Piedra, a CNDH; “haiga sido como haiga sido”

Piedra, a CNDH; “haiga sido como haiga sido”
Por:
  • Carlos Urdiales

La imposición, desde Palacio Nacional, de Rosario Piedra al frente de la CNDH rescata aquella frase tan repudiada por los poderosos de hoy, del expresidente Felipe Calderón, sobre su triunfo en la elección de 2006 por escaso medio punto porcentual: “haiga sido como haiga sido”.

Y es que la elección en el Senado de la nueva comisionada nacional fue una feria de tropiezos. Tres rondas y nadie, de la terna final, alcanzó la mayoría de dos terceras partes que la ley ordena.

Vino entonces el desaguisado de los 114 o 116 senadores votando, dos papeletas en blanco que, a decir del senador Germán Martínez Cázares, son la nada jurídica y, por tanto, con 76 sufragios a favor de Piedra Ibarra, Morena calzó, tan justos como un par de zapatos chicos, el designio de Palacio.

Fea elección. Desprestigiada por el maniqueo lenguaje de gandallas y agandallados, la llegada de Rosario Piedra se ensució por causas ajenas a su trayectoria, pericias y merecimientos; si es o no la ombudsperson ideal pasó a segundo plano, el problema fue el desaseo político para imponerla.

Y el remedio salió peor. En una mala cuenta de apoyos y resistencias, Ricardo Monreal propuso repetir la tercera ronda de votos y lavar así toda sospecha que manchara el nuevo régimen en la CNDH. Calculó que en una virtual cuarta vuelta el bloque opositor estaría roto y lograría una victoria impoluta, completa y copeteada a favor de la favorita de Palacio.

Pero la aritmética en el Senado no es simple, algo se descompuso en cuestión de horas y para la tarde del martes, algo ya estaba podrido en el proyecto de limpieza para Piedra. Así, Monreal cumplió con subir al pleno su propuesta de repetir la tercera ronda, aquélla que su compañera de bancada y Presidenta de la Mesa Directiva, Mónica Fernández, había sentenciado como un hecho consumado incontrovertible.

Y ahí el río se salió de madre. En Morena votaron en contra de la moción de su líder. El activista moreno, John Ackerman, esposo de la titular de la Función Pública, Irma Eréndira Sandoval, criticó con severidad el ADN priista de Monreal, acusó su afán negociador a destiempo y fallido.

La escena del martes por la noche en la mesa de gobierno del Senado para la toma de protesta de Rosario Piedra evoca, toda proporción guardada, la de Calderón ante las protestas perredistas de aquel entonces. “Haiga sido como haiga sido”, dirán los morenos, Rosario Piedra a partir de mañana despachará en la presidencia de la CNDH.

Por cierto, la primera queja que deberá atender la nueva ombudsperson es en contra suya y fue interpuesta minutos después de protestar en el cargo por Periodistas Desplazados, la organización que encabeza el colega Gildo Garza, por la evidente ignorancia que demostró en sus primeras declaraciones públicas sobre la situación que viven periodistas en México; le exigen una disculpa pública.