Analizan diputados ley para infraestructura transexenal

Analizan diputados ley para infraestructura transexenal
Por:
  • angelica-aguilar

Arenas movedizas… Ante las astringencias presupuestales, un ámbito cuya fortaleza pende de un hilo es el de infraestructura.

Dicha actividad es de nodal importancia para el impulso de 17 sectores como la salud, educación y comunicaciones; amén de ser fundamental para la estabilidad de las cadenas logísticas.

Cada sexenio, como parte del ritual político, la administración en turno anuncia con bombo y platillo una batería de proyectos insignia y arroja al tintero un amplio número de obras en proceso.

El actual Gobierno de Andrés Manuel López Obrador no fue la excepción. Tras la polémica cancelación del NAIM presentó sus prioridades para los siguientes años, entre las cuales se ubican la Refinería de Dos Bocas, el Aeropuerto de Santa Lucia, el Tren Maya y el Corredor Transístmico.

El problema es que más allá de la voluntad para llevar a buen puerto dichas obras, la realidad es que el quid estará en el financiamiento. Para este año, el presupuesto gubernamental para inversión pública en obras sufrió un recorte adicional del 5 por ciento, lo que pone en duda la viabilidad de estos planes…

Alcanza para medio puente… Bajo ese contexto, a finales del año pasado se anunció un Acuerdo Nacional de Infraestructura en el que el Gobierno y la IP identificaron 147 proyectos que representarán una inversión cercana a los 860 mil millones de pesos.

Si bien la estrategia representa un paso sólido en la dirección correcta, la realidad es que el empujón será a todas luces insuficiente para reactivar a la enfermiza economía.

Pedro Torres Castellanos, presidente del Comité Nacional de Infraestructura del IMEF, hace ver que los proyectos dados a conocer hasta ahora significarán un gasto público de apenas 0.8 por ciento del PIB, por debajo del promedio de 3.2 por ciento que destinaron gobiernos anteriores.

Además, aun con la participación privada, el monto en el mejor de los casos será cercano a 1.6 por ciento del PIB, a años luz del promedio de la OCDE, que supera 5 por ciento del producto…

Fortalecer los cimientos… La realidad es que un aumento en los recursos sólo será posible si se abona a reglas claras que fomenten la confianza de la IP.

Como se sabe el IMEF, a cargo de Ángel García- Lascurain recientemente dio a conocer una serie de propuestas para reactivar la economía, entre las que se encontraba la formación de un órgano descentralizado para la planeación de obras públicas con una temporalidad transexenal y una legislación que favorezca la certeza jurídica para los constructores.

En esta línea le puedo adelantar que la segunda petición fue bien recibida, y por lo pronto, en la Cámara de Diputados ya se trabaja en una iniciativa de ley de infraestructura que favorecería la planeación a largo plazo. El documento podría estar listo para su aprobación en este mismo año. Así que, planes para cimentar la inversión en obras…

Se desinfla en 2020 salvavidas del consumo

Salvavidas… El año pasado, el consumo privado fue el principal flotador para la economía, al representar 69 por ciento del PIB, luego del desplome que sufrió la inversión.

Sin embargo, en este año, la calificadora Moody’s, a cargo de Alberto Jones Tamayo, advirtió que la acotada generación de empleo y sus efectos en la confianza del consumidor podrían abonar a la debilidad de ese indicador. De igual manera el crédito tampoco será el catalizador para el dinamismo, pues apenas significa 16 por ciento del PIB, uno de los niveles más bajos del orbe. Y ahora ¿quién podrá defendernos?