto a dar un paso adelante en busca de afianzar sus relaciones comerciales y fortalecerse ante la presencia cada vez más errática de un EU proteccionista y agresivo. Más Europa se muestra una vez más temerosa y dubitativa.

Ningún acuerdo será perfecto. Latinoamérica y Europa tendrían que aprovechar las claras afinidades que hay entre sus culturas y gobiernos y lanzarse al ruedo. Ya han perdido mucho tiempo y los gigantes siguen creciendo y complicando el escenario internacional relegando a ambas regiones al asiento del pasajero. Ahora parece una movida no sólo conveniente sino desesperadamente necesaria, pero la anquilosada Europa sigue dudando mientras es engullida por actores que no dudan en tomar aquello que no es defendido.

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