Bibiana Belsasso

Papa: programas sociales no dignifican

BAJO SOSPECHA

Bibiana Belsasso *Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Bibiana Belsasso 
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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Hace unos días, el Papa Francisco hizo un llamado para construir el futuro de la sociedad y mantener la dignidad humana, garantizando que las personas tengan empleo y eviten vivir de los subsidios.

Aseguró que simplemente recibir apoyos sociales, no dignifica a las personas, que para eso se necesita el trabajo.

Justo la plática la hace a través de un video-mensaje con motivo del 57 coloquio del Instituto para el Desarrollo Empresarial de la Argentina y la Unión de Trabajadores de la Economía Popular de ese país.

Y lo hace en su país natal, donde el gobierno lo que ha hecho es repartir apoyos sociales desde hace años, y eso no ha logrado sacar a los más necesitados de la pobreza. Se reciben los apoyos, pero nunca es suficiente como para vivir dignamente de la forma en que se puede con un buen empleo.

Como parte de su mensaje indicó que “el trabajo alimenta la dignidad del ser humano, le permite desarrollar las capacidades, le ayuda a tejer las relaciones del intercambio y ayuda mutua. En pocas palabras: ‘le hace sentirse útil a la sociedad y solidario con sus seres queridos’”.

La realidad es que el líder de la Iglesia católica reconoció la vocación de los empresarios, quienes, dijo, buscan generar riqueza, puestos de trabajo y diversificar la producción con creatividad.

Por ser diversificadas, detalló, “abren el camino para que las distintas personas encuentren el contexto adecuado para desarrollar sus propios dones, ya que no todos tienen las mismas capacidades e inclinaciones".

El líder de la Iglesia católica está convencido de que “el diálogo entre los empresarios y los trabajadores es no sólo indispensable, sino también fecundo y prometedor".

"El que no tiene trabajo siente que le falta algo, le falta precisamente esa dignidad que da el trabajo. Por eso el cansancio, más allá de los cansancios y dificultades, es el camino de maduración de realización de las personas que da alas a mejores sueños”.

No es la primera vez que el Papa Francisco habla de la importancia del trabajo para dignificar a las personas. Estas ideas, sobre lo que genera el trabajo en los seres humanos y su rechazo a los programas asistencialistas, fueron evocadas por él mismo en 2014, previo a la cumbre de Davos, en ese momento urgió a la necesidad de “resolver las causas estructurales de la pobreza, que no pueden esperar”, y que “los planes asistenciales, que atienden ciertas urgencias, sólo deberían pensarse como respuestas pasajeras”.

Desde ese momento, dejó en claro que su ideología está lejos de proponer un populismo irresponsable, pero explicó que la economía ya no puede recurrir a remedios que son un “nuevo veneno”.

Llama a construir el futuro

El papa Francisco reza en  una audiencia con peregrinos luteranos el pasado 25 de octubre, en el Vaticano.
El papa Francisco reza en una audiencia con peregrinos luteranos el pasado 25 de octubre, en el Vaticano.Foto: AP

Y es verdad, el trabajo dignifica, el trabajo hace sentir a los seres humanos que su vida vale, que ellos son exitosos y es un gran remedio para la depresión.

Es un tema que estamos viendo en México, han aumentado los programas sociales, se está distribuyendo más dinero, hoy hay más pobres, y el nivel económico de las personas, de todas las clases sociales, ha disminuido.

Con la pandemia y con las nuevas reglas del juego para presionar a los empresarios, que son los que dan trabajo, hoy el ingreso de muchos mexicanos, particularmente la clase media, ha visto una disminución en sus ingresos.

Para estas personas su trabajo es fundamental para poder vivir. De los aproximadamente 12 millones de puestos de trabajo destruidos durante el inicio de la pandemia, se ha recuperado la gran mayoría gracias a la reapertura de la industria y al levantamiento gradual de las restricciones, de acuerdo con datos del Inegi. Pero estos nuevos empleos son con salarios muy por debajo a los que se tenían antes del inicio de la pandemia.

En agosto pasado, el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), reveló que México añadió 3.8 millones de nuevos pobres en 2020 debido a la crisis derivada de la pandemia, elevando la cifra a 55.7 millones frente a los 51.9 millones de 2018.

El porcentaje de población en situación de pobreza creció a 43.9% en 2020 frente a la proporción de 41.9% de 2018, en la última medición del Coneval.

Con todo, en el primer trimestre del año, la población activa, la que está ocupada o busca un empleo, registra una disminución de 1.6 millones de personas, es decir, algunos trabajadores han optado por abandonar el mercado laboral.

La depresión por la falta de trabajo es un factor que ha despertado alertas siempre, pero que, con la crisis económica, provocada por la pandemia, se aceleró en muchos países, principalmente en Latinoamérica.

Los síntomas más visibles comienzan por la baja de la autoestima. Psicólogos indican que la persona empieza a creer que “no sirve para nada”, que sus capacidades han disminuido, por lo que afecta su autoconfianza. A eso se agrega que el entorno suele ser muy competitivo y de agresividad.

Otro síntoma es sentirse indefenso. Es la idea de que no importa cuánto se esfuerce alguien, no va a salir de esa situación. Esta fase llega a medida que una persona lleva varios meses sin empleo.

La depresión es uno de los factores más importantes del porqué el ser humano debe estar ocupado, de que debe generar y producir a través de una fuente de trabajo y evitar que los programas asistencialistas sean de largo plazo.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) informó que, debido al confinamiento, la pandemia y la crisis económica derivada de ésta, la tasa de suicidios en nuestro país aumentó. Siete mil 869 personas decidieron acabar con su vida en 2020, subiendo un 9 por ciento la estadística con respecto al 2019.

Con trabajos dignos, que les den seguridad a las personas, incluso se podría disminuir la violencia y los asesinatos, muchos jóvenes dicen que entran a las filas del crimen organizado para sentirse útiles, aunque ese trabajo les dure poco porque la gran mayoría pierde la vida a los pocos años.

Los programas sociales son muy benéficos para casos específicos para salir de alguna tragedia o desastre natural, pero sin duda, un buen trabajo da mucho más.

Pero claro, a los que tienen un buen trabajo y viven dignamente, no se les puede condicionar el voto.