Bernardo Bolaños

Criminalizan la sexualidad juvenil

ANTROPOCENO

Bernardo Bolaños*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón. 
Bernardo Bolaños
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
 
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Es gravísimo. Reformaron el Código Penal de la Ciudad de México con modificación publicada el 7 de junio de este año. Ahora se sanciona con más de una década de prisión a quien tenga relaciones sexuales, consensuadas, con jóvenes. Literalmente, la nueva redacción del artículo 181 Bis comienza así: “Al que realice cópula con persona de cualquier sexo menor de dieciocho años, se le impondrá de doce a veinte años de prisión”.

Ese enunciado tan general incluye el sexo aceptado por la pareja y no distingue si el culpable es menor o mayor de edad. Es decir, que si dos jóvenes (heteros o gays), de 17 años ambos, tienen relaciones sexuales, según esta nueva norma, podrían ser privados de su libertad. Y sabemos que los mayores de 14 años, en México, sí pueden ser objeto de internamiento por cometer delitos.

Pero, incluso, si el nuevo artículo solamente se aplicara contra adultos que tengan relaciones consensuadas con jóvenes, el resultado también es, en muchos casos, injusto, autoritario, absurdo e inconstitucional. Pongamos por caso una de tantas parejas de enamorados en las que los miembros tienen 17 y 19 años, respectivamente. ¿Quién en su sano juicio cree que el mayor es un criminal que debe pasar una década de su vida tras las rejas?

Los diputados no se tomaron la molestia de pensar lo que hacían, ni de comparar con otros países. Vamos, ni siquiera se ocuparon del título de ese capítulo que se llama “Violación, abuso sexual y acoso sexual, cometido a menores de doce años de edad”. En una sección referida a la protección de preadolescentes insertaron ese artículo que criminaliza la sexualidad de jóvenes.

En la llamada “Ciudad innovadora y de derechos” ha quedado establecida la obligación de virginidad hasta los 18 años, compitiendo en intolerancia con el régimen Talibán de Afganistán.

Y si nos preguntamos qué pasaba por las cabezas de los “sabios” legisladores para hacer esta tontería, no es muy difícil imaginar que reaccionaron torpemente frente al caso del diputado Saúl Huerta, que conmocionó a la opinión pública. En abril de este año, policías de la ciudad detuvieron a ese legislador del partido Morena, como probable responsable de delitos sexuales contra un menor de 15 años en un hotel. Es como si los noticieros mostraran el terrible caso de un torturador de animales y, para mejorar su aprobación, los diputados castigaran con 10 años de cárcel el consumo de carne.

El delito de violación, para que sea tal, se sancionaba correctamente por imponer la cópula a mayores de 12 años ¡con violencia! Y el de estupro supone tener relaciones sexuales con un menor por medio de engaño (y no se persigue de oficio). Pero todos estos matices que han desvelado a los jurisconsultos desde hace siglos, los diputados se los pasaron por el arco del triunfo.

Es perfectamente respetable que alguien crea que las personas deben casarse o esperarse a cumplir 18 años para tener relaciones sexuales, pero ésa es una mera opinión moral, una creencia personal.