Arturo Damm Arnal

Caprichos

PESOS Y CONTRAPESOS

Arturo Damm Arnal
Arturo Damm Arnal
Por:

Dos son los problemas con las ideas económicas de AMLO. Primero: son equivocadas, contrarias al progreso económico, definido como la capacidad para producir más y mejores bienes y servicios para un mayor número de gente.

Segundo: son fijas, producto, más que de prejuicios (juicios a priori que, por ser juicios, suponen una cierta reflexión), de caprichos (determinaciones tomadas arbitrariamente, sin reflexión de por medio). Pongo un ejemplo.

Me niego a creer (¿estaré equivocado?) que no entienda que la producción eólica de energía eléctrica es más limpia y más barata que las opciones basadas, por ejemplo, en carbón o combustóleo. Allí están los números.

También me niego a creer (¿estaré nuevamente equivocado?) que no entienda que lo que conviene, en materia de generación de electricidad, y en muchas otras materias relacionadas con la ecología y la economía, que son dos caras de la misma moneda, es lo más limpio y lo más barato. A favor de la ecología, lo más limpio. A favor de la economía, lo más barato. Allí está la lógica.

Pese a los números y a la lógica está, por lo menos en lo que a generación de electricidad se refiere, en contra de las fuentes limpias (por ejemplo: aire) y renovables (por ejemplo: nuevamente aire). ¿Por qué?

Si entiende los números y la lógica, ¡y me niego a creer que no lo haga!, entonces su posición en contra de las fuentes de energía limpia y renovable no es consecuencia del prejuicio, de un juicio a priori que supone una reflexión a partir de los números y de la lógica, sino del capricho, de una decisión tomada caprichosamente, sin fundamento, ni en los datos objetivos (números), ni en la lógica (el recto uso de la razón), sin reflexión de por medio.

Muchas de sus decisiones económicas, desde la cancelación del NAICM en Texcoco, pasando por su postura frente a las fuentes limpias y renovables de energía, y a las políticas fiscales anticíclicas, hasta sus ideas en torno al uso de computadoras en la Secretaría de Economía, son producto, no de prejuicios, sino de caprichos, siendo más difícil acabar con los segundos que con los primeros, razón por la cual no creo que vaya a rectificar.

Hablando de la Secretaría de Economía, que en esencia sirve para tres cosas: modificar los resultados del mercado, imponer restricciones arbitrarias y conceder privilegios indebidos, si por mí fuera la desaparecería. Pero, si la vas a mantener, es una barbaridad quitar tres de cada cuatro compu-tadoras y pretender que cuatro personas compartan una sola, pretensión producto, no de un prejuicio, sino de un capricho.

Muchas de sus decisiones económicas son producto del capricho. Queda por responder la pregunta por las causas de éstos.