Arturo Damm Arnal

Pobreza laboral

PESOS Y CONTRAPESOS

Arturo Damm Arnal *Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Arturo Damm Arnal 
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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Están en condición de pobreza laboral las personas que no cuentan con un ingreso laboral que les permita comprar la canasta básica alimentaria. Durante el segundo trimestre del año, según el reporte del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social, el CONEVAL, el 38.5 por ciento de la población del país se encontraba en esa condición, lo cual, si el desempeño de una economía debe medirse a nivel de la economía familiar, del bienestar de sus miembros, que depende de la cantidad, calidad y variedad de los bienes y servicios de los que dispone, comenzando por los alimentos, muestra el pobre desempeño de la economía mexicana en materia de generación de ingresos.

Durante el primer trimestre de 2020, antes del cierre parcial de la economía en abril y mayo, el porcentaje de población en condición de pobreza laboral fue 35.6. Durante el segundo trimestre, dada la emergencia sanitaria, no se calculó. A lo largo del tercer trimestre fue 44.3, durante el cuarto 40.7, a lo largo del primero de 2021 39.4, durante el segundo el ya mencionado 38.5. Poco a poco nos vamos recuperando del efecto que sobre la pobreza laboral tuvo la emergencia sanitaria, pero sigue siendo preocupante que el 38.5 por ciento de la población no cuente con un ingreso que le permita comprar la canasta básica alimentaria, es decir, que no pueda adquirir, en la cantidad, la calidad y la variedad adecuadas, el más básico, después del agua, de los satisfactores, los alimentos.

Al hablar de pobreza alimentaria estamos haciendo referencia, no al efecto de la pobreza, la carencia de satisfactores, sino a su causa, la incapacidad para, gracias al trabajo, generar el ingreso suficiente que permita satisfacer correctamente las necesidades básicas, que son aquellas que, de quedar insatisfechas, atentan contra la salud, la vida y la dignidad de las personas, debiendo tener claro que una cosa es aliviar los efectos de la pobreza, dándole a la gente, por la vía de la redistribución gubernamental del ingreso, los satisfactores que les faltan, y otra eliminar su causa, que es la incapacidad de la gente pobre para, gracias a su trabajo, generar el ingreso suficiente que les permita comprar, en la cantidad, calidad y variedad correctas, los satisfactores que necesitan, comenzando por el que, después del agua, es el más básico: comida.

Los esfuerzos para combatir la pobreza en México, ¿se centran en la eliminación de su causa o solo en el alivio de su efecto?

Leemos, en el comunicado del CONEVAL, que “entre los factores que explican la disminución trimestral de la pobreza laboral se encuentran el incremento trimestral del 2.9% en el ingreso laboral real, el aumento en la masa salarial (salario x número de asalariados) de 3.1% y el incremento en el número de ocupados (4.9%)”.